EL BAUTISMO EN LA GRACIA
En los nuevos cielo y tierra, Ramón Cristo (Isaías 53:10)
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En la vestidura visible, Yo Soy Ramón
Urbáez, Sobre-Edificador por la gracia de Dios, sobre el fundamento
Cristo puesto por el apóstol Pablo, 1ra carta a los
Corintios 3:10. Hermano en la común fe, a todos los santos ya
bendecidos en la simiente de Abraham, la cual es
Cristo, carta a los Gálatas 3:8, 9 y 16; con toda bendición
espiritual, carta a los Efesios 1:3; trasladados y sentados en los
lugares celestiales, y hechos perfectos con un sólo sacrificio para
siempre, carta a los Hebreos 10:14. Gracia y paz a cada uno de vosotros de
Dios nuestro Padre y Señor, Jesús Cristo.
El propósito de este estudio, es que los santos, dioses, reyes y
señores que están en la tierra, entiendan y crezcan en todas las
cosas espirituales, la sabiduría de Dios en misterios, la sabiduría
oculta y predestinada, preparadas para nuestro peregrinar y reinar en
vida en este planeta desde antes de los siglos, conforme nos revela el
apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 2:6-9, la porción del
cuerpo Espíritu del cual Jesús Cristo es la cabeza, su siempre servidor,
Ramón Cristo. |
Que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio (sobreedificado) de Cristo.
Carta a los Colosenses 4:3
Para el propósito de este estudio tomaré como base la cita de lo escrito por el apóstol Pablo en la carta a los Colosenses 2:11-23.
Aunque muchos creen que el estudio de la escatología se limita al estudio del fin de todas las cosas señaladas por la segunda venida del Señor, incluyendo el juicio final y la resurrección; la verdad es que el estudio de la escatología está interconectado con casi todas las enseñanzas básicas del nuevo pacto en Cristo. De hecho, creo que al enseñar esos eventos que fueron catalogados como escatológicos, pero que ya fueron cumplidos, por lo que para nosotros ahora son cosas históricas; pero al hablar de ellas, no hay forma de evitar declarar todo el consejo de Dios. Aunque una aparente gran mayoría del sistema religioso sigue esperando el cumplimiento de la segunda aparición de Cristo, el arrebatamiento de los santos, el juicio final y la resurrección de los muertos, como un evento futuro, desconocen que se están perdiendo el reinar en vida en el conocimiento de todas las cosas ya restauradas por Cristo en el orden espiritual, aunque estén peregrinando en carne y sangre.Pero el tema de este estudio de hoy, si lo hacemos conforme nos enseña el apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 2:12-13 donde nos revela: 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Conforme al principio revelado en el verso 13 que acabo de citar, conoceremos cual es el bautismo de Cristo que hemos recibido. Esto es así, por lo que nos recuerda el apóstol Pablo en el verso 14 que sigue, lo siguiente:
14 Pero el animal humano no percibe las cosas que provienen del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.Conoceremos que TODAS las cosas en Cristo tomaron un nuevo significado desde la cruz de Jesús, porque todas esas cosas las veremos ahora totalmente como son en la realidad de las cosas ya restauradas en Cristo. El apóstol Pablo en la carta a los Colosenses 2:1-2 revela lo cual les cito sobre edificado haciéndome parte de esas palabras, lo siguiente: 1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros
(en mi caso por los que estáis en Arecibo e Isabela, Puerto Rico), y por los que están en Laodicea, (o el resto de Puerto Rico) y por todos los que nunca han visto mi rostro; (o por todos los que están en el resto de los países de este planeta) 2 para que sean consolados sus corazones, unidos en ágape o amor del Espíritu, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios, Cristo, 3 en quien están escondidos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4 y esto os lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Esto lo digo, para que entendáis, que ahora en la gracia, tenemos que ver todas las cosas que nos fueron ilustradas por medio de la ley y los profetas, desde la luz o revelación del misterio de Dios que era Cristo, y no desde la letra o sombra de la ley o antiguo pacto, pacto al cual tal y como nos revela y enseña el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 10:4, ya Cristo le puso fin totalmente, cuando se cumplió la última tilde de la ley, lo cual ocurrió en el año 70, si en verdad entendemos qué fue lo que sucedió en Israel en ese año 70.Si por ejemplo consideramos la cena del Señor a la luz del nuevo pacto ya reinando, porque el antiguo pacto ya fue cumplido hasta su última tilde delante de Dios, veremos que seguir comiendo un pedacito de pan y bebiendo una copita de jugo de uva es una celebración de algo ya cumplido que sólo da algo por vista a la carne, para lo cual les recuerdo las palabras del apóstol Pablo en la 2da carta a los Corintios 5:7, y no de algo que celebramos esperando que se cumplan unas cosas, a lo cual ese recordatorio apuntaba. Ahora no comemos un pedazo de pan físico y un sorbo de vino físico en una copa física, como lo hacían los amados de la generación de los días de Jesús, que esperaron y vieron cumplidas todas las cosas anunciadas en esa generación tal y como le fue profetizado. Ahora comemos pan del cielo y bebemos vino nuevo en el reino del Padre Eterno, porque ese comer y beber es el ejercitar la nueva mente o conciencia Cristo en todas las cosas, conforme a lo que la gracia preparó para nosotros. Pero si conocemos o entendemos lo que significa que ese reino está dentro de nosotros, como muy claramente reveló y enseñó Jesús y registra su biografía según Lucas 17:21, entonces entenderemos porque ahora TODAS las cosas en Cristo tienen un nuevo significado.
En ese nuevo reino donde comemos el nuevo pan o pan del cielo y bebemos el vino nuevo, es un conocimiento de las enseñanzas y la doctrina de Cristo, lo cual sólo puede ser conocido mediante ser alumbrado en los ojos del entendimiento o activación de la mente o conciencia Cristo en nosotros, como revela el apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 2:16. No es repetir día tras día los hechos biográficos de Jesús y las enseñanzas de leche o del principio, es comer o entender, asimilar y practicar en la nueva conciencia Cristo la doctrina o principios de vida del Espíritu o Cristo. No es estar contando a los demás nuestro supuesto testimonio personal de cómo éramos en la vieja naturaleza, cosa que todas ya pasaron, es confesar todo lo que somos en la nueva naturaleza o mente o conciencia Cristo.
Es menester que entendamos qué significa que somos los miembros del cuerpo del cual Cristo es la cabeza. Que entendamos qué significa que ese cuerpo es la Iglesia, como también revela el apóstol Palo en las cartas a los Efesios 1:22; 4:15; 5:23 y a los Colosenses 1:18. Por eso, los que vivimos en este conocimiento de Cristo ya andamos en las doctrinas debajo del velo de Moisés que es lo mismo que comer el viejo pan y beber el vino viejo de la ley o antiguo pacto, que celosamente todavía tomaban los amados bajo el ministerio de la circuncisión dirigido celosamente por Pedro, Juan y Santiago. El apóstol les reveló a los amados de Corinto en qué consistía en realidad comer esa cena en esos días. Ahora estamos bajo un nuevo pacto, una nueva alianza con Dios. Ahora estamos vivos en el Espíritu Cristo, por lo que estamos en paz con Dios.
Pero como les anuncié en el titulo de este estudio, tomaré como base para esta conferencia, la porción de los versos 11 al 23 del capítulo 2 de la carta a los Colosenses. Pero antes de entrar de lleno en el tema, hagamos un corto análisis histórico, que nos ilustrará lo que quiero demostrar en este estudio, para que lo podamos entender apropiadamente.
Primero tenemos que reconocer, que había una gran controversia en esos días de transición entre el antiguo pacto llegando a su fin, y el nuevo pacto en Cristo tomando posesión de todas las cosas dichas por la ley y los profetas según se iban cumpliendo una por una, según los amados entraban de gloria en gloria o de revelación en revelación. Fue una lucha entre los seguidores ciegos de la ley de Moisés junto a los niños en Cristo todavía bajo el velo de Moisés, contra la gracia de Cristo revelada por el evangelio, llamado al principio evangelio de la incircuncisión. Para aquellos que fueron despertados en esos días, entrar en el conocimiento de la verdad, significó ser declarados totalmente libres de la esclavitud de la ley y de la naturaleza de pecado o naturaleza “satanás”, nombre sustantivo común que significa simplemente “adversario”, por lo que la naturaleza “alma viviente” que fue el primer Adán, es una naturaleza adversaria a la del último Adán que es el Señor Jesús Cristo, que es un Espíritu viviente, que trajo a vida la nueva creación, y por tanto una nueva raza sobre este planeta Tierra.
HAGAMOS UN BREVE REPASO AL CONTEXTO HISTÓRICO
Por aproximadamente un período de diez años después de la crucifixión y resurrección de Jesús como el Cristo, el evangelio de la circuncisión dado a Pedro y el resto de sus diez compañeros, era lo que se predicaba en medio de los judíos exclusivamente. Nos informa el amado Lucas en el libro de los Hechos 21:18-21, que varios años más tarde cuando el apóstol Pablo visitó Jerusalén por última vez, porque de allí fue llevado preso, el apóstol Pablo visitó a los del ministerio de la circuncisión y habló con Jacobo y todos los ancianos allí reunidos
19 a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Pero leamos en el verso 20 cuál fue la reacción de esos amados de Jerusalén encabezados por Jacobo, quien también es llamado Santiago: 20 Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios y le dijeron: ya vez, hermano, cuántos millares de judíos han creído; y todos son celosos por la ley. 21 Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. 22 ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Es decir, que el ministerio de la circuncisión siguió practicando las cosas de la ley, por eso bautizaban en agua, y todas las demás cosas que iban siendo dejadas de practicar en la gracia como rito, según iban viendo el cumplimiento espiritual de esas cosas reconciliadas por Cristo.De hecho, el Señor llamó al apóstol de la circuncisión Pedro por medio de una visión, la cual no entendió claramente, para que fuera a casa de Cornelio y usara las llaves para abrirle la puerta o les predicara el mensaje que conocía hasta ese momento. No fue hasta que hubo una manifestación del Espíritu sobre Cornelio y los que estaban con él, que el apóstol de la circuncisión Pedro se convenció, que Dios también llamó a los gentiles a su reino. La reacción controversial desde su inicio para que los gentiles fueran aceptados en el círculo judío, ocurrió inmediatamente, lo cual podemos leer registrado en el libro de los Hechos 10:44. Cuando Pedro regresó a Jerusalén, los hermanos de la iglesia ya formada allí se enteraron que Pedro había estado compartiendo con gentiles, se sintieron ofendidos e inmediatamente llamaron a Pedro a capítulo, como decimos en término moderno aquí en Puerto Rico.
Cuando el apóstol del ministerio de la circuncisión Pedro fue cuestionado por los de la iglesia de Jerusalén cuyo anciano principal era Jacobo, también llamado Santiago, uno de los hermanos de Jesús en María, Pedro basó su defensa en lo que nos informa el libro de los Hechos 11:15-16 que dice: 15 Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. Pedro experimentó aun desde el ministerio de la circuncisión del que era dirigente, que Dios estaba cambiando las cosas de la vieja ley a lo nuevo, a su gracia en Cristo Jesús. Entonces la reacción del apóstol Pedro ante este hecho de Dios delante de sus ojos, cosas que todavía no entendía, lo expresan sus palabras registradas en el verso que sigue, cuando les dice a esos hermanos de Jerusalén: 16
Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Fíjense que a pesar del apóstol Pedro acordarse en el momento preciso de las palabras de Jesús relacionada con el bautismo, palabras que también de manera profética fueron dichas inclusive por Juan el bautista según registran las biografías de Jesús escritas por Mateo 3:11; Marcos 1:8 y Lucas 3:16, aun así, el apóstol Pedro continuó bautizando conforme al rito del bautismo de Juan el Bautista, el último profeta de la ley, libro según Mateo 11:13.Un ejemplo de ese tipo de cosas lo podemos ver en Apolos, de quien nos dice el amado Lucas en el libro de los Hechos 18:24-28 lo siguiente:
24 Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. 25 Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. 26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. 27 Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; 28 porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo. Fíjense que Aquila y Priscila no bautizaron de nuevo en agua en el nombre de Jesús a Apolos, sino que le expusieron exactamente el camino de Dios, lo que al ser entendido y creído por Apolos le dio evidencia que ya estaba bautizado en Cristo.Como pueden ver del ejemplo con el amado Apolos, que hablaba de Jesús como el camino que aprendió de los del ministerio de la circuncisión, estaba bautizado en agua conforme a ese ministerio, pero no conforme a la verdad de la gracia de Cristo. En realidad, el bautismo en agua fue un rito que Pedro aprendió de Juan el Bautista, rito en el cual se bautizó al igual que sus demás compañeros y que practicó con los demás apóstoles estando con Jesús, lo cual pueden comprobar leyendo la biografía de Jesús según el discípulo amado Lázaro, cuyo libro es llamado por error Juan 4:1-2, porque Jesús no bautizó nunca a nadie en agua y menos lo haría como Cristo glorificado, porque todas sus cosas son el Espíritu.
De hecho, nos informan los libros según Mateo 20:22 y Marcos 10:38 que Jesús les dijo en una ocasión a Juan y a su hermano por causa de por medio de su madre solicitar que ellos se sentaran uno a la derecha y el otro a la izquierda de Jesús cuando él viniera en su reino, lo siguiente: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. 23 Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. Así fue mis amados, bebieron del vaso de Jesús porque ambos murieron violentamente al igual que Jesús; y fueron bautizados en el mismo bautismo que Jesús fue bautizado, “la muerte”. Pero, ¿quieren saber la reacción del resto de los diez apóstoles por la petición de esos hermanos? Leamos el verso 24 Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. A esto veamos la enseñanza de Jesús, que sigue siendo la misma para todos los que dicen creer su palabra o enseñanza:
25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28 como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.Si se dieron cuenta, Jesús les dijo a los hermanos Juan y Jacobo que ellos podían ser bautizados en el bautismo que él sería bautizado, y que sepamos ellos al igual que Jesús, ya lo estaban en el bautismo de Juan el Bautista. Pero serían bautizados en el bautismo que Jesús sería bautizado; el bautismo de la muerte. Entonces, el bautismo con el cual Jesús nos bautizaría a todos no era un chorrito o sumergirse en un poco de agua. Pero más adelante abundaré más sobre este asunto cuando hablemos directamente del tema del bautismo de la gracia. Por ahora, prosigamos viendo que pasó con el apóstol Pedro y el resto del ministerio de la circuncisión por causa de la visita de Pedro a la casa del gentil Cornelio.
Entonces, el apóstol Pedro reta a sus oyentes del ministerio de la circuncisión con las siguientes palabras: 17 Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesús Cristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? Esas palabras del apóstol Pedro ocasionaron que los que le escuchaban dijeran: 18 Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!
Fíjense que lo ocurrido el día de pentecostés con todos los discípulos presentes y en la casa de Cornelio no tenía nada que ver con bautizar en agua, fue una evidencia de Cristo, el Espíritu de vida, que abría las puertas de su reino, tanto a judíos como a gentiles.Pero aun así, los amados del ministerio de la circuncisión de Jerusalén continuaron practicando las cosas de la ley. Siguieron practicando la circuncisión, así como el bautismo en agua conforme a Juan el Bautista, a pesar de que Juan mismo dijo que el que venía detrás de él bautizaría en el Espíritu, y que sepamos el agua natural nada tiene que ver con el Espíritu. Recuerden, las palabras de Jesús, lo nacido de la carne o de lo natural, es carne o natural. Por eso fue que recibieron el apostolado con el ministerio de la circuncisión predicando el evangelio de la circuncisión, como muy claramente lo declara el apóstol Pablo en la carta a los Gálatas 2:7. Pedro y los demás apóstoles de la circuncisión no fueron escogidos por Jesús Cristo para revelar los misterios que estuvieron escondidos por las edades. Por eso Jesús les dijo que esperaran por el Consolador, el cual se manifestó en el apóstol Pablo, quien les recordó o mostró a ellos toda la verdad de Cristo.
El apóstol Pablo recibió el evangelio de la incircuncisión o de la gracia, en el cual TODO, absolutamente TODO, fue obrado por Dios para que lo creamos mediante la fe de él ya consumada puesta en nosotros, sin que hagamos ninguna obra. Por eso es precisamente por gracia y no por ninguna obra de la ley, no es por obras de voluntad de la carne, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Efesios 2:8-10 cuando dice: 8
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados sobre las buenas obras de Cristo Jesús, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Por eso declara el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.ENTENDAMOS LA REALIDAD DESDE SU ORIGEN
El nuevo pacto o gracia de Cristo introdujo un nuevo orden en todos los aspectos de la vida y de la doctrina. Por eso fue necesario conocer que era necesario cumplir cada sombra o figura que la ley representaba en cada aspecto de Cristo, para que podamos entender todo lo que fue cumplido por Cristo en Jesús para nuestra total reconciliación. Entonces mis amados, para que entendáis la realidad de todas estas cosas desde su origen es crítico que entiendan el conflicto apostólico que originó la entrada o inclusión de los gentiles a Cristo, que era uno de los misterios que estaba oculto. Los descendientes de Sem o israelitas, fueron bendecidos con recibir el tabernáculo y todo su oficio, tuvieron los padres, las promesas, los pactos, la circuncisión, la palabra de Dios, y vino el Cristo en la carne, así le fue profetizado por su padre Noé y registra el libro de Génesis 9:26 y confirma el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 3:1-1-2 y 9:4-5. Los israelitas naturales no entendían que Jafet estaba entrando en posesión de su promesa declarada también por Dios a través de su padre Noé, como también lo declara el libro de Génesis 9:27, en esos día finales de la ley que apareció el Cristo. No entendían que los descendientes de Sem y de Jafet, que es lo mismo que decir judíos y gentiles, iban a ser juntados como un solo pueblo espiritual. Eso lo había profetizado Jesús, conforme lo registra su biografía según el discípulo amado Lázaro, cuyo libro, todos llaman por error Juan 10:16, cuando dijo:
También tengo OTRO rebaño (los miembros de su cuerpo en medio de los gentiles, los descendientes de Jafet a los que iba a engrandecer, porque serían herederos sin pasar por la ley a poseer la tienda de Sem o ser coherederos de las mismas promesas) que debo atraer para que sean un solo rebaño, con un solo pastor.Es necesario que entiendan, que los judíos discriminaban grandemente contra los gentiles y los gentiles contra los judíos. Que los amados de Jerusalén aceptaran que Dios había concedido también arrepentimiento a los gentiles al igual que a ellos, fue como hacer un sacrificio más en la ley, pues continuaron judaizando en medio de las congregaciones de los gentiles, como muy claramente es evidenciado por varias de las cartas del apóstol Pablo, siendo la carta a la iglesia de Laodicea la reacción más fuerte del apóstol Pablo contra este asunto. Aunque el contenido de esa carta a Laodicea permanece oculto para muchos amados del sistema religioso, cuyo contenido parece atacar la forma de organización actual de las diferentes sectas religiosas que dicen ser cristianas. Pero a pesar de todos estos problemas del principio entre judíos y gentiles la igualdad delante de Dios de unos y otros es una y la misma. Conforme nos revela el apóstol Pablo, delante de Dios o en su reino espiritual reflejado aquí en la tierra, ya no hay judíos ni gentiles, no hay ni varón ni hembra; no hay ni siervo ni libres, etc., como escribe el apóstol Pablo en la carta a los Gálatas 3:28. En palabras modernas podemos decir, que en el Espíritu Cristo somos una nueva creación, una nueva raza, manifestada en carne y sangre aquí en este orden visible y relativo. Entended que eso es lo que precisamente revela el apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 15:45-49 cuando dice:
45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, Espíritu vivificante. 46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49 Y así como hemos portado la imagen del terrenal, portaremos la imagen del celestial.Para los miembros del cuerpo de Cristo no hay etnia u origen de naciones, no hay diferencia sexual, por eso en su reino que es espiritual no nos casamos ni nos damos en casamiento al estilo humano, como profetizó Jesús que sería en su reino, según registra su biografía según Marcos 12:25. El matrimonio entre un hombre y una mujer en la carne y sangre nada tiene que ver con el Espíritu. Entiendan de una vez y por todas, que el matrimonio que practicamos bajo las leyes del estado y el ritual del sistema religioso es un asunto para la carne que nada tiene que ver con el Espíritu. En el reino de Cristo no hay clases sociales, mucho menos castas religiosas para imponer su voluntad y autoridad sobre nosotros, porque uno es nuestro Señor, uno es nuestro Padre Eterno en el Espíritu, uno es nuestro Dios, uno es nuestro Rey, uno es nuestro reconciliador, etc., y ese uno es Jesús Cristo, la cabeza del cuerpo que es su Iglesia.
IGUALDAD EN CRISTO DE TODOS LOS MIEMBROS DE SU CUERPO
La igualdad en Cristo de los gentiles con los judíos, no se realizó sin pelea entre los hermanos del principio. Nos relata el amado hermano Lucas en el capítulo 15 del libro de los Hechos, como comenzó esa pelea. Nos relata el amado doctor Lucas en el verso 1 que
algunos judíos que venían de Judea llegaron a Antioquia y comenzaron a enseñarle a los hermanos en medio de las iglesias de los gentiles: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. De seguro que los hermanos del ministerio de la circuncisión, como pasa hoy día, estaban interpretando las Escrituras del antiguo pacto relacionadas con el reino de Dios y lo relacionado a los gentiles de manera literal en lo natural, y no de manera literal espiritual, es decir, acomodando lo espiritual a lo espiritual, como revela el apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 2:13. Por eso vemos a esos hermanos del principio, enseñándole a los de origen gentil que si querían ser cristianos, tenían que hacerse judíos primero, tenían que bautizarse en agua, tenían que hacerse la circuncisión, tenían que hacer purificación, tenían que guardar los mandamientos de la ley de Moisés, tenían que guardar el día de reposo, tenían que dar diezmos, etc. Pero para el apóstol Pablo, que fue llamado por Cristo mismo para reunirles a los judíos y a los gentiles en un solo pueblo, esto significaba simple y llanamente rechazar la salvación por gracia y creída por fe que Cristo lo envió a predicar por todas las naciones, tanto a los judíos en medio de los gentiles, como a los gentiles.El apóstol Pablo estaba predicando y enseñando que por el nuevo pacto de Cristo estaba siendo introducida en la tierra
una nueva creación, un nuevo hombre, una nueva nación, como revela en la 2da carta a los Corintios 5:17; estaba introduciendo al nuevo hombre creado según Dios, en la justicia y santidad de Cristo en Jesús, como revela en la carta a los Efesios 4:24; estaba enseñando una forma de salvación totalmente nueva en Israel, una salvación no dependiente en las obras propias para ser perfeccionado por las obras como ocurría en la ley, como revela en la carta a los Filipenses 3:9, sino descansando plena y exclusivamente en la justicia de Cristo en Jesús. El apóstol Pablo como Saulo de Tarso conocía y aventajaba a todos los del ministerio de la circuncisión en el conocimiento de la ley, pero no fue llamado por Cristo para enseñarle a Moisés a los gentiles, sino a Cristo crucificado en Jesús. Su mensaje por doquier como lo demuestran sus cartas, enseña todo lo contrario, la ley o antiguo pacto estaba en esos días postreros llegando a su fin, por eso ellos estaban viviendo en los postreros días de ese viejo mundo, de esos viejos cielo y tierra donde sus estrellas o líderes caerían a tierra y su luna o nación sería ensangrentada. Ese pacto añadido en Moisés estaba envejecido, estaba añejo como el vino que Jesús dijo representaba la ley; y como revela el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 8:13 cuando la escribió aproximadamente en el año 65. Ese pacto estaba a punto de perecer o finalizar delante de Dios, lo que sucedió finalmente en el año 70 cuando los ejércitos de Roma hicieron correr la sangre por toda esa nación, como sabemos los que el Señor ha abierto los ojos del entendimiento espiritual.El apóstol Pablo entendió por revelación de Cristo, que nada de la letra de la ley tenía ya parte en su nuevo pacto de gracia. Entendió la diferencia entre el ministerio de la circuncisión que representó el final de la ley, y el ministerio de la reconciliación que él recibió de Cristo, como revela en la 2da carta a los Corintios 5:18-19. Por eso declara en la carta a los Gálatas 2:4-5
y esto a pesar de los falsos hermanos (los judaizantes que venían de Jerusalén de parte de Jacobo, llamado también Santiago como nos es declarado en el verso 12) introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, (la servidumbre de la ley de Moisés que él conocía muy bien) 5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros. Por tanto, el apóstol Pablo entendió que ninguna de las cosas practicadas en la ley o viejo mundo llegando a su fin, que nada de los viejos cielo y tierra y sus viejas estrellas que pronto caerían de los cielos, eran para observancia o práctica en el nuevo pacto en Cristo, en los nuevos cielo y tierra donde nosotros los creyentes de la gracia somos las estrellas prometidas a Abraham, y donde Cristo es el sol de justicia, y la luna es la Iglesia que irradia la luz o conocimiento de Cristo, como lo vio el profeta Malaquías 4:2. Todas esas cosas de la ley de Moisés, tenían y tienen que ser dejadas a un lado para que Cristo nos aproveche, para que nos sea beneficioso en todas las cosas.Le
s he dicho todas estas cosas, porque esa grandiosa y no reconocida controversia entre judíos y gentiles; entre el ministerio de la circuncisión y el ministerio de la incircuncisión, como fue llamado inicialmente el ministerio de la reconciliación; entre el evangelio de la circuncisión y el evangelio de la incircuncisión, como fue llamado inicialmente el evangelio de la gracia, es sumamente importante conocerla, es el centro para entender y apreciar lo que nos está revelando el apóstol Pablo en lo escrito comenzando en el verso 14 del capítulo 2 de la carta a los Colosenses que he tomado como base para esta exposición. Por eso continúan judaizando los amados del sistema religioso que dicen ser de Cristo, porque no han entendido el mensaje de la gracia revelado por el apóstol Pablo, y se quedaron en el evangelio de la circuncisión predicado por Pedro, Juan y Santiago; porque el vino viejo o añejo les parece mejor y les es difícil apreciar el vino nuevo de la gracia de Cristo, aunque digan que predican a Cristo.LAS COSAS VIEJAS PASARON, HE AQUÍ TODAS FUERON HECHAS NUEVAS
A leer la porción de la carta a los Colosenses que he sugerido como la lectura base, encontramos varias cosas que se nos revelan fueron hechas nuevas, de las cuales para efecto de este estudio, daré énfasis a tres de ellas, por considerarlas que son básicas. Entre las cosas que fueron hechas nuevas por causa del mensaje de la gracia de Cristo encontramos que el apóstol Pablo en los versos 2-3 del capítulo 2 de esa carta a los Colosenses, indica su deseo de que fueran
consolados en sus corazones o mentes, que estuvieran unidos en ágape o amor del Espíritu, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios, que es Cristo, 3 en quién están escondidos TODOS los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.Veamos varias cosas que fueron hechas nuevas por la gracia en este pacto en Cristo, para que como declara el apóstol Pablo en el verso 4,
esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas; para que como declara en el verso 7, estéis arraigados y sobreedificados en la fe consumada por Cristo, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias; para que como declara en el verso 8, nadie os engañe por medio de filosofías y enseñanzas huecas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo o de la ley, y no según Cristo.¿Qué cosas fueron cambiadas y no debemos dejar que nadie nos juzgue en ellas? En el verso 16 el apóstol Pablo nos aconseja a
no dejarnos juzgar en comida o en bebida, a guardar días de fiestas, o guardar un día de reposo como si eso fuera el reposo de Cristo, etc., vivir asidos a las cosas que cerraron en el pacto de la ley, seguir bautizándose con agua, comer pan y beber vino como si en esos elementos residiera la verdadera cena del Señor. Ya ese memorial cumplió su trabajo hasta el año 70 cuando todas esas cosas viejas y rudimentarias llegaron a su fin, ahora comemos pan del cielo y bebemos el vino nuevo en el reino de Cristo como él lo había profetizado que sucedería, y lo informa el libro según Mateo 26:29, lo que significa la comunión o común unión de todos los miembros del cuerpo por medio de la doctrina de la gracia, la doctrina de la gracia de Cristo es verdadera comida y verdadera bebida. Reconocer a los demás andando en ese conocimiento, eso es discernir el cuerpo de Cristo. Por eso en el verso 17 el apóstol Pablo revela que todas esas cosas eran sombras de lo que estaba viniendo en cumplimiento delante de ellos.¿Qué otras cosas estaban siendo cambiadas? En el verso 18 les indica que nadie los privara de su bienestar en cuanto a los ángeles, que no eran otra cosa que los mensajeros enviados a ellos para enseñarles la doctrina, porque por ejemplo los pastores son llamados ángeles para las congregaciones. Les recuerda del verso 20 en adelante, que si murieron o fueron separados en Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo o de la ley y sus enseñanzas finales administradas por el evangelio de la circuncisión,
porque si habían sido libertados en la gracia se comportaban como si vivieran todavía bajo la ley, sometiéndose a preceptos o mandamientos de hombre de suprimir sus vidas a ritos de vestimentas, apariencia personal, comidas y otros más, que son cosas de obras para tratar duro al cuerpo humano, pero que no tienen ningún valor contra los apetitos o deseos de la carne, sino todo lo contrario.Pero entremos en más detalles de las tres cosas básicas que precisamente mantienen en el error a los amados del sistema religioso, y que encontramos informadas del verso 11 al 15. Me refiero a que
hay un nuevo pueblo representado por un nuevo hombre, con una nueva circuncisión y bautizado con un nuevo bautismo, y ya resucitado. La primera cosa básica cambiada está relacionada con el nuevo pueblo viviendo aquí en la tierra, cosa que no es tan aparente para los que viven conforme al sistema religioso, como lo son el nuevo bautismo y la nueva circuncisión, ya que estas dos últimas cosas continúan siendo practicadas en forma apóstata desde los días en que el apóstol Pablo fue desvestido y sacado de este orden terrenal, sucediendo lo que el profetizó al pie de la letra, lo cual se encuentra registrado en el libro de los Hechos 20:29.Precisamente los que judaizaban en medio de las iglesias o congregaciones de origen gentil se apoyaban en estas tres cosas, Para ser judío, lo cual ellos consideraban que era ser parte del pueblo de Dios, tenían que bautizarse conforme al bautismo que practicaban los once apóstoles restantes de Jesús, el bautismo en agua de Juan el Bautista, bautismo que practicaron aun estando con Jesús, ya que Jesús nunca bautizó a ninguna persona en Israel, como nos informa su biografía según el discípulo amado Lázaro, cuyo libro es llamado por error Juan 4:1-2, así como circuncidarse conforme al rito de la ley de Moisés. Ambas cosas eran de la ley, recordad que Juan el Bautista fue el más grande y último profeta de la ley, así como el último sacerdote de la casa de Aarón delante de Dios, por lo que podía inclusive ser sumo sacerdote de Israel en esos días. Juan por su padre Zacarías, era sacerdote de Leví de la clase de Abías, como nos informa el libro según Lucas 1:5.
Lo que en resumen les estaban diciendo los judaizantes que venían a los gentiles era que para poder ser salvos o ser parte del pueblo de Dios, en otras palabras, para hacerse judíos, tenían que circuncidarse conforme al rito de la ley de Moisés. Pero como el apóstol Pablo luego se preguntaría a sí mismo, para revelar qué es un judío, en su carta a los Romanos, yo les pregunto a ustedes, ¿qué y quién es un judío? La respuesta a esa pregunta es uno de los misterios que estaban guardados debajo del velo de Moisés, pues en apariencia de la ley de Moisés era uno que se circuncidaba físicamente y guardaba o vivía conforme a los ritos de la ley de Moisés.
Debo recordarles, que cuando el apóstol Pablo escribió la carta a los Romanos, se la envió a una comunidad formada por gentiles y judíos, por eso les dice en el capítulo 7:1
¿Acaso ignoráis, hermanos, pues hablo con los que conocen la ley, que la ley…? El apóstol Pablo en la carta a los Romanos 2:28 muy claramente revela lo siguiente: 28 Pues no es judío el que lo es externamente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; pasando en el próximo verso 29 a revelar qué es y quién es un judío genuinamente. Leamos el verso 29 que dice: 29 Sino que es judío el que lo es en el interior, y la circuncisión es la del corazón, en Espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. Para los judíos en medio de los hermanos de origen gentil les era desconocido lo que el apóstol Pablo les decía, pues los de origen gentil no conocían la ley de Moisés. La respuesta del apóstol Pablo era que el judío delante de Dios no estaba relacionado con la circuncisión física, porque Dios estaba trayendo a existencia un nuevo hombre para su nuevo pueblo.Este pensamiento es continuado por el apóstol Pablo en el capítulo 9 versos 6 al 8 de la misma carta a los Romanos cuando revela
6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. Con estas palabras, con esta revelación de este misterio relacionado al verdadero pueblo de Dios peregrinando sobre la tierra en apariencia de la imagen terrenal, el apóstol Pablo nos muestra en su participación de la mente Cristo que nos revela estas cosas, que hay un pueblo de Dios en el Espíritu, el Israel de Dios, el cual es un pueblo espiritual. Con estas palabras nos muestra, que no hablaba del viejo pueblo de Israel en lo natural, por lo cual en la carta a los Gálatas 4:21, le pregunta a la congregación: 21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? Entonces en los versos que siguen les revela la alegoría o misterio que estuvo guardado en la casa de Abraham cuando les continúa diciendo: 22 Porque está escrito (por eso siempre el apóstol Pablo citaba de la letra o lo que estaba escrito en la ley y los profetas) que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. 23 Pero el de la esclava nació según la carne; más el de la libre, por la promesa. 24 Lo cual es una alegoría, pues estas dos mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; este es Agar. 25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26 Más la Jerusalén de arriba, la cual es madre todos nosotros, es libre. Es decir, que toda esta alegoría pasada en la casa de Abraham fue para enseñarnos el propósito de Dios. En ella aprendemos sobre los dos pueblos, los dos pactos, los dos tipos de hijos, los dos tipos de ciudades, los dos tipos de montes, los dos tipos de hombres, los dos tipos de mente o conciencias, etc.El mensaje del apóstol Pablo en la carta a los Gálatas para los llamados gentiles en cuanto a la carne, es bien claro, había en esos días de transición entre los dos pactos, dos ciudades de Jerusalén, la vieja Jerusalén de abajo que pronto sería asolada por los ejércitos de Roma, echando fuera a los hijos de la carne. Por el otro lado, había la nueva Jerusalén de arriba, cuyos ciudadanos, los hijos de la promesa ya cumplida, bajaríamos a participar de carne y sangre, pero que seríamos entrados en el conocimiento de nuestra ciudadanía y de nuestro origen. Digo que el mensaje del apóstol Pablo es claro, porque les estaba enseñando a los hijos de Dios de origen gentil, que ellos estaban siendo llamados a la relación con Cristo por fe, de la misma manera que Abraham, quien fue llamado siendo incircunciso en la carne natural, por lo que ellos eran de la simiente de Abraham, como revela en la carta a los Gálatas 3:26-29. Es que en Cristo no hay judíos y/o gentiles.
Eso significa, que contrario a la ley de Moisés, los de origen gentil no tenían que hacerse primero judío, no tenían que hacer las cosas o cumplir los ritos judíos para poder estar en Cristo. Jafet no tenía que hacerse de la casa de Sem para morar en su tienda, fue ordenado a posser la tienda o tabernáculo de Sem. Por eso es que el apóstol Pablo se refiere a la unión de creyentes en Cristo correctamente tanto de origen judío como gentil, como el Israel de Dios, en la carta a los Gálatas 6:15-16; no se refería al viejo Israel con su vieja ciudad de Jerusalén y su viejo templo de piedra hecho a mano; ya que de ese revela en la misma carta a los Gálatas 4:22-31 que iba a ser echado fuera muy pronto, lo cual se cumplió en el año 70.
Este concepto de un nuevo pueblo formado de judíos y gentiles también lo vemos claramente delineado en el capítulo 2 de la carta a los Efesios, así como en la carta a los Filipenses 3:20, donde nos recuerda que
nuestra ciudadanía está en los cielos, en el orden espiritual, donde en esos días esperaban al Salvador que venía a ponerle fin a lo pasajero delante de Dios, lo cual como les he dicho en varias ocasiones ocurrió en el año 70, por lo que es cosa del pasado. En la carta a los Efesios el apóstol Pablo revela claramente que tanto judíos como gentiles tenían acceso al Padre por un mismo Espíritu o doctrina. Revela que los gentiles son miembros de la familia de Dios al igual que los judíos. Revela que son hederos de Cristo igualmente. Revela que son parte del edificio o templo para morada de Dios en el Espíritu desde que se comenzó a levantar. Revela que aunque antes estaban alejados de la ciudadanía y familia de Dios, ya estaban incorporados por la obra de Cristo en Jesús y no había diferencia entre uno y otros, como los acomplejados de inferioridad espiritual del sistema religioso siguen enseñando hasta el día de hoy a los niños en el conocimiento de Cristo.En la carta a los Filipenses 3:2-3 el apóstol Pablo instruye a los amados con las siguientes palabras, que muchos líderes religiosos consideran supuestamente duras, porque toca su forma de actuar de igual manera, cuando les dice:
2 Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. 3 Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, los que en Espíritu servimos a Dios, es decir, nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Con estas palabras, el apóstol Pablo estaba avisando a los amados de esos días a guardarse de los judaizantes, y que sepamos, los judaizantes no eran ni los fariseos ni los saduceos ni el sumo sacerdote, etc. Les dice que “nosotros”, los creyentes judíos y gentiles, somos la verdadera circuncisión, que nada tenía que ver con la circuncisión del rito de la ley de Moisés. Los judaizantes eran los del ministerio de la circuncisión liderados por Pedro, Juan y Jacobo, llamado también Santiago, por lo que el apóstol Pablo tuvo en una ocasión precisamente en Galacia que corregir y llamar hipócrita al apóstol de la circuncisión Pedro al igual que a su compañero de trabajo Bernabé, lo cual puedes leer en la carta a los Gálatas 2:11-16.La igualdad en Cristo de judíos y gentiles, no es otra cosa que la presencia del nuevo pueblo, que nos es revelada en la carta a los Colosenses 1:24-27. En el verso 24 nos revela el apóstol Pablo lo siguiente:
24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia; 25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, 28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; 29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.Conforme a esta porción que hemos acabado de leer del evangelio de la gracia, nos es revelado que uno de los misterios escondidos era que la gloria de Cristo sería dada también a los gentiles. Pero quiero que observen las palabras del apóstol Pablo en el verso 28, para que no seáis desviados de lo revelado en esa cita. La expresión “todo hombre” repetida tres veces en el mismo verso, significa, que siendo que Dios estaba juntando a judíos y gentiles de igual manera como miembros de un mismo cuerpo, el trabajo del apóstol Pablo era que “todo hombre” que creyere el mensaje anunciado, fuera judío o gentil, fueran enseñados en el mismo mensaje, y fueran por su conocimiento, presentados perfectos en Cristo de igual manera, sin que hubiera distinción por su origen. El apóstol Pablo los estaba instruyendo de manera que no hubiera error posible en entender, que ese nuevo pueblo que estaba siendo traído a existencia a la tierra, no tenía nada porque sujetarse a las viejas ordenanzas de la ley de Moisés, fueren las que fueren. No tenía porque sujetarse a ritos y mandamientos y reglas, etc., de la ley de Moisés, porque la ley del Espíritu de ese nuevo pueblo es superior a todas las leyes, reglas, mandamientos y ritos de cualquier otra índole. Ahora que tenemos claro que hay un nuevo pueblo que nada tiene que ver con el viejo pueblo judío que ahora el sistema religioso venera por haberse formado en el medio oriente a partir del 12 de mayo de 1948. Todos los despertados al conocimiento de Cristo sean de ese pueblo como los de cualquier otra nación, son miembros del verdadero Israel de Dios. Procedamos pues, al próximo punto.
LA CIRCUNCISIÓN EN LA GRACIA
Los judaizantes les decían a los creyentes en Cristo de entre los gentiles, que para ser salvos tenían que circuncidarse, pero conforme a lo escrito por el apóstol Pablo en la carta a los Colosenses 2:11, él les enseñó que ya estaban circuncidados en la circuncisión de Cristo, quien quitó el cuerpo pecaminoso carnal en la muerte de Jesús. Por eso ahora puedo decirte que hay un pueblo de Israel espiritual bajo un nuevo pacto espiritual, que tenía que ser circuncidado. Pero ¿sabes una cosa? Ya todos los ciudadanos de ese nuevo pueblo están circuncidados en Cristo; pero circuncidados en la verdadera circuncisión, en Espíritu, en la que tiene valor para el Padre, no en la mutilación del cuerpo natural.
Esto quiere decir, que así como fue ordenada una circuncisión física para los descendientes naturales de Abraham como figura de su pacto y de su autoridad para poseer la tierra que le fue prometida, como nos informa el libro de Génesis 17:9-14, hay de igual manera para el nuevo pueblo, para los descendientes espirituales de Abraham por la promesa, como declara la carta a los Gálatas 3:7-4:31, una circuncisión no hecha a mano, la circuncisión del corazón o la mente, la nueva conciencia Cristo. Recuerden las palabras de revelación del apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 15:46,
primero es lo animal y luego lo espiritual. Esto por tanto, trae un contraste directo entre la circuncisión en la carne del antiguo pacto y la circuncisión en el Espíritu del nuevo pacto. Por eso siempre les he dicho que la ley añadida en Moisés o antiguo pacto era un pacto para la carne, porque todo lo que hacía era por vista para la carne; en cambio la gracia es un pacto del Espíritu o de Dios consigo mismo, un pacto de la cabeza Jesús Cristo, con su cuerpo espiritual Cristo, figurado por todos los miembros de su Iglesia. Bajo el antiguo pacto un niño israelita nacía israelita en relación con el pacto, era circuncidado al octavo día como símbolo de comienzo a la vida en el pacto, y luego era enseñado según crecía sobre el significado de la circuncisión que lo hizo partícipe de ser parte del pueblo de Dios. Por eso eran los israelitas tan celosos de la circuncisión. Un hijo de Israel que no tuviera la circuncisión no era considerado parte de la nación ni de ser parte de la familia de Dios. En el nuevo pacto de la gracia, todos los hijos de Dios ya están circuncidados y nacer de lo alto o del Espíritu, no es otra cosa que entrar en conciencia de que uno es parte de la familia de Dios, donde congregarse tiene como objetivo el sque le sean recordadas todas las cosas de ese pacto que recibimos en Cristo desde antes de los tiempos de los siglos, como registra el libro del discípulo amado Lázaro, llamado por error Juan 6:45 que Jesús dijo: Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí; y confirma el apóstol Pablo en la 2da carta a Timoteo 1:9-10 cuando revela: 9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo, es decir, la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesús Cristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. En esta dimensión terrenal, todos los mensajeros o miembros del cuerpo de Cristo que bajamos y subimos por el Hijo del Hombre, alegoría que significa lo que revela el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 2:14, que hemos tenido en común con el Padre participar de carne y sangre, sólo necesitamos escuchar las buenas nuevas de gracia del Padre, para que seamos alumbrados en los ojos del entendimiento, creamos por fe consumada por Cristo sus enseñanzas, reinemos en vida andando en esos principios de vidas, y regresemos de nuevo a nuestro orden Espíritu.Por no ser la circuncisión practicada en la ley de Moisés la verdadera circuncisión, el apóstol Pablo apostató no solamente al rito de la circuncisión, sino a todas las cosas que la ley como figura representó, porque le fue revelado que ya todas esas cosas estaban cumplidas en Cristo Jesús y habían llegado a su fin. Por eso escribió en la carta a los Filipenses 3:4-9
Aunque yo tengo también de que confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de que confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreo; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor a Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.Mientras más los judaizantes y el resto de los seguidores de la ley de Moisés se esforzaban por enseñar que era necesario circuncidarse para ser partícipes de las promesas hechas a Abraham y su simiente y ser partícipe de la familia de Dios, más se esforzó el apóstol Pablo por enseñar y refutar ese argumento, enseñando que todas las promesas dadas a Abraham que trajo la gracia en Cristo Jesús la simiente de Abraham, no eran en la carne. Por ejemplo el apóstol Pablo revela y enseña en la carta a los Romanos 2:28
no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne. En el verso 29 describe quién es un judío y qué es la circuncisión cuando declara: 29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en Espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.Por eso declara en la carta a los Gálatas 5:6
porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. De nuevo en la cita 6:15-16 de la carta a los Gálatas les escribe: 15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, es decir, al Israel de Dios. Por eso les recuerda en el verso 17 De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús. Por eso les escribe de igual manera en la carta a los Gálatas 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.Con estas enseñanzas de la gracia de Jesús Cristo, el apóstol Pablo estaba socavando la fortaleza del sistema judaico fundamentado en la letra de la doctrina de la ley de Moisés. Por eso cuando escribe en la 1ra carta a los Corintios 7:18 dice:
¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. El apóstol Pablo da el por qué en el verso 19 que sigue a la cita anterior cuando dice: La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios. Cristo a través del apóstol Pablo nos está mostrando su repudio total a la circuncisión como rito en la carne y a la no circuncisión de la carne como algo sin valor, porque lo que tiene valor es ser partícipe de la nueva creación en Cristo o nueva conciencia. Pero cuando dice guardar los mandamientos de Dios, ¿a cuales mandamientos se refiere el apóstol Pablo? Fíjense que no dice a los mandamientos de la ley de Moisés. Pues se está refiriendo al ágape o amor incondicional del Espíritu en todas sus direcciones. Se refiere a la gracia vertical y horizontalmente. Verticalmente refiriéndose al amor a Dios o nuestra cabeza, que es lo mismo que amar a Jesús Cristo por sobre todas las cosas. Horizontalmente al amar al prójimo o próximo a nosotros sin importar su condición, como nos amamos a nosotros mismos. La pega de ese cruce está en el centro: Amar a nuestros hermanos o miembros del cuerpo de Cristo igual que nosotros, por lo que conocemos que somos miembros del cuerpo Cristo, que en los días de Cristo en la carne se llamaban discípulos.Por eso es que la revelación del apóstol Pablo sobre la verdadera circuncisión, la del corazón o la mente que revela en la carta a los Colosenses 2:11 es tan significativa. Esta es la circuncisión que importa al nuevo pueblo, al nuevo hombre. De hecho, la expresión “
al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal en la circuncisión de Cristo” es el repudio total a todas las cosas carnales de ese viejo mundo de la ley, que era un ministerio para la carne, por lo que era necesario echar a un lado todas esas enseñanzas de los viejos ritos de Israel, era necesario arrepentirse o cambiar de forma de pensar para creer el evangelio de Cristo. Por eso la circuncisión de la ley o cualquier otra cosa practicada en ella era sin efecto en los hijos de Abraham, manera de llamar a los hijos de Dios o miembros del cuerpo Cristo. A la luz de todo esto, podemos entonces ver, que había un viejo pueblo y que hay un nuevo pueblo; que había una vieja circuncisión, y que hay una nueva circuncisión, ya realizada por Cristo en Jesús para todos los miembros de su cuerpo, mediante una sola ofrenda. Ahora vamos a ver con claridad, que así como hubo un viejo bautismo, hay un nuevo bautismo, el de Cristo, que es en el Espíritu y ya todos los miembros de su cuerpo estamos bautizados en él.EL BAUTISMO EN LA GRACIA
Juan el Bautista no sólo señaló a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, sino como aquel que nos bautizaría en el Espíritu. Es gracioso ver a los diferentes líderes religiosos y hasta muchos que dicen anunciar la gracia de Cristo, en el discurso híbrido de querer justificar el bautismo en agua, porque no han aprendido a caminar bajo la sola enseñanza de la gracia mediante fe consumada por Cristo, dispensada por Cristo a través Pablo, al único que llamó como apóstol luego de ser glorificado. Precisamente nos revela y enseña el apóstol Pablo en la 2da carta a los Corintios 5:7 a nuestro caminar solamente por fe ya consumada en la gracia lo siguiente:
Porque por fe andamos, no por vista.Digo esto, porque muchos amados discuten que si había diferentes clases de bautismos o lavados en la ley, y quieren hacernos creer que el bautismo practicado por Juan el Bautista y el bautismo practicado por los once apóstoles de Jesús en los días de su carne son diferentes. Si toma como base las palabras del apóstol de la circuncisión Pedro en su 1ra carta de Pedro 2:9 que dicen:
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; nos dará una idea del por qué bautizaba en agua. Primero debemos preguntarnos al comenzar a leer la epístola del apóstol Pedro, ¿a quien le dirige el apóstol de la circuncisión Pedro su carta? Creo que la respuesta es bien sencilla, se la dirige a judíos, a los que estaban expatriados por causa de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, entre los cuales continuaron judaizando por no tener la revelación de la gracia. Por eso hablamos del señalamiento de no andar conforme a la verdad del evangelio, que le hizo el apóstol Pablo en medio de la congregación de Galacia.En el libro de Éxodo 29:4 se nos informa que Moisés llevó a Aarón y sus hijos para consagrarlos al sacerdocio a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavó con agua, y luego sigue informando como los vistió con la vestidura sacerdotal. Ese lavamiento al sacerdote, solamente ocurría una vez en su vida, aunque después practicaban otros tipos de lavamientos. El bautismo o lavamiento de Juan el Bautista para arrepentimiento, también se realizaba una sola vez. En ese bautismo, todo el sistema religioso nos ha enseñado siempre, que eso es una alegoría en la que la persona enterraba su vieja naturaleza y salía a nueva vida, cambiaba su forma de pensar con relación a su vieja vida. Pero que ese lavamiento ni quitaba la vieja naturaleza ni producía una nueva vida.
Pero la realidad es otra, conforme a la Escritura, Juan el Bautista le dijo a Jesús que quien lo tenía que bautizar era Jesús a él. Una cosa es segura, Jesús venía con un tipo de bautismo totalmente diferente al bautismo que practicaba Juan el Bautista, Cristo en Jesús venía con el bautismo del Espíritu, donde no había elementos visibles naturales, pero si el don de la vida espiritual, todo lo cual es mediante la mente o conciencia. Este bautismo de la gracia es único, porque es un bautismo seco, sin agua. El bautismos en Cristo es igual que la circuncisión en Cristo que no requería cortar carne físicamente; lo mismo sucede con el nuevo pueblo que no es un país físico, como tampoco la nueva Jerusalén es una ciudad para vivir en ella físicamente, etc. El pacto en la gracia de Cristo no sustituyó en forma física, ni con ritos o de cultos para la carne, como fueron todas esas cosas en las figuras que fueron usadas en el viejo sistema de la ley, como declara el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 9:1.
La palabra usada en la carta a los Colosenses 2:12 es la palabra griega “baptisma”, en singular, dando a entender que es un acto único, ocurre una sola vez en la vida del que ha sido bautizado en ese bautismo, implicando con eso que es eficaz, que no hay necesidad de más lavados, como ocurría en la ley. Si se fijan en las palabras del apóstol Pablo en ese verso muy claramente dice, sepultados con él (con Jesús) en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó procedente de los muertos. ¿Recuerdan las palabras de Jesús a Juan y su hermano Jacobo con relación a participar en su bautismo? Jesús se refería a su muerte, porque él tenía que ser bautizado en ese bautismo para ser convertido en el Cristo por la resurrección.
Leamos en la carta a los Hebreos 9:8-11 que dice:
Dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9 Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10 ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes que están llegando, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en los santos, habiendo obtenido eterna redención.El apóstol Pablo nos revela en el verso 8 que el Espíritu o Cristo les estaba dando a conocer a ellos en esos días finales de la ley o de transición entre los dos pactos, que todavía no había comenzado la plenitud del pacto de la gracia, mientras la última tilde de la ley no fuera cumplida, mientras tuviera en pie parte del viejo sistema, con su viejo pueblo; su vieja ciudad, la Jerusalén de abajo en esclavitud en aquellos días; su vieja circuncisión para la carne; en fin, todavía con todos sus viejos ritos, que daban la apariencia de que todavía estaban vigentes delante del Señor, que es lo que está estableciendo el apóstol Pablo en los versos 9-10. El tiempo de reformar todas las cosas llegó en el cumplimiento de la última vieja fiesta de la ley, que fue la última tilde donde se cumplieron finalmente todas las cosas figuradas en la ley.
En el verso 11 el apóstol Pablo nos declara directamente,
estando ya presente Cristo mediante el nuevo tabernáculo, que somos nosotros los miembros de su cuerpo; por eso ahora nosotros somos la habitación del Espíritu o Cristo, habitación o morada que no es de esa creación vieja o del primer Adán. Cristo, mediante la sangre derramada en su cordero Jesús, entró a morar en su nuevo tabernáculo o templo para morada del Espíritu que somos sus santos, una vez y para siempre, habiendo obtenido eterna redención o haber reformado todas las cosas, que era el objetivo o propósito de toda su obra. Pero esa morada espiritual ocurre mediante la nueva conciencia Cristo que ahora habita en nosotros, la cual nos ha abierto el entendimiento a la verdad.Si comparamos esos versos con los de la carta a los Colosenses, veremos que nos están diciendo lo mismo. Nos están declarando que todas las cosas por medio de los ritos de la ley eran ineficaces, porque
no podían perfeccionar la conciencia de los que se acercaban a través de ese culto para la carne. Aunque todavía en el año 65 cuando el apóstol Pablo escribió la carta a los Hebreos el sistema del antiguo pacto no había llegado a su fin, aun así, su culto era totalmente ineficaz delante de Dios. Uno de los objetivos de la ley dentro del propósito de Dios tuvo como objetivo ser un tipo o figura de lo nuevo que trajo Cristo. Eso es exactamente lo mismo que declara el apóstol Pablo de nuevo, en los versos 16-17 del capítulo 2 de la carta a los Colosenses. Todas esas cosas eran figuras del culto de la ley extendidas en el evangelio de la circuncisión de los once apóstoles de Jesús, y continuadas hoy en las congregaciones que ministran conforme a esas enseñanzas. Con razón no hablan de Jesús Cristo, sino de Jehová y de Jesús de Nazaret, porque no conocen la diferencia de pactos. Dicen esos versos lo siguiente: 16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.Por eso les escribe las palabras registradas en los versos 20 al 23 que dicen:
20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si viviereis en el mundo, os sometéis a preceptos 21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22 en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres, cosas que todas se destruyen con el uso? 23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Por eso los amados niños en el conocimiento de Cristo que han sido enseñados en ese tipo de culto y rito, nunca pueden sentirse satisfecho al bautizarse en agua, tampoco cuando comen pan y beben jugo de uva cuando celebran supuestamente la cena del Señor, vemos que siguen iguales, caminando en la carne o mente egocéntrica. Pero eso continúa igual cuando practican todas esas cosas de la ley que les han sido enseñadas a guardar como si fueran de Cristo. Eso se debe a que su alma o vieja conciencia sigue siendo la misma. Si no se pueden ver en la nueva conciencia Cristo que es solo un conocimiento, no una experiencia sujeta a emociones y a las cosas que pueden ser percibidas por los sentidos naturales, jamás disfrutaran de Cristo durante su peregrinar. Han dejado el camino nuevo y vivo para seguir caminando en el viejo camino o senda antigua de la ley que nada puede perfeccionar. La realidad cruda y dolorosa es que los niños en el conocimiento de Cristo han sido suprimidos de conocer a Cristo como realidad en la nueva mente o conciencia del nuevo hombre creado según Dios en la santidad y justicia de Cristo en Jesús, para volver a la sombra y ritos de la ley por medio de las obras para la carne.Conforme nos informa el libro del amado Lucas 12:50, Jesús dijo:
De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡como me angustio hasta que se cumpla! Fíjense que Jesús a pesar de haber sido bautizado en el bautismo en agua de Juan el Bautista, para ser manifestado como el Cristo glorificado, tuvo que ser bautizado con el verdadero bautismo, con la muerte de la vieja naturaleza, que es el bautismo que realizó para los miembros de su cuerpo, que es el bautismo en que hemos sido bautizados todos los que le creemos a él, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 6:3 que dice: ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Por eso revela el apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Fíjense que no dice que todos seríamos bautizados según fuéramos creyentes; sino que todos fuimos bautizados en un cuerpo, en el hombre Jesús que sirvió de Cordero de Dios para quitar el pecado o naturaleza adversaria de todos sus hijos. A todos en una sola ofrenda se nos dio a beber de un mismo Espíritu mediante una sola doctrina o enseñanza. De igual manera revela en la carta a los Gálatas 3:27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Por eso es que dice el verso 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Somos muchos miembros de un solo cuerpo, que tiene una sola cabeza reposando sobre nosotros, Jesús Cristo.Si se fijan en las palabras que he subrayado para énfasis, en las dos citas anteriores, en la primera cita la palabra “fuimos”, y en la expresión “se nos dio a beber...”; así como en la segunda cita la expresión “habéis sido bautizados”, observarán que todas están en tiempo pasado. Con esto, Cristo nos da a entender que es algo que ya ocurrió, no es algo que estamos esperando que se cumpla en nosotros.
Sí amados, el apóstol Pablo, por ejemplo, fue bautizado en agua por Ananías, uno de los discípulos del ministerio de la circuncisión. El Señor envió a Ananías donde el apóstol Pablo con una misión específica, para el Señor por medio de él cumplir la señal dada a Saulo de devolverle la vista, su misión no era para que lo bautizara en agua. Al principio, luego de ser llamado, como el apóstol Pablo estaba en el proceso de ser instruído por Cristo, pues no había sido todavía instruido en la revelación de la gracia por Cristo, llegó a bautizar a unas cuantas personas en el bautismo de Juan el Bautista, porque esa era la información que conocía hasta ese momento. Eso es lo que relata en la 1ra carta a los Corintios 1:10-16. Por eso es que cuando el apóstol Pablo al corregir en este respecto a los hermanos de Corinto, ya habiendo sido instruido por Cristo, les dice en el verso 17
Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Por eso es que no andamos por vista o por lo que se practica en la carne por medio de los sentidos, sino mediante la fe que obra por el ágape o amor del Espíritu, como revela en la 2da carta a los Corintios 5:7.Les pregunto, ¿saben ustedes porque bautizar en agua hace vana la cruz de Cristo? La respuesta es sencilla. Porque en la cruz de Cristo se efectuó la muerte de Jesús como Cordero de Dios. Se bautizó a Jesús en la muerte para identificación de todos los miembros de su cuerpo, bautismo que nos fue imputado a todos los miembros del cuerpo una sola vez y para siempre, porque a Jesús le fue menester morir una sola vez.
Todos fuimos bautizados en un solo bautismo, el bautismo que Cristo realizó en Jesús, su muerte, la cual nos ha sido imputada a todos en una sola ofrenda. El bautizarse en agua, aunque sea realizado en el nombre de Jesús hace vana o declara inválida la ofrenda de Cristo en Jesús, afrenta al Espíritu de gracia o a Dios mismo, porque quien tal cosa practica, declara que no ha creído la obra perfecta ya realizada por Cristo en Jesús. El bautismo en agua es un acto externo para la carne, mientras que el bautismo o la muerte de Jesús que creemos como que ya fuimos partícipes por imputación en un acto de la mente, es un acto de conciencia, que sólo podemos hacer por fe, es decir, por convicción de recibirlo como una realidad. Si el bautismo en Cristo es simplemente una adaptación del lavado sacerdotal inicial o del bautismo de Juan el Bautista, que fue una preparación para arrepentimiento o identificación con el mensaje de Juan el Bautista para escuchar y volverse de la ley de Moisés para identificarse con Jesús, entonces todo lo que están practicando ese bautismo hoy, es lo mismo que pretendían hacer los judaizantes de Jerusalén del ministerio de la circuncisión en medio de los gentiles de aquellos días finales de la ley o viejo mundo ya finalizado.
Pero cuando tanto los judíos en medio de los gentiles y los gentiles mismos creyeron las buenas nuevas anunciadas por el apóstol Pablo, de que ya habían sido reconciliados por Cristo en Jesús, creyeron que fueron bautizados en la muerte de Jesús, así como también fueron circuncidados en la circuncisión de Cristo ocurrida en esa misma muerte, en la cual Cristo quitó el cuerpo carnal de muerte o separación, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Colosenses 2:11-13 que estamos usando como base de este estudio, y que les vuelvo a citar:
11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; 12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.Los judaizante del ministerio de la circuncisión salido de Jerusalén demandaban bautismo en agua, circuncisión en la carne, un día de reposo, fiestas a guardar, y otras prácticas salidas de la ley, porque visto desde las figuras o sombras de las cosas reales que representaba la ley, Dios mostraba su realidad espiritual mediante esas mismas cosas. Pero la realidad es que Dios proveyó algo mejor, un bautismo por medio de la muerte de Jesús; una circuncisión por medio de la muerte de Jesús; un reposo por la muerte de Jesús, no de un día, sino un reposo en Cristo que ya descansó de todo su obrar, etc., todo lo cual es un conocimiento, es un servir por la mente que creemos por fe ya consumada por Cristo en Jesús. Por creer todo esto por fe, entendemos que estamos totalmente reconciliados sin que hagamos ni una sola obra para alcanzarlo. En resumen, lo que el apóstol Pablo nos declara es: para que someterse a obrar en un sistema que no puede darte lo que ya tienes completamente dado por Cristo por gracia y que se cree simplemente por fe, donde inclusive la fe por la que crees todas estas cosas, te ha sido dada por Dios por gracia.
Pero entender esto requiere entender por qué
Jesús dijo que si el Hijo del Hombre os libertare seréis verdaderamente libres. Fíjense por ejemplo, que cuando el Presidente de los Estados Unidos declaró la emancipación o declaración de libertad de los esclavos, no era necesario de ahí en adelante que se hiciera con cada persona que fue recipiente de ese acto de liberación. Todos los nacidos de hijos de esclavos desde esa declaración en adelante, nacían libres. Eso mismo sucede ahora en el pueblo de Dios, desde que nos manifestamos en carne y sangre somos libres de la esclavitud de la naturaleza adversaria o satanás, por virtud del acta de libertad clavada en la cruz para siempre, pero aun así los niños en el conocimiento de Cristo son programados a creer lo contrario.El problema del ejemplo de los negros en Estados Unidos no era que no eran libres, porque ya lo eran por virtud del decreto que abolió la esclavitud, el problema era que todavía ellos lo desconocían, en su conciencia ellos no creían que lo eran, y entonces lucharan por ganar lo que ya tenían, era un problema de creer y de conocimiento. ¿Sabe lo que ha hecho el sistema religioso con los humanos? Los han programado a pensar que aunque Cristo los liberto todavía son pecadores o esclavos, y existen bajo la premisa que van a pecar, que van a fallar. Es que su naturaleza adversaria aunque reducida a la impotencia sabe que la nueva conciencia en Cristo todavía es niña para muchos; que todavía son niños pequeños en el conocimiento de Cristo, y les hace creer que en nada difieren del esclavo; les hace identificarse con esa falsa conciencia adversaria, llamada modernamente, el ego, y les hace peregrinar de esa manera contraria a todo el bien que hay en la nueva mente o conciencia del hombre interior, que aparenta estar todavía dormido. Eso es lo que revela el apóstol Pablo en la carta a los Gálatas 4:1.
Es que no han sido programados a vivir en Cristo en su nueva conciencia en su condición de nueva creación en Cristo. No han sido programados a comenzar cada día dando gracias a Cristo con el pensamiento puesto en que son más que vencedores por medio de Cristo en ese nuevo corazón o conciencia o que Dios nos ha dado. Se levantan pensando y esperando la derrota, porque necesitan por las buenas nuevas de gracia ser despertados en este conocimiento. Necesitan ser reeducados a pensar al hacer una afirmación positiva de gracia o una oración de gratitud a Dios a decir por ejemplo: Señor Jesús Cristo, tú me salvaste, tú me reconciliaste y me declaraste libre en la cruz. Desde ese momento, aunque todavía no me había manifestado en carne y sangre ya era libre. Yo soy tú hijo en el Espíritu y no en carne y sangre lo cual sucedió en el vientre de mi madre. Yo soy un miembro vivo de tu cuerpo que depende de tu poder, pues tú eres mi cabeza. Por tanto, este día es tuyo, este día es para ser vivido para tu gloria porque eres mi cabeza y quien dirige cada uno de mis pasos. Por tu gracia depositada en mí, mis ojos, mi boca, mis pensamientos y todo lo que yo haga en este día será conforme a tu propósito. Cuando me enfrente a todas las cosas de este día, sean positivas o negativas, declaro que las recibo como el afán del día de hoy, ya que ni el pasado ni el futuro existen, sino un continuo presente que me has dado en lo relativo para conocer todas las cosas, y mediante ellas glorificarte en todo. Dado que mi mente adversaria o satanás está reducida a la impotencia por ti desde el día de la cruz, declaro que el pecado o esa naturaleza adversaria, no tiene poder sobre mí.
Sé que muchos sólo buscan pretexto legalista, por no estar despiertos en la mente o conciencia Cristo, aunque vivan en mucha religiosidad me dirán que no somos perfectos y que fallamos. Eso es cierto solamente si piensas conforme a la mente adversaria, porque desde la mente Cristo sé que tengo vida eterna y soy perfecto en Cristo. Te recuerdo que mi Señor o cabeza no es el viejo amo Adán, sino Jesús Cristo.
El problema del pensamiento adversario o de la carne es que sabe que en la carne existe como una criatura de hábitos, por eso repite continuamente los mismos errores. Por eso el hombre lleno de religiosidad vive la aparente seguridad de la esclavitud porque le tiene miedo a los riesgos de la libertad. En Cristo nosotros somos una nueva creación, somos un Espíritu perfecto en Cristo morando en carne y sangre en común con él, conforme a su propósito: conocer el bien y el mal. Recuerden las palabras del principio:
Ahora el hombre es como uno de nosotros conociendo el bien y el mal.Pero volvamos al maravilloso capítulo 6 de la carta a los Romanos. En el verso 3 el apóstol Pablo nos declara que debemos saber algo muy importante referente al verdadero bautismo cuando dice:
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Les pregunto mis amados: ¿Qué es lo que debemos saber conforme a la pregunta del apóstol Pablo en la cita anterior?Pues para entender la respuesta es necesario que entendamos primero que nada, que tenemos que poner hacia un lado el concepto y práctica del bautismo en agua en el cual fuimos indoctrinados. Esa práctica todavía le hace creer a una gran multitud de los hijos de Dios que viven bajo religiosidad, que son todavía esclavos de la naturaleza adversaria ya reducida a la impotencia. Tenemos que entender que ha habido dos tipos de bautismo, un bautismo en agua, que fue lo primero, lo carnal; y un bautismo en seco, que es lo espiritual, que es lo último. Les recuerdo las palabras del apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 15:46 cuando dice:
Primero es lo natural y luego lo espiritual. En la circuncisión o pacto de la ley el bautismo es mojado, pero en el pacto de la gracia, el bautismo es seco.A todos nosotros siempre se nos ha enseñado que bautizar significa sumergir o enterrar algo, pero es una palabra que implica más que eso. La parte más importante de la acción de bautizar algo o a alguien no ha sido entendida por los llamados líderes religiosos, porque
bautizar es un acto que implica identificación. Para que entiendan más certeramente lo que significa bautizar, les diré de dónde salió ese término. Esa palabra era usada en la antigüedad cuando se sumergía una prenda clara en un líquido, por ejemplo, color escarlata. Tan pronto como la prenda era sumergida en el líquido o tintura escarlata, la identidad de la prenda se modificaba de su color original al color escarlata. El acto de sumergir, que producía ese cambio de identidad, se llamaba en griego “baptizo”, que es donde se origina nuestra palabra en español "bautizo”.Cristo en Jesús murió por nosotros en la cruz y resucitó procedente de los muertos para nuestra justificación o reconciliación. Su sangre derramada es alegóricamente donde fuimos sumergidos para remisión de nuestra naturaleza de pecado. Ese es un hecho ya realizado para todos los miembros de su cuerpo o Iglesia una vez y para siempre. Con esa sola ofrenda nos hizo perfecto para siempre, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Hebreos 10:14. Cuando nosotros oímos el evangelio de la gracia de Jesús Cristo, los ojos de nuestro entendimientos son abiertos o despertados a la realidad de la obra ya realizada para nosotros, entonces entendemos que ya estábamos reconciliados, salvados, justificados, resucitados, etc. Pero eso es algo en el Espíritu, es un conocimiento y no algo en la carne.
Cuando creemos por fe ya consumada que nosotros fuimos sumergidos en la muerte y resurrección de Jesús como el Cristo ese mismo día que eso ocurrió, en esa misma escena, vemos que nuestra identidad ya habí sido cambiada desde ese instante. En la apariencia relativa de nuestra existencia en carne y sangre, nosotros no sentimos nada, no hemos visto nada, no hemos hecho nada para participar físicamente, pero de todos modos ocurrió en nuestra vida, no en nuestra existencia. Recuerda que Cristo es vida, no dijo yo soy existencia.
Cuando en la nueva mente o conciencia Cristo somos alumbrados en los ojos del entendimiento, entonces podemos creer simplemente por fe, que cuando Cristo murió en Jesús esa muerte fue nuestra muerte; la majestuosa resurrección de Jesús como el Cristo fue nuestra resurrección como miembro del cuerpo de Cristo. El despertar de Jesús a una nueva vida fue nuestro despertar, y su andar victorioso y poderoso fue para nuestro reinar en vida. Entonces podemos declarar al igual que el apóstol Pablo:
Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. Pero todo esto es un conocimiento, es un acto de conciencia, por lo que antes de que podamos disfrutar todos esos beneficios, es necesario que los sepamos y lo entendamos.Para muchos de los bendecidos niños en el conocimiento de Cristo parece que ser cristiano o un hijo de Cristo, es una lucha continúa para no alejarse del Señor desde el punto de vista ritualista, por eso todos los grupos siguen apegados a los rituales alegóricos. Pero cuán lejos de la verdad andan, porque al despertar a este conocimiento, reconocemos que Cristo vive en nosotros y nosotros en él. Es en esta identificación que vivimos con Cristo donde experimento su poder en mí, donde experimento su vida manifestada en mí, y que me garantiza que su victoria sobre todas las cosas en que me manda a confiar en él, es mi victoria.
Te dejo con este pensamiento de la información registrada en el libro según Mateo 3:13-15 que dice:
Jesús vino de Galilea a Juan (el Bautista) al Jordán, para ser bautizado por él. 14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. 16 Y Jesús después que fue bautizado…Si se fijan bien, Juan el Bautista le dijo a Jesús que él necesitaba ser bautizado por Jesús, pero como nos informa el discípulo amado Lázaro en su libro llamado por error Juan 4:2
Jesús no bautizaba en agua a nadie, sino sus discípulos. Por tanto, el bautismo de Jesús Cristo no sería en agua, sino en el Espíritu del Santo. Y Jesús a pesar de haber sido bautizado en agua por Juan, como vimos anteriormente, dijo que tenía que ser bautizado del verdadero bautismo. Ese bautismo fue necesario para Jesús ser exaltado como el Cristo. Cuando eso ocurrió, junto con él nosotros fuimos reconciliados como miembros de su cuerpo Cristo consigo mismo mediante la muerte de Jesús, fuimos restaurados como su nuevo pueblo, y de igual manera fuimos circuncidados, fuimos bautizados, sepultados y resucitados juntamente con él, una sola vez y para siempre.¡ABBA Cristo!
MINISTERIO RECONCILIACIÓN EVANGELIO DE LA GRACIA - (MREG)
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