HABLEMOS DE LA GRACIA
En los nuevos cielo y tierra, Ramón Cristo (Isaías 53:10)
Ramón Urbáez ̴ P.O. Box 140452 ̴ Arecibo, PR 00612 ̴ Teléfono (787) 466-1783 Website: www.evangeliodelagracia.org Email: evangeliodelagracia@hotmail.com |
Dios, ¿vende su Evangelio de Gracia y Plenitud?
Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios;
de gracia recibisteis, dad de gracia.
En cierta ocasión, vi un vaso con esta frase escrita: “Jesús is Lord o
Jesús es Señor”.
Una familia lo había comprado. ¿Qué fue lo que les convenció a comprar ese
vaso?
De seguro El nombre de Jesús. La palabra de Dios no registra ni nos
da permiso para usar el nombre de Jesús Cristo para comprar o vender. El
nombre que es sobre todo nombre no es para vender mercancía. El
nombre del Santo Dios no es una característica opcional que se
puede agregar a un producto para venderlo.
Lamentablemente, hoy se usa el nombre de Jesús Cristo para vender: Platos,
vasos, cucharas, manteles, marcos para placas de automóvil, banderas,
letreros, calendarios, floreros, juguetes, libros, forros, lápices,
libretas, peines,
cinturones, camisetas, blusas, equipo atlético, anillos, prendedores,
globos, calcomanías, relojes, bolsas, tarjetas de crédito, chequeras, y
cientos de otros productos. La palabra verbal “vender”, significa
cambiar algo por dinero.
Pregunto: ¿Esto hacía Cristo en los días de su carne? ¿Mandó Jesús a sus
apóstoles a vender su mensaje? Claro que no. El mandó:
“De
gracia recibisteis, dad de gracia”,
como registra el libro según Mateo 10:8.
El contexto de la Escritura entera es el de predicar el mensaje de Gracia y
Plenitud de Dios sin cobrar. Uno de los frutos malos en el pasado de los falsos
profetas era hacer comercio con las cosas sagradas de Dios. Un ejemplo lo
fue Balaam, quien trató de buscar ganancias económicas por medio de sus
profecías, ese ejemplo lo da el apóstol de la circuncisión Pedro en su 2da
carta de Pedro 2:12-16.
Ahora en este
tiempo del nuevo pacto o nuevos cielo y tierra, no tenemos falsos profetas,
porque nada hay que profetizar, pero si tenemos falsos maestros enseñando
errores que nada tienen que ver con la doctrina de Cristo para esta
dispensación eterna. Eso es algo que el apóstol del ministerio o apostolado
de la circuncisión Pedro visualizó que sucedería en estos nuevos cielo y
tierra, y que plasmó en su 2da carta de Pedro 2:1-3 que te voy a citar tal y
como aparece en el idioma original griego, citando de la Interlineal
Griego-Español que dice: 1 Mas hubo también falsos profetas
entre el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros,
los cuales introducirán secretamente herejías de destrucción, y
negando que el Soberano los compró, atrayendo para sí mismos rápida
destrucción; 2 y
muchos
seguirán las lascivias de ellos,
por cuya causa el Camino de la Verdad será blasfemado;
3 y en su avaricia con palabras fingidas harán
mercadería de vosotros para los cuales el juicio de antiguo no está
ocioso, y la destrucción de ellos no se duerme.
Pero hagamos el ejemplo por excelencia, el cual debemos imitar: el apóstol
Pablo.
¿Creen que no tenía gastos cuando llevaba la palabra de Gracia de Jesús
Cristo a un mundo perdido en la ignorancia y hostil?
¿Quién pagó sus pasajes en las naves?
¿Quién pagó sus comidas y alojamientos?
¿Quién pagó sus gastos legales?
¿Quién pagó sus gastos médicos?
Pues entonces, ¿verdad que hubiera sido justo que Pablo cobrara a sus
oyentes para cubrir esos gastos? Aun así, la respuesta es de ninguna manera.
Sin embargo Pablo dijo: “Yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor
Jesús”, como declara en la carta a los
Gálatas 6:17.
No solamente pagaba sus propios gastos, también los de sus colaboradores.
Por ejemplo, el apóstol Pablo declara en la 1ra carta a los Corintios 4:12
y nos fatigamos trabajando con las manos propias… De nuevo, en
esta misma carta en la cita 9:12 Si otros participan del derecho de
vosotros (los bienes carnales que menciona el verso 11 anterior) ¿no
mayormente nosotros? Pero no hicimos uso del derecho este, sino todo
sobrellevamos, para que algún obstáculo demos al evangelio de Cristo. Los
versos 14-15 declaran muy claramente: 14 Así también el
Señor ordenó a los que el evangelio anuncian procedente del evangelio vivir.
15 Yo empero no he usado nada de esto. No escribí, pues,
estas cosas para que en así suceda en mí; bueno es, en efecto, para mí mejor
morir que la gloria mía alguien anulara. Finalmente podemos ver el
mejor ejemplo informado por el doctor Lucas en el libro de los Hechos
28:30-31 que dice sobre los últimos días del apóstol Pablo en Roma lo
siguiente: 30 Y permaneció por dos años entero en su
propio local alquilado, y recibía a todos los que acudían a él,
31 proclamando el reino de Dios, es decir, enseñando lo
concerniente al Señor Jesús Cristo con todo denuedo, sin estorbos.
El apóstol
Pablo soportó la persecución y las cadenas, fue maltratado como nadie lo ha
sido y permaneció firme. Esto es algo que hicieron todos aquellos amados que
propagaron las enseñanzas de Dios o de Cristo de antemano. Pregunto: ¿Cree
usted que Jeremías cobraba por hablar la Palabra de Dios a los príncipes
rebeldes de Israel? Antes bien, pagó con lágrimas ese privilegio. Aunque el
Señor dijo que el que enseñaba la palabra que comiera de él, cosa que la
mayoría no sabe lo que significan esas palabras en verdad, por encima de eso
para los entendidos, Cristo nos mandó que en su nombre o por gracia,
diéramos su palabra de Gracia y Plenitud al mundo.
Por otra parte, si nosotros escogemos usar la tecnología moderna de la radio
y la televisión en lugar de predicar con la boca solamente, tenemos que
pagar los gastos de esa tecnología, y no cobrárselos a los oyentes. Los
creyentes que saben que son reyes y señores regalan voluntariamente a
aquellos que verdaderamente enseñan la palabra de verdad sin imponer cuotas
o peticiones de dar.
¡Fuera con la idea de pedir dinero para cubrir nuestros gastos por
predicar el "evangelio de Gracia y Plenitud" usando los medios de
comunicación!
No hemos aprendido a negarnos a nosotros mismos todavía y dejar los
rudimentos.
Sabes en realidad ¿Qué significa ser un discípulo? Cristo en los días
de su carne en Jesús conforme registra el libro según Lucas 14:33 dijo:
“Así,
pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede
ser mi discípulo”.
Ser discípulo es sinónimo de “renunciar” a los privilegios, no de “rembolsar”
o de aprovecharse de los privilegios de su Maestro o Señor. Ser discípulo es
ser miembro de un cuerpo (la Iglesia o asamblea) cuya cabeza es Cristo. La
cabeza es quien gobierna y distribuye al cuerpo todas sus necesidades, así
sucede con nuestro cuerpo biológico que es una alegoría del cuerpo de
Cristo.
El apóstol Pablo y los otros discípulos o colaboradores, nunca trataron de
colectar dinero por medio de la venta del mensaje del evangelio de Gracia y
Plenitud. El símbolo de la cruz es la antítesis del símbolo de la moneda.
+ =
$
La “S” aparente sobre la cruz es la serpiente o vieja naturaleza llena de
avaricia ya muerta o separada de Dios para siempre, ocurrida en Jesús.
El versículo que declara: “Id y predicad el evangelio” ha sido
cambiado por los que así actúan por: “Id y vended el evangelio”.
Las
Escrituras no son propiedad privada nuestra, y vender lo que no nos
pertenece es deshonestidad y robo. El vender, es la manera de
distribuir información terrenal.
El dar, es la manera de distribuir la revelación de Dios por gracia.
Con razón, muchos de los que decían inicialmente creer en la gracia, ahora
la niegan, porque no pueden soportar el significado de esa palabra.
Es un principio bíblico, y no lo estoy inventando. ¿Se pueden vender las
cosas santas de Dios por dinero? ¡No! Los vasos santos son quitados
de uso común y reservados para el uso del Señor. “Santo” significa “dedicado
a Dios” o “apartado para Dios”.
Lo que ha sido apartado ya no puede ser un objeto de comercio. El nombre del
Señor es santo, sus títulos son santos, y su Palabra es santa. Todos los que
creen en la completa inspiración divina de las Escrituras deben estar de
acuerdo que es un “documento santo”. Creo que es innecesario recordar
que lo histórico es información, hablo de lo relevante, lo espiritual, los
misterios y su revelación. No se puede añadir nada ni quitar nada de la
Escritura, y tampoco se puede añadir un precio.
Los cristianos de Gracia y Plenitud deben tener cuidado de no imitar las
costumbres de los idólatras de las tradiciones religiosas. Ya que el negocio
de la idolatría es la venta de objetos “santos”. De nuevo pregunto: ¿Se
pueden vender los dones de Dios? El apóstol de la circuncisión Pedro nos
dejó un ejemplo sobre esto cuando dijo que no se pueden comprar ni vender,
eso le dijo a Simón el mago: “Tu dinero perezca contigo, porque has
pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” como registra el
libro de los Hechos 8:20.
El apóstol Pedro está refiriéndose a los dones relacionados a la predicación
del evangelio de Gracia y Plenitud, salvación completa ya obrada por Cristo
para TODOS los miembros de su cuerpo, en un día; y, en particular, el don
del Espíritu Santo y los ministerios que resultan del Espíritu Santo. Estas
cosas no se obtienen a cambio de dinero, y el pensar que se les puede
comprar o vender es un error muy serio que se llama “maldad”.
el apóstol Pedro continua diciendo, “No tienes tú ni parte ni suerte
en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Arrepiéntete, (cosa que correspondía al apostolado que le fue
dado a él) pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea
perdonado el pensamiento de tu corazón”, como registra el libro de
Hechos 8:21-22.
¿Qué diría el apóstol Pedro acerca de la venta de los ministerios de Gracia
y Plenitud que los hombres reciben por la obra del Cristo, el Santo, el
Espíritu Eterno, hoy en día? La Escritura es un don de Dios. El evangelio es
un don de Dios. El sacrificio de Cristo en Jesús es un don de Dios. La
reconciliación es un don de Dios. La fe consumada para creer y entender todo
cumplido para el cuerpo, y dado como herencia, es un don de Dios. Los
varios ministerios y habilidades que Dios da a sus siervos son dones.
Ninguno de estos debe ser vendido.
Martín Lutero protestaba en contra de la iglesia romana de su tiempo porque
se vendían “indulgencias”, o sea, “el perdón de pecados”.
Lutero entendió que no se puede vender el perdón, puesto que es un don que
ya fue pagado por Cristo en Jesús en la cruz.
Por ejemplo,
si alguien recibe el don espiritual de la enseñanza, ¿podrá entonces vender
sus enseñanzas? ¿Debe cobrar al público por oírlas?
¿Qué diferencia hay entre la venta del perdón de pecados por la iglesia
católica, en el tiempo de Lutero, a la venta del evangelio que hacen muchos
pseudo-ministros en la actualidad? Alguien podrá decirme: Pablo dijo que, El
Señor ordenó “a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”,
como declara el apóstol Pablo en la 1ra carta a los corintios 9:14, que para
eso sí es apóstol.
Entonces, ¿Quiso decir el Señor con esas palabras que deben
vivir del dinero que ganan
por vender el evangelio? ¡NO! porque en el libro según Mateo 10:8,
Jesús mismo ordeno: De gracia
recibisteis, dad de gracia. Ellos tenían
que dar el evangelio gratuitamente, y vivir de lo que la
gente les daba en ofrendas voluntarias.
Esto es lo que practicaba el mismo Señor Jesús.
Obviamente, este método funciona porque nunca oímos una palabra negativa de
Jesús y los apóstoles, quejándose de “escasez de fondos”, como oímos
a menudo de los que se hacen llamar ministerios de Gracia y Plenitud o de
los que dicen estar “más allá de la gracia”, que tenemos hoy.
Si predicamos el evangelio de Gracia y Plenitud por dinero, damos al mundo
la impresión de que el Señor Jesús no es mayor que los otros maestros
religiosos tradicionales, y que sus seguidores no son diferentes de los de
las otras religiones que sacan ganancias de la venta de accesorios
religiosos. Ese no es el testimonio de que el Padre Celestial quiere que se
dé acerca de su sí mismo, que es la imagen que formamos Jesús Cristo, la
cabeza del cuerpo que es la Iglesia o asamblea de TODOS los miembros
reconciliados por la cabeza.
PREGUNTO DE NUEVO: ¿Por qué no vendió Moisés su mensaje a los
ancianos de Israel? ¿Por qué no cobro Elías al pueblo para ver el
enfrentamiento en el Monte Carmelo, contra los profetas de Baal? ¿Por qué no
vendía Juan el Bautista su bautismo? ¿Por qué cuando Felipe le predicó al
eunuco rico, tesorero de la reina de Etiopía, no le pidió el diezmo o por lo
menos una ofrenda? El vender el mensaje o pedir dinero en nombre del
evangelio de Gracia y Plenitud constituye el “amor al dinero”,
lo que la Escritura llama “la raíz de todos los males”. Esto ilustra
la condición trágica en la que se encuentran muchos llamados evangelistas,
incluyendo a los que también se apodan “evangelistas internacionales”,
en nuestros tiempos, imaginándose tener la unción, cuando en realidad son “miserables,
pobres, ciegos y desnudos”, muy buena clasificación que hace de ellos el
libro de Apocalipsis 3:17
o se hacen de los
ciegos a ellos mismos.
Déjenme preguntarles también: Si algunos cristianos han
recibido el don para ministrar la Gracia a la iglesia, ¿Deben cobrar por
ministrar? Si lo hacen, lo que venden ya no es alabanza y ya no es
adoración, ya no es música santa, porque ha sido contaminada, y necesita ser
removida de sus templos. Ese fue el ejemplo que nos dejó Jesús cuando entró
en el templo de Jerusalén, aunque sabemos que ya ese tipo de templo
dejó de ser, pues Dios habita en su templo espiritual que somos nosotros.
Pues registra el discípulo amado Lázaro cuyo libro es llamado por error Juan
2:16 lo siguiente: “Y dijo a los que vendían palomas:
Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de
mercado”.
La “casa de mi Padre” no se refiere solamente al edificio de
piedra del templo, si no a todas las actividades que se llevan a cabo
adentro, alrededor y en relación con las cosas espirituales. Los sacerdotes
y levitas habían sido instruidos por Moisés a comer los sacrificios santos y
las ofrendas del pueblo de Israel, no a cambiar esos sacrificios por oro,
plata, joyas o dinero. Cada sacrificio o simplemente acto de gratitud hacia
Dios debe costar algo al ministro que lo ofrece, y no producir una ganancia
económica a su favor. Pero muchos hombres hoy en día se hacen pastores y
otros se dedican a cantar para no trabajar con sus manos y vivir de las
ofrendas y diezmos de sus seguidores.
El Rey David dijo, “...porque no ofreceré a YHWH mi Dios holocaustos
que no me cuesten nada”, como registra el 2do libro de Samuel 24:24.
Por eso, David compró la era y los bueyes que habían sido usados para la
agricultura y los dedicó a YHWH. Y ya que lo había dedicado a YHWH, no los
volvió a vender.
La “enseñanza”
o “el don” que se vende y que produce ganancias económicas para el
ministro, el tal ha perdido su recompensa delante de Dios; igualmente el
músico que pone precio a la alabanza. Respecto a esto, un pastor me decía: “Nosotros
mismos somos los culpables, porque les hemos hecho creer a los evangelistas
y cantantes, que son estrellas, y que entre más populares son, se merecen
todo”.
Así es, y es muy trágico todo esto, sin embargo hay pastores que les pagan
el precio a estos miserables cantantes que requieren:
ü Volar en primera clase.
ü Limosina y chofer privado.
ü Hotel de cinco estrellas.
ü Suite presidencial.
ü Manjares delicados.
ü Y por supuesto, una jugosa y apetitosa “ofrenda de amor”.
ü Claro, todo esto muy pero muy aparte, de los $5,000 o más, estipulados de ante mano en el contrato.
ü Ahh y se me olvidaba, sin contar lo recaudado por el material de música o mensajes grabados o escritos en libros, además de otras curiosidades.
Claro esto les conviene a muchos pastores, porque, así atraen más gente a
sus espectáculos y por consiguiente recaudan más plata de la que se llevará
el “evangelisto invitado” y la “estrella de
música”. Mis Hermanos de Gracia y plenitud no se engañen Dios no
puede ser burlado, si somos de Gracia y Plenitud entonces andemos por esos
caminos preparados de antemano y seamos para Gracia y Plenitud, de lo
contrario te pregunto: ¿Dónde está la Fe consumada por Cristo, que Cristo te
donó?
De nuevo. Permítanme hacerle esta pregunta. ¿Se acuerdan de Yuri?
Bueno, a ella se le ocurrió un día decir que era cristiana, e inmediatamente
muchos llamados “ministerios cristianos” la contrataron en seguida. Ella se
embolsó unos cuantos miles de dólares y luego se regresó a lo suyo, y por
supuesto sigue diciendo que es cristiana y muchos pastores la siguen
invitando a sus iglesias. De esto, conforme registra el libro según Mateo
6:5, 16, el Señor Jesús dijo: “De cierto os digo que ya tienen su
recompensa”.
Cualquier ganancia material que se saca de la venta de lo relacionado al
ministerio de Cristo, es la única recompensa que habrá; no hay otra
recompensa en el Espíritu, porque es una vacía. Al seguir las costumbres de
la iglesia de Roma, hemos permitido que el evangelio sea diseñado,
empaquetado, y anunciado como un producto a la venta, vendido y prostituido.
Por consiguiente, hemos cosechado muchas sectas tibias y materialistas. Y
los que ganan más dinero con esto, son los que seguramente están menos
dispuestos a cambiar. Es responsabilidad de cada “líder”, desarraigar
de raíz la venta de los dones de Dios de cada lugar de reunión cristiano. El
Señor es paciente y le está dando tiempo a los niños en el conocimiento de
Cristo que despierten o entren en madurez, que entren en la plenitud de
Dios.
Todo lo que se hace en la Iglesia o cuerpo de Cristo, debe ser para la
sobre- edificación de los demás, no para suplir nuestras propias necesidades
económicas.
Pero ¿qué estamos viendo en las llamadas iglesias de hoy? Para asegurarse de
que su ministerio sea ampliamente recompensado, algunos ministros de la
palabra y de música hacen un contrato verbal o escrito por adelantado, antes
de ir a ministrar.
Si a esos mercaderes les fuera quitado el incentivo económico, el pueblo de
Dios pronto vería cuáles maestros y cuáles músicos realmente han sido
llamados por Dios a ministrar. Esto sería como un repicar de campanas,
anunciando la muerte de mucha música y de mucha enseñanza muchas veces
dañina. Porque al desaparecer la ganancia económica, también desaparecerían
los falsos ministros. Nada, es como dice Jesús, según registra el discípulo
amado Lázaro, cuyo libro es llamado Juan 10:13
“Así que el asalariado
huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas”.
Los hombres y mujeres que ministran en verdad en nombre de Jesús Cristo, no
van a los lugares donde se les ofrece más dinero. Ellos van adonde Cristo,
el Espíritu Eterno los guíe. Ellos van para ministrar una enseñanza
correcta, no a ganarse un salario. El Señor mismo suplirá sus necesidades a
través de sus propias manos, como sucedió con el apóstol Pablo, quien hacía
tiendas, o por medio de la generosidad de otras personas que quieren “ayudar
a propagar la verdad”. Como declara la llamada 3 carta de Juan 5-8 que
dice:
5
Amado, cosa
fiel haces en cuanto esto efectúas por los hermanos, y extranjeros,
6 quienes dieron
testimonio delante de la iglesia del ágape de ti, a quienes harás bien en
proveer para el viaje como es digno de Dios;
7 porque en pro del Nombre
salieron, nada recibiendo de parte de los gentiles.
8 Nosotros, pues, debemos
ayudar a los tales, para que nos hagamos
colaboradores en la verdad. Este
sistema espiritual de Cristo en las personas que “cooperan con la verdad”
funciona, si no se está haciendo un corto circuito, a causa de la venta de
los dones de Dios.
Tenemos como mal ejemplo de esto en las escrituras a Giezi, el siervo de
Eliseo, quien cayó en el error de buscar ganancias a través del ministerio
de los dones de Dios. Eliseo sabía que no debía aceptar el “regalo”
de Naamán, y lo rehusó. Pero Giezi corrió tras Naamán para poder ganar algo
del ministerio de Eliseo. El profeta reprendió duramente a su siervo con
estas palabras: “¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos,
olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?”, como informa
el 2do libro de Reyes 5:26. ¿Cuántos “Giezis” ahora mismo están tratando de
sacar ganancias de los dones de Dios? Tengamos cuidado del juicio de Dios
que recibió Giezi y toda su descendencia para siempre: La lepra de
Naamán.
Si hacemos lo que Giezi hizo, entonces somos la “descendencia de Giezi”, y
vamos a recibir el juicio de Dios. Acaso ¿Es liviano este mal proceder? Para
los que “van más allá de la gracia”, que dicen estar en armonía con
Dios sin necesitar la reconciliación de Cristo les recuerdo las palabras del
apóstol Pablo registradas en la carta a los Gálatas 6:6-8 que dicen: 6
Y comparta el que es instruido en la palabra con el que le instruye,
en todas cosas buenas. 7 No seáis engañados, Dios
no es burlado, porque cuanto siembre un humano, eso también cosechará;
8 pues el que siembra para la carne de él mismo, procedente
de la carne de la carne cosechará corrupción, pero el que siembra para el
Espíritu, procedente del Espíritu cosechará vida eterna.
Otro mal ejemplo lo tenemos en los hijos del sacerdote Elí, que trataron de
recompensarse cuando demandaban de la gente, la carne cruda de los animales
que eran sacrificados al Señor, algo que no les correspondía, como
registra el 1er libro de Samuel 2:12-17.
Esta siembra para la carne se llamaba “menospreciar las ofrendas de
YHWH” y fue considerado un pecado “muy grande”. Así es la siembra de
todo el que se engaña a si mismo, de muchos que dicen ser siervos o casi
Dios mismo, que no se contentan con las ofrendas voluntarias del pueblo de
Dios, y tratan de “tomar” más de lo que el Señor les ha ordenado
conforme a las Escrituras. Puesto que los hijos de Elí no se arrepintieron
de su mal proceder, Dios los entregó en manos de los filisteos para juicio y
levantó a un sacerdote fiel llamado Samuel.
¿Pueden ustedes imaginarse qué tan rico hubiera sido Jesús si hubiera
cobrado por los servicios que hacía? Las sanidades de Jesús eran un
ministerio del Espíritu o Cristo, Jesús confesó de acuerdo a lo registrado
por Lázaro, el discípulo amado, cuyo libro es llamado por error Juan 5:30
Yo no puedo hacer nada de mí mismo. Jesús era un ministro de la
sanidad quien daba sus servicios gratuitamente
y vivía por fe
en el Padre que provee
abundantemente para los que buscan primero el hacer justicia. Es por eso que
dijo conforme registra el libro según Mateo 6:33 lo siguiente: “Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas”.
Pero ya estamos en su reino y todas esas cosas ya
fueron añadidas por su gracia y plenitud, así que no es bueno torcer la
palabra ¿Podía el apóstol Pedro haber cobrado a la gente por el pan y los
peces que Jesús multiplicó? Creo que no.
Si en realidad el ministerio o la enseñanza o la alabanza de alguien es un
DON sobrenatural que recibió por la fe en Jesús Cristo, debe darlo
gratuitamente.
La comunicación de los beneficios que nos anuncia el evangelio de la gracia
de Cristo, tales como la salvación, el perdón, la sanidad, y su Gracia y
Plenitud deben ser gratis.
Por ejemplo, si el presidente de la república mandara a un representante a
llevar un regalo a la reina de Inglaterra, ¿Debe cobrar ese representante a
la reina por el presente? ¡Claro que no! Pueblo de Dios, si el Rey Jesús
Cristo nos ha mandado con dones para nuestros semejantes, ¿cómo vamos a
justificar el hecho de que estamos cobrándoles por darle esos dones que son
gratuitos? La recompensa que se recibirá por dedicarse al ministerio del
Señor vendrá conforme
a la ley espiritual expresada en el libro según Lucas 6:38que dice: “Dad,
y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro
regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
La palabra clave es DAR. La
cantidad que los miembros del cuerpo de Cristo o de Dios DAN
determinará la recompensa que recibirán de Dios. El sabe lo que los miembros
de su cuerpo necesitan, sabe cuánto vale su ministerio, y les suplirá sin
falta.
Eliseo no necesitaba la plata de Naamán, Abraham no necesitaba la riqueza
del Rey de Sodoma, el apóstol Pedro no necesitaba el dinero de Simón el
mago, y Jesús no necesitaba la riqueza que le ofreció satanás, o su mente
terrenal que le instaba a tomar para sí como humano esa gloria que le
pertenecía a Cristo o el Espíritu. El apóstol Pablo se sostenía haciendo
tiendas, no vendía copias de su testimonio o de estudios de capacitación en
DVD CD, grabados de sus predicas. No cobraba por predicar o por orar o por
hacer visitas personales.
Aun su ministerio musical en la cárcel de Filipos
fue gratis. El apóstol Pablo era un seguidor de aquel que vino a “DAR su
vida”. Cristo dar su vida en Jesús, fue el mayor de los regalos de Dios,
como registra el libro según Mateo 20:28.
El Reino de Dios es un reino
de dádivas, de gracia de dones, no un negocio
exitoso.
No estoy diciendo que sea malo tener un negocio siempre y cuando sea
honesto. Por ejemplo el apóstol Pedro ganó dinero con pescar peces, pero no
con pescar a los hombres. Jesús indicó que hay una diferencia entre la
mercancía del mundo y el servicio espiritual cuando dijo: “Dad,
pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”, como
registra el libro según Mateo 22:21.
Lo que estamos diciendo es que existe un muro de separación entre la
Iglesia y la Tienda de negocio. Los cristianos pueden
vender las mismas cosas que vende la gente no convertida, y eso no es
problema, porque nada tiene que ver con las cosas espirituales. Jesús, por
ejemplo, era carpintero y probablemente vendía muebles de madera, puertas,
arados y cosas parecidas. El apóstol Pablo hacía tiendas y las vendía, pero
no utilizaba el ministerio de la reconciliación que le fue dado
gratuitamente por Cristo, para hacer su negocio aprovechándose de los
hermanos.
El problema que tienen los que en verdad no entienden el negocio del Padre, es que el mensaje de Jesús viene de arriba. No es de este mundo, y no debe ser vendido como si fuera mercancía de este mundo. Se pueden vender conocimientos terrenales, pero no los espirituales. Si alguien considera que su enseñanza procede del Cristo, el Espíritu Eterno, entonces no está a la venda. Esta sabiduría es de arriba, de la mente o conciencia Cristo, que baja a los miembros del cuerpo manifestado en carne y sangre para que su experiencia del proyecto encarnación o humanidad sea completo.
Pero muchos predicadores hoy en día, terminan su mensaje "ungido"
pidiendo dinero y los más descarados lo piden antes. Lo que procede del
mundo tiene un valor terrenal que se mide con dinero, pero lo que procede de
arriba tiene un valor espiritual, y no se vende, porque no tiene precio. El
sistema del capitalismo sirve para la fabricación y distribución de bienes
materiales como casas, comida y maquinarias de todo tipo. Pero Jesús no
escogió el capitalismo como el vehículo para propagar su verdad. Tampoco
escogió cualquier otro de los sistemas políticos y financieros que los no
convertidos han desarrollado para organizar, regular y promover su
existencia.
La Verdad no es propiedad privada de ningún hombre que se puede poseer y
vender en el mercado. Jesús no vende franquicias para montar negocios.
Jesús Cristo nunca firmó un contrato en que le concedió a ningún hombre los
derechos para vender su doctrina. Ningún sistema económico terrenal puede
mejorar el método del Espíritu para difundir el mensaje de la reconciliación
de lo que estaba debajo de la tierra, en la tierra y en los cielos, ya
realizada por Cristo en Jesús una vez y para siempre.
Lo único que podemos hacer legítimamente es unir nuestra voz a la del Cristo
o Espíritu en la invitación que está haciendo a la humanidad de aquellos
donde reposa su mente o conciencia y que ahora han venido después de
cumplidas todas las cosas a participar de carne y sangre en común con el
Padre, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 2:14; sí el
Espíritu o Cristo la cabeza del cuerpo que la Iglesia dicen a todo miembro
individual de ese cuerpo: Ven. Y el que oye diga: Ven. Y el que tiene sed,
venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”, como revela
el libro de Apocalipsis 22:17.
Ministros Competentes del Señor Jesús Cristo, el suscitado procedente de los
muertos o separados del Espíritu, pueblo de Dios en general, recuerden:
¡No debemos vender los dones gratuitos
de nuestro Dios! ¡Si eres un hijo de Fe Consumada, vive como un hijo de Fe
Consumada!
Bendecido con TODA Bendición Espiritual desde lo Alto o conciencia Cristo......
Su Hermano Héctor Moreno EN JESÚS ESPIRITU
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¡ABBA Cristo!
MINISTERIO RECONCILIACIÓN EVANGELIO DE LA GRACIA - (MREG)
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