LA CEGUERA FUE PARA QUE LA GRACIA FUERA MANIFESTADA
En los nuevos cielo y tierra, Ramón Cristo (Isaías 53:10)
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En la vestidura visible, Yo Soy Ramón
Urbáez, Sobre-Edificador por la gracia de Dios, sobre el fundamento
Cristo puesto por el apóstol Pablo, 1ra carta a los
Corintios 3:10. Hermano en la común fe, a todos los santos ya
bendecidos en la simiente de Abraham, la cual es
Cristo, carta a los Gálatas 3:8, 9 y 16; con toda bendición
espiritual, carta a los Efesios 1:3; trasladados y sentados en los
lugares celestiales, y hechos perfectos con un sólo sacrificio para
siempre, carta a los Hebreos 10:14. Gracia y paz a cada uno de vosotros de
Dios nuestro Padre y Señor, Jesús Cristo.
El propósito de este estudio, es que los santos, dioses, reyes y
señores que están en la tierra, entiendan y crezcan en todas las
cosas espirituales, la sabiduría de Dios en misterios, la sabiduría
oculta y predestinada, preparadas para nuestro peregrinar y reinar en
vida en este planeta desde antes de los siglos, conforme nos revela el
apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 2:6-9, la porción del
cuerpo Espíritu del cual Jesús Cristo es la cabeza, su siempre servidor,
Ramón Cristo. |
Que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio (sobreedificado) de Cristo.
Carta a los Colosenses 4:3
La lectura sugerida para el estudio de hoy la he tomado de la biografía de Jesús según Lázaro, el discípulo amado, libro llamado por error Juan 9:1-5 que dice: 1
Y al pasar, vio un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos de él, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o los padres de él, para que naciera ciego? 3 Respondió Jesús: Ni éste pecó, ni los padres de él, sino para que sean manifestadas las obras de Dios en él. 4Nosotros es menester que obremos las obras del que me envió, mientras es día; viene noche cuando nadie puede trabajar. 5Cuando en el mundo estoy, luz soy del mundo.Nos declara muy claramente el discípulo amado Lázaro, quien recibió la enseñanza directa de Jesús, lo que nos muestra que era él prácticamente el único discípulo de la circuncisión que nos da testimonio de conocer la doctrina y quien era Jesús desde antes de la obra de la cruz ampliamente. Pues nos informa en su libro que han llamado por error Juan 1:14 lo siguiente:
14 Y el Verbo se hizo carne y fijó tabernáculo entre nosotros, y contemplamos la gloria suya, gloria cual del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.De nuevo nos declara en el verso
16 Porque de la plenitud que procede de él, todos nosotros recibimos, y gracia contra gracia; 17 porque la ley mediante Moisés fue dada, la gracia y la verdad mediante Jesús cristo .El Señor Cristo Jesús es la gracia que se manifestó en sangre y carne para nuestra reconciliación como nos revela el apóstol Pablo en la 2da carta a los Corintios 5:18-19, cuando revela:
18 Y todas las cosas provienen de Dios, el cual nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación, 19 a saber, que Dios estaba en Cristo al mundo reconciliando consigo mismo, no teniéndoles en cuenta las transgresiones de ellos, y poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación.Cristo es la luz que nos reveló al Padre de donde somos procedentes, que nos reveló quienes somos nosotros y por qué fuimos reconciliados, como el mismo Jesús reveló y registró el discípulo amado Lázaro en su libro llamado por error Juan 15:46 cuando dice: 46
Yo la luz, al mundo he venido, para que todo el que cree en mí, en la oscuridad no permanezca.Y es que la máxima obra de la gracia es abrirle los ojos a los estaban ciegos espiritualmente hablando, y ahora a los que todavía se ven ciegos por que no se han acercado a la luz. Ese fue el trabajo inicial del Mesías o Cristo, lo cual estableció muy claro delante de todos los que estaban presentes en la sinagoga el día que delante de sus ojos se cumplió la profecía dicha por el profeta Isaías 64:1-2 y que registra en su libro el amado doctor Lucas 4:16-21.
Pero veamos una de las cosas del Cristo que fue profetizada en el verso 18 de la cita del libro según Lucas que dice:
Y vista a los ciegos. Y este es precisamente el trabajo que todo ministro competente del nuevo pacto tiene que realizar: Abrirle con gracia los ojos del entendimiento a los que tienen puesto todavía el velo de la ley de Moisés sobre sus ojos.Leamos lo que Lázaro escribió en su libro mal llamado Juan 1:9-11 sobre el Cristo que dice de la siguiente manera: 9 Era la luz, la verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho, y el mundo a él no conoció. 11
a lo suyo vino, y los suyos a él no recibieron, y observaremos el conocimiento de la doctrina de Cristo que tenía el discípulo Lázaro. En el contexto de eso que les acabo de citar encontramos que el sistema religioso de Israel de la ley, el viejo mundo al que vino Cristo y que muy pronto pasaría o terminaría, ni lo conoció ni lo recibió a él.Ese mundo religioso del judaísmo no pudo abrir los ojos al ciego de nacimiento o nacido en la carne o conciencia natual Adan bajo ese sistema de Moisés que administraban. Esa pregunta de los discípulos registrada en la lectura sugerida para este estudio vino como consecuencia de que eso era lo que ellos habían aprendido en la cátedra de Moisés de ese sistema religioso judaico. Pero cuando el ciego estuvo frente a Jesús, la luz verdadera, sus ojos fueron abiertos, no solamente los ojos naturales del ciego que en lo visible o natural recibió el milagro, sino los ojos del entendimiento de ellos poder comenzar a ver por primera vez la luz de la verdad que les presentaba Cristo en Jesús delante de sus ojos.
La ceguera natural aquí presentada para Jesús enseñar una verdad espiritual, tipifica a la muerte o separación que había para con Dios, ya que la ceguera nos enseña que la persona está en total y absoluta oscuridad, y solamente la luz de Dios puede abrir los ojos de los ciegos espirituales y traerlos de las tinieblas o ignorancia, a la luz admirable, que es lo mismo que decir, ser sacado de la potestad de Satanás o de la naturaleza adversaria al Espíritu, para reunirse nuevamente con Dios en paz o armonía.
Eso es precisamente lo que el apóstol Pablo nos está revelando en la 2da carta a los Corintios 4:3-4 cuando dice: 3 Pero si aún el evangelio de nosotros está encubierto, en los que se pierden está encubierto, 4
en los que el dios del siglo este cegó los pensamientos de los incrédulos, para que no vean con claridad la iluminación de la gloria del evangelio de Cristo, quien es imagen de Dios.¿En qué consiste la ceguera de los incrédulos de acuerdo a lo revelado por el apóstol Pablo en la cita anterior? Está en la ceguera de su pensamiento, en tener los ojos del entendimientos cegados o tapados. Y les pregunto de nuevo, de acuerdo a lo revelado por el apóstol Pablo ¿Qué necesitan estos ciegos para ver la luz de Dios? La contestación es bien sencilla, necesitan la iluminación de la gloria del evangelio de Cristo, para que esa luz les resplandezca o les abra los ojos del entendimiento.
El apóstol Pablo revela en la carta a los Romanos 10:14 la respuesta exacta a este asunto cuando dice:
14 ¿Cómo, pues, invocarán al que no creyeron? ¿Y cómo creerán a quien no oyeron? ¿Y cómo oirán sin quien proclame? 15 ¿Y cómo proclamarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian buenas nuevas!Pero regresemos al verso tomado como base para este estudio. Nos informa el verso 1 que Jesús
al pasar, vio un hombre ciego de nacimiento. Este ciego representa al incrédulo que está cegado del entendimiento, representa al hombre ignorante de la revelación de Dios. El mejor ejemplo lo tenemos cuando observamos en conocimiento nuestro alrededor. Observemos por ejemplo a nuestra familia. Les pregunto: ¿son todos alumbrados en los ojos del entendimiento de las cosas espirituales? ¿Verdad que hay muchos ciegos? Estamos rodeados de ciegos por todo nuestro alrededor, hay ciegos en nuestra casa, los encontramos en el trabajo, los encontramos en los hospitales, en la calles y en las playas, los encontramos en las escuelas de los niños, en las universidades y grandes centros de enseñanza tanto secular como religiosa donde se forman los teólogos que después dirigen a los demás y se sigue cumpliendo delante de nuestros ojos en conocimiento de la verdad, las palabras de Jesús registradas en sus biografías según Mateo 15:14 y según Lucas 6:39 cuando les dijo esta parábola: 39 ¿Acaso puede un ciego guiar a un ciego? ¿No ambos en un hoyo caerán? Y continúa el verso 40 diciendo para que sepamos que se trata del conocimiento: 40 No está un discípulo sobre el maestro mas cuando ha sido todo perfeccionado, será como el maestro de él.Si amados, Jesús vio un hombre ciego, pero la iglesia que está formada por los miembros del cuerpo de Cristo en conocimiento y la parte del cuerpo de Cristo en peregrinación ahora en este tiempo, está viendo todavía los hombres ciegos que hay sobre el planeta tierra. Y debemos preguntarnos, debemos examinarnos a nosotros mismos como miembro del cuerpo Cristo que tenemos el conocimiento de la verdad o mente de Cristo: ¿Qué estamos haciendo como luz del mundo delante de esos ciegos en el entendimiento espiritual? Recordemos las palabras de Jesús en los días de su carne, que registra su biografía escrita por Mateo 5:14-16 cuando dijo: 14 Vosotros sois la luz del mundo; no puede una ciudad ser escondida sobre un monte situada; 16 ni encienden una lámpara y la ponen debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los en la casa. 16
Así alumbre la luz de vosotros delante de los hombres de modo que vean de vosotros las buenas obras y glorifiquen al Padre de vosotros en los cielos.Fíjense que somos la luz o revelación en conocimiento, presente en el mundo de hoy; que somos la ciudad asentada sobre el fundamento Cristo, la Jerusalén espiritual situada en el monte Sion o reino de Dios. Que somos una lámpara encendida que debe estar sobre el candelero y no debajo del almud, lo que quiere decir que no somos metido en el espacio u hoyo de tierra donde cabía una medida de semilla en oscuridad. Debemos alumbrar para que vean
las buenas obras preparadas de antemano sobre Cristo para que andemos en ellas, como revela el apóstol Pablo en la carta a los Efesios 2:10.Observen que a pesar de Israel estar lleno de tantos enfermos, tanto en lo físico como en lo espiritual, pues había muchos ciegos, mudos, mancos, leprosos, paralíticos y sobre todo un campo de sepulcros blanqueados o muertos o separados de Dios, el Señor Jesús vio “un” hombre ciego. En este caso la palabra “un” delante del sustantivo común hombre, es un pronombre indeterminado en singular, usado cuando se habla de una persona cuyo nombre se ignora o no quiere decirse. Lo que el Señor nos está enseñando por medio de esto es que nuestra responsabilidad como una de las lámparas del candelero es que le demos luz a una sola persona a la vez, porque los que están alrededor verán y entenderán, como pasó con los discípulos.
En el verso 3 de la lectura sugerida, hay una pregunta muy importante que le hicieron los discípulos a Jesús con relación a la ceguera de ese hombre. Le preguntaron si su ceguera se debía al pecado de sus padres o del hombre ciego como tal. Jesús les contestó que ni una cosa ni la otra. Ese hombre vino ciego a este mundo para que se manifestara la gloria de Dios; para Dios mostrar su gracia, su amor, su misericordia, su justicia, en fin, todos sus atributos, lo cual sería imposible en el orden absoluto espiritual donde no existe la dualidad relativa de lo visible físicamente.
Conforme nos informa el verso 8 más adelante en la lectura sugerida, ese hombre ciego de nacimiento también era un mendigo. Veamos lo que nos informa ese verso cuando dice: 8
Entonces los vecinos, y los que anteriormente le veían que era mendigo, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Creo que es necesario recordarles, que el objetivo de un mendigo es pedir un favor, solicitar una ayuda inmediata a alguien que él considera que puede ayudarle.Para los ciegos de entendimiento, sucede lo mismo, necesitan la ayuda espiritual de inmediato de alguien que pueda ayudarle. Jesús nos está diciendo con esta enseñanza, que ya estaba preordenado en la gracia soberana de Dios, la presencia de ese ciego en el ministerio de Jesús, para que le diera vista a ese ciego de nacimiento. La soberanía de Dios lo había elegido para ser el objeto de un milagro, que a la vez nos diera la enseñanza de lo que ese milagro significaba con respecto a nosotros los hijos de Dios al manifestarnos en carne y sangre en este orden visible.
Si aplicamos esta alegoría a cualquiera de los hijos de Dios, entenderemos que el objeto del milagro de la reconciliación por gracia es precisamente ese. Es que todo hijo de Dios, no importa si vivió en fe esperanza o en fe ya consumada por Cristo, entienda que los ojos de su entendimiento para conocer la revelación de los misterios o mensaje de buenas nuevas de la gracia de Dios viene del Señor, que pueda conocer la verdad de la obra única de Cristo.
Fíjense que de acuerdo a la información del verso 2, los discípulos, le hicieron la pregunta a Jesús conforme a su conocimiento religioso bajo el marco del judaísmo de esos días: ¿Quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Les digo esto, porque los rabinos judíos tenían la creencia de que un niño podía pecar en el vientre materno y sufrir durante toda su vida el castigo de su pecado prenatal.
Jesús les dijo: Ni éste pecó, ni los padres de él, sino para que sean manifestadas las obras de Dios en él. 4 Nosotros es menester que obremos las obras del que me envió, mientras es día; viene noche cuando nadie puede trabajar. Pero quiero que se fijen en un detalle muy importante que casi todos pasan desapercibido. El ciego estaba allí delante de ellos, y aunque no podía ver sus rostros, si podía escuchar todo lo que ellos decían sobre él y sus padres. Conforme a la información de la porción leída, el ciego aunque era mendigo no había pedido nada a ellos, él simplemente se había limitado a escuchar lo que ellos decían.
Pero les pido que vuelvan a leer el verso 4 de la cita. Jesús les dice que mientras era de día o ellos estaban en presencia de la luz que era él en medio de ellos, era menester que obraran o trabajaran en el propósito de Padre para esos días. Dentro de poco tiempo Jesús sería crucificado, y por eso les dice a sus discípulos:
viene noche cuando nadie puede trabajar. La noche o parte oscura durante la presencia de Jesús en medio de este mundo hablaba de la crucifixión, noche que pasaría rápidamente para darle paso al día admirable de la gracia de Dios, día en que ahora vivimos o andamos mediante fe ya consumada por Cristo, y no mediante vista, como revela el apóstol Pablo en la 2da carta a los Corintios 5:7.Le
s voy a citar de nuevo las palabras de Jesús registradas en el libro escrito por Mateo 5:14-16 que dicen: 14 Vosotros sois la luz del mundo; no puede una ciudad ser escondida sobre un monte situada; 15 ni encienden una lámpara y la ponen debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los en la casa. 16Así alumbre la luz de vosotros delante de los hombres de modo que vean de vosotros las buenas obras y glorifiquen al Padre de vosotros en los cielos.Ahora vivimos en el día admirable de su gracia, y los miembros de su cuerpo somos la luz del mundo. Nosotros, los miembros del cuerpo de Cristo somos la ciudad con fundamento bajada del cielo y asentada o fundamentada en el monte de Sion o reino de Dios. Hay pues entonces una obra que hacer, pues nosotros somos las lámparas colocadas sobre el candelero o Iglesia de Dios para alumbrar a todos en la casa,
para que vean las buenas obras de nosotros, las que por gracia Dios preparó de antemano sobre Cristo para que anduviésemos en ellas, como declara el apóstol Pablo en la carta a los efesios 2:10.Es por tanto menester aprovechar este día de la gracia de Dios o revelación en conocimiento en nosotros, para que Dios abra los ojos del entendimiento en los ciegos o ignorantes a esta revelación, para que vean la luz de su reconciliación en Cristo. Así como aquel hombre ciego era para manifestar la presencia del Hijo de Dios, los niños en Cristo son para manifestar nuestra presencia. Pero veamos lo que hizo Jesús, conforme a lo informado en los versos 6-7 de la lectura sugerida: 6 Esto habiendo dicho, escupió en tierra, e hizo lodo procedente de la saliva, y puso él el lodo sobre los ojos, 7
y le dijo: Ve a lavarte en la piscina del Siloam (que se traduce Enviado). Se fue, pues, y se lavó, y vino viendo.La tierra representa la humanidad del ciego, y la saliva representa las palabras de vida del Señor Jesús metida en esa tierra o existencia. El untar o ungir representa al Espíritu de vida del postrer Adán impartiendo vida. Recordemos las palabras de Jesús registradas por el discípulo amado Lázaro, en su libro llamado por error Juan 6:63 cuando dijo: 63
El Espíritu es lo que vivifica, la carne no aprovecha nada; las palabras que yo os he hablado, son Espíritu y son vida.La palabra de Jesús es la medicina que da sanidad, que da vida y vida en abundancia. Al ciego no lo sanó el lodo que fue usado figuradamente para ilustrarnos la naturaleza natural figurada en la tierra y la saliva. Lo que en realidad sanó al ciego fue la palabra de vida del Señor Jesús. Esa palabra de vida le dijo:
Ve a lavarte en la piscina de Siloam. Y les pregunto: ¿Qué hizo el ciego? Se fue, pues, y se lavó, y vino viendo. El ciego no le respondió a Jesús con sus palabras, sino que le respondió a Jesús obedeciendo su mandato y su respuesta culminó en la fe que salva, evidenciado por la sanidad recibida.De acuerdo a la biografía de Jesús escrita por Lucas 19:10 se nos informa que Jesús dijo a los judíos: 1
0 Vino, en efecto, el Hijo del Hombre a buscar y salvar lo que había perecido. El apóstol Pablo nos revela en la 2da carta a los Corintios 5:18-20 que ahora los miembros del cuerpo de Jesús Cristo tenemos la responsabilidad de llamar a lo que había perecido, pero que ya fue reconciliado por Cristo en un solo día, con estas palabras: 18 Y todas las cosas provienen de Dios, el cual nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación, 19 a saber, que Dios estaba en Cristo al mundo reconciliando consigo mismo, no teniéndoles en cuenta las transgresiones de ellos, y poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. 20 En pro de Cristo, pues, somos embajadores, como si Dios estuviese exhortando mediante nosotros; rogamos en pro de Cristo, sed reconciliados con Dios.Ahora en este pacto de la gracia de Dios, Dios llama a través de los miembros de su cuerpo a todo lo que está reconciliado por medio de su gracia. Ningún hijo de Dios, que al manifestarse en sangre y carne y por tanto aparentemente ciego, es capaz de restaurar su propia vista, lo que el apóstol Pablo llama alumbrar los ojos del entendimiento. La visión espiritual para ver la realidad del reino de Dios presente en nosotros depende del poder de
Dios que es quien da el crecimiento; pero entre tanto que estamos en el mundo, como dijo Jesús Cristo en los días de su carne; somos la luz del mundo.La única forma para dar la vista física a un hombre ciego de nacimiento es mediante un milagro. De igual manera, la única forma de abrir los ojos del entendimiento a los ciegos de entendimiento espiritual es mediante la palabra revelada de Dios. Recordad las palabras de sabiduría encerrada en el Proverbio 20:12 que dice: 12
El oído que oye, y el ojo que ve, ambas cosas igualmente ha hecho el Señor.Finalmente, al leer el resto de la historia, se nos informa que los fariseos indagaron con el hombre ciego a quien no creyeron. Luego indagaron con los padres del ciego si en verdad era su hijo ciego el que había sido sanado. Finalmente, volvieron de nuevo a investigar directamente con el hombre ciego, porque su afán no era conocer la verdad, sino simplemente encontrar como denigrar a Jesús.
Le dijeron los fariseos al ciego que ellos sabían que Jesús era un hombre pecador, verso 24; a lo que conforme al verso 25 el ciego contestó: 25 Si es pecador, no sé; una cosa sé, que siendo ciego, ahora veo.Nos informa el verso 35 que cuando
Jesús oyó que los fariseos habían expulsado al ciego curado; y hallándole dijo: ¿Tú crees en el Hijo del Hombre? 36Respondió él y dijo: ¿Y quién es, Señor, para que crea en él? 37 Le dijo Jesús: No sólo le has visto, sino que el que habla contigo, él es. 38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. 39 Y dijo Jesús: Para juicio yo vine al mundo este, para que los que no ven, vean, y los que ven, ciegos lleguen a ser.Fíjense amados, que este hombre, desde que fue cuestionado por los fariseos dijo con gran seguridad, cuando ellos le dijeron que Jesús era un pecador, lo que informa el verso 25
Si es pecador, no sé; una cosa sé, que ciego siendo, ahora veo. Pero les pregunto: ¿Qué es lo primero que vio este hombre con los ojos del entendimiento recién abiertos por Jesús? Pues vio a Jesús Cristo aunque manifestado en carne todavía antes de la obra de la cruz como el Señor de su vida.Ahora en este tiempo, abrir los ojos del entendimiento a los ciegos que viven en la oscuridad o la ignorancia de la revelación de Dios es nuestro trabajo, porque somos la luz de los que ahora viven ciegos porque tienen puesto todavía sobre la vieja conciencia adversaria o Adán el velo de Moisés, el dios de ese siglo que ya pasó, que había cegado el entendimiento de los incrédulos de esa generación que fue justamente juzgada en el año 70 con el fin de la ley o antiguo pacto.
Ahora es nuestra responsabilidad como ministros del nuevo pacto, presentar la palabra de la gracia de Dios, que es la luz que abre los ojos del entendimiento a los ciegos o que andan conforme a la vieja mente o conciencia adversaria; sí, despertad la nueva conciencia Cristo a todos los que todavía andan peregrinando como ciegos espirituales en el conocimiento de la revelación de todos los misterios de Dios en este mundo.
Gracia y paz.¡ABBA Cristo!
MINISTERIO RECONCILIACIÓN EVANGELIO DE LA GRACIA - (MREG)
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