VENDRÍAN  Sobre-edificadores


Sobreedificando sobre el fundamento Cristo


     Pablo nuestro apóstol, en su primera carta a los hermanos de la iglesia de los Corintios, nos revela que después de él terminar su labor como apóstol, vendrían muchos hermanos sobreedificando sobre el fundamento que ya estaba puesto.  Por las palabras del apóstol, sabemos que los sobre-edificadores serían creyentes de ambos ministerios. Tanto por los que han continuado predicando las enseñanzas del ministerio de la circuncisión, que administraban los doce apóstoles de Jesús, si incluimos el añadido por Pedro y sus compañeros,  que han continuado predicando las doctrinas de la leche espiritual o enseñanzas de Cristo de los días de su carne, junto con las enseñanzas de Moisés del antiguo pacto, que Jesús llamó el vino viejo, lo que Pablo llama en revelación "paja, madera y heno". La otra sobre-edificación o enseñanza sería realizada por los que creemos en el evangelio de la gracia o evangelio eterno, revelado por Pablo, el único apóstol de Jesús Cristo, mediante la revelación de todos los misterios dado a conocer solamente a los que estamos dentro del cuerpo Cristo, doctrina que también Pablo en revelación llama "oro, plata y piedras preciosas".

     El ministerio del apóstol Pablo en esos días era llamado el ministerio de la incircuncisión, pero el mismo apóstol Pablo en la 2da carta a los Corintios 5:18, nos dejó el nombre a continuar usando en este pacto, a todos los que creemos el evangelio de la gracia: El ministerio de la reconciliación predicado por medio de la palabra de la reconciliación.  Los que continúan en las doctrinas del ministerio de la circuncisión sobreedificarían en paja, madera y hojarasca o heno y continúan mezclando la leche espiritual dada por el apostolado dado a Pedro, con el vino viejo de Moisés.  Estos materiales, que es lo mismo que viento o espíritu de doctrinas diversas y extrañas porque no se conforman con la realidad ya cumplida que acabo de mencionar, no soportan la prueba del fuego de la revelación del nuevo pacto. Por eso, somos llamados a dejar la doctrina de la leche espiritual que menciona el apóstol de la circuncisión Pedro en la 1ra carta de Pedro y sobre todo a desligarnos de la ley o antiguo pacto.  Por el otro lado, los del ministerio de la reconciliación, sobreedificamos con oro, plata, y piedras preciosas, las doctrinas del evangelio de la gracia, que son las cosas que ojo natural no vio, ni oído natural escuchó, ni han subido en corazón o sabiduría humana.

     Los sobre-edificadores somos los ministros competentes del nuevo pacto que el Señor dejó en estos lugares celestiales para sobreedificar a la Iglesia, que al principio fueron llamados: Evangelistas y Pastores-Maestros.  Los ministerios de Apóstoles y profetas terminaron en el año 70 cuando el Señor vino en juicio sobre la Jerusalén natural y su templo, como mostraremos en uno de los estudios bajo la sección: Pan del Cielo. Los evangelistas y pastores-maestros en este pacto tienen un trabajo un poco diferente al de los que ejercían ese ministerio en los días de la transición entre los dos pactos. 

     Esa es precisamente nuestra función ahora, enseñar o sobreedificar sobre el fundamento, para que la Iglesia en este tiempo camine de acuerdo a las buenas obras del nuevo pacto, preparadas por el Señor de antemano y en las que solamente se puede andar mediante fe ya consumada.  Para andar en esas buenas obras, es necesario salir o desligarse totalmente de las obras de la ley, dejar de enseñar conforme a la ley o antiguo pacto y a la leche espiritual que tuvo la Iglesia en su infancia.  Las buenas obras de la gracia que el Señor preparó de antemano para que anduviésemos en ellas, como revela el apóstol en la carta a los Efesios 2:10, son mediante confesar por fe ya consumada la obra de Jesús Cristo, hechas por él para nosotros, para nuestro nuevo hombre interior o último Adán que es espiritual, creado según Dios y con el cual, los hermanos de la primicia de la Iglesia, fueron amonestados por el apóstol a vestirse, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Efesios 4:24.

     Recuerden amados, nosotros somos como Isaac, el hombre nuevo o del nuevo pacto por la promesa.  Es en la simiente de Abraham por la promesa, la cual es Cristo, donde ya fueron bendecidas todas las naciones de la tierra.  No somos como Ismael, el viejo hombre de la ley o antiguo pacto, porque Ismael era el hijo de esclavitud, que vino por la carne y a través de la obra de la ley.

     Por tanto, los que sobreedifican con paja, madera y heno, son aquellos que siguen enseñando y viviendo por lo enseñado por el ministerio de la circuncisión junto con la ley, como siguieron viviendo y practicando los apóstoles y discípulos de Jesús en los días de su carne.  De nuevo vuelvo y te repito, todos los que sobreedificamos con oro, plata y piedras preciosas, somos aquellos que vivimos solamente por la revelación del evangelio de la gracia, la doctrina de la revelación de este pacto, el nuevo pacto o pacto que es antes de las edades, doctrina dada por Cristo a través del único apóstol que llamó para esta dispensación eterna, el apóstol Pablo, como revela el apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 3:11-15.

     Antes de terminar esta sección, les recordaré un detalle muy importante acerca del apóstol Pablo. Conforme registra el libro de biografía de ambos apostolados, escrito por el amado hermano y médico Lucas, registrados en el libro de los Hechos 21:21, al apóstol Pablo se le acusó de que enseñaba a apostatar de Moisés, a los hermanos de origen judío que estaban en medio de los hermanos llamados gentiles en cuanto a la carne, ya que ambos pueblos, judíos y gentiles, estaban siendo unidos en un solo pueblo.  Esto fue así, como consecuencia de la enseñanza diferente que con respecto al apostolado de la circuncisión donde Santiago, Pedro y Juan eran las columnas o principales líderes, estaba haciendo el apóstol Pablo, que enseñó el evangelio de la gracia, del cual al igual que el apóstol Pablo, tampoco nosotros no nos avergonzamos de enseñar, como él revela en la carta a los Romanos 1:16.

     Recuerden amados, los hijos de Dios mediante fe consumada andamos, no por vista, como revela el apóstol Pablo en la 2da carta a los Corintios 5:7. Recuerden también, que el justo en este pacto, vive por la fe, pero por la fe ya consumada por Cristo, conforme revela el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 12:2, porque Cristo fue el autor de los que vivieron en fe esperanza y el consumador o el que completó todas las cosas para los que vivimos mediante fe consumada, como revela el apóstol Pablo en las cartas a los Romanos 1:5, a los Gálatas 3:11 y a los Hebreos 10:38.

     Gracia y paz nuevamente a todos los espíritus hechos perfectos para siempre mediante un solo sacrificio por Cristo Jesús, el Señor y Padre Eterno de todos nosotros, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 10:14.

¡Gracia y Paz amados!

 

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