JESÚS Y LA MUJER SAMARITANA
PARTE - 1
Sobreedificando sobre el fundamento Cristo
Para esta ocasión, he tomado como base para este estudio la porción que se encuentra en la biografía de Jesús Cristo en los días de su carne, escrita por el discípulo amado Lázaro, que todos erróneamente llaman evangelio de Juan 4:1-30, porción que os pido que leamos antes de continuar. Esta porción que acabamos de leer, trata sobre una conversación que Jesús tuvo con una mujer samaritana, que por causa de su condición social y religiosa en medio de su comunidad, tenía que ir a sacar agua en el pozo de la comunidad, sola, lo que le mantenía en conflicto psicológico consigo misma.
La naturaleza carne, el alma viviente o primer Adán, el hombre de la primera creación, fue manifestada en lo visible para que el propósito de Dios fuera cumplido, naturaleza, ya muerta o separada para con Dios para siempre por medio de la obra que Dios mismo realizó en Jesús, su manifestación carne y sangre. Pues, esa naturaleza, dejó un legado sin igual que se multiplicó como el polvo de la tierra. Recordad amados, que esa naturaleza conforme revela el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 15:50, no heredó en el reino espiritual de Dios.
Conforme revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 2:14, todos los hijos de Dios en este orden relativo y visible, hemos tenido en común con Dios mismo, participar de la naturaleza carne y sangre. El Padre Eterno Jesús Cristo, tuvo en común con todos los niñitos, en griego la palabra ______, como nos llama el apóstol en la cita anterior, porque todos, los hijos antes de la cruz, y los hijos después de la cruz, hemos tenido que vestirnos de la misma naturaleza y ser instruidos en el conocimiento de Dios.
Entrando en el tercer milenio cuando os escribo estas palabras en el año 2004 dJN, todavía los hombres a pesar de Cristo habernos liberado de la esclavitud que representa esa naturaleza, por tener la mira en las cosas naturales, se les ha hecho difícil romper ese paradigma de vivir, pensar y actuar como esclavos. Se les ha hecho bien difícil conocer que siguen viendo, que siguen mirando a través del velo de Moisés que ya Cristo quitó para siempre, por lo cual revela el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 10:4, Cristo le puso fin a la ley una vez y para siempre.
Por seguir viviendo desde la mente natural o desde la carne o alma viviente, se les ha hecho difícil ver la realidad de la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Por mantenerse entretenidos en las cosas vanas del alma, se les ha hecho imposible vivir en la realidad de la verdadera libertad y control de lo más importante: Tener control de sí mismo, gobernar su mundo interior desde el nuevo hombre interior Espíritu creado según Dios, el nuevo hombre que el apóstol Pablo nos revela en la Carta a los Efesios 4:24, la nueva creación que también nos revela en la 2da. Carta a los Corintios 5:17.
Dios dijo; Hagamos al hombre conforme a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, como escribió Moisés en el libro de comienzo de todas las cosas para este orden relativo llamado Génesis 1:26, no dijo hagamos al niño. Es menester que el niño que hay en los hijos de Dios, sea despertado al conocimiento y crezca a la estatura de un varón perfecto en el conocimiento del hijo de Dios que es, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 4:11-16, de los cuales damos énfasis especialmente al verso 13.
Es menester que entandamos conforme al mensaje del evangelio de la gracia ¿qué? y ¿por qué? es menester vivir en la mente espiritual. La mente natural o la carne, como también identifica el apóstol Pablo al alma viviente o primer Adán, contiene en sí misma todo el paradigma de la esclavitud y la servidumbre que agobia al hombre, y se manifiesta por medio de diferentes comportamientos, que en los días de la carne de Cristo eran llamados demonios, y en nuestros días son llamados, enfermedades síquicas. Pero antes de seguir con nuestro estudio de hoy, veamos primero, que significa la palabra "demonio", que viene del idioma griego y en el cual se escribe como: "daimónion"
La palabra demonio de acuerdo al diccionario significa:
En la antiguedad, divinidad o espíritu bueno o malo, adscrito al destino de un hombre una ciudad, etc.
Diablo - nombre dado en las diversas religiones a los ángeles rebeldes.
Significa también encolerizarse o irritarse demasiado. Ser demasiado perverso, travieso o hábil. Excesivamente inquieto o travieso
Como podéis observar, el término demonio no tenía la connotación que se le da modernamente, ya que se refería a ángeles o mensajeros que tanto podía ser bueno como malo. El concepto evolucionó y se dejó el término ángel o mensajero para la representación del bien y demonio para representar el mal. Todo comportamiento de cólera, ira, irritación, y todos los comportamientos que hoy psicológicamente relacionamos con enfermedades mentales, eran consideradas como productos de actividad demoníaca.
Los hombres naturales, en su vanidad llamada intelecto humano, creen que el líder en el mundo es el que es capaz de dominar y gobernar a los demás. Pero cuan lejos de la verdad es esta forma de pensamiento. Recordad que en Adán todos fuimos muertos o separados de la naturaleza Espíritu o Dios, y éramos por naturaleza, esclavos del conflicto interno del hombre natural. En cambio, en la nueva creación Espíritu o Cristo, él nos hizo reyes, señores, dioses y ministros competentes de un nuevo pacto, que nos hizo embajadores de su reino mientras vivimos en carne y sangre en este reino terrenal.
Como revela el apóstol Pablo en la carta a los Colosenses 1:12-15, Dios nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos trasladó al reino de su amado hijo,... el cual es la imagen del Dios invisible. Cristo, el Padre Eterno, el Dios invisible, nos trajo a este orden visible y relativo conforme a su propósito para que seamos, vivamos y actuemos conforme a la imagen de su hijo, como revela también el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 8:29, cuando dice: Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos, una forma alegórica de decirnos, que todos nosotros, como miembros de su cuerpo o hijos participantes después de su obra perfecta de reconciliación, nos hizo conforme a sí mismo.
Para entender todas esas cosas que os acabo de mencionar, es necesario que entendamos en todos sus aspectos, lo que Cristo vino a realizar en nosotros, para nosotros y con nosotros. Si entendemos con que propósito el Cristo realizó su obra perfecta, entonces entenderemos sus palabras cuando dijo que él había venido a buscar lo que se había perdido, como señala su biografía escrita por Mateo 18:11.
Entonces entenderán, que el líder, es aquel que es capaz de gobernarse primero a sí mismo, que es capaz de gobernar su mundo interior, que es capaz de dominar o enseñorearse de todas las plantas y los animales que viven en su mundo interior, para luego trabajar con los que están afuera. Os recuerdo amados, que las plantas y los animales de la creación natural, ya que lo natural es primero que lo espiritual en este orden visible y relativo, conforme revela el apóstol Pable en la 1ra. Carta a los Corintios 15:46, es una forma alegórica de identificar y llamar las características del carácter del hombre natural.
Jesús conocía perfectamente el problema del hombre natural, conocía la mente natural, conocía las limitaciones humanas, sabía que el hombre natural no puede administrar sus emociones, sobre todo cuando está bajo una emoción fuerte que ahora llamamos estrés. Por eso el hombre natural dice perder tan fácilmente la paciencia, recordad que la paciencia es un fruto del Espíritu. Por tanto, es erróneo decir que se pierde la paciencia, ya que no se puede perder lo que nunca se ha tenido, y nadie puede expresar el fruto de lo que no ha sido sembrado en él.
El hombre natural se irrita por cosas aun consideradas insignificantes, llegando al extremo de herir verbalmente o físicamente aun a las personas que dice amar sentimental o filialmente, porque tampoco sabe lo que es el amor. Todos confunden el amor como sentimiento ya sea amor filiar, (en griego fileo) amor erótico, (en griego eros) o amor de amistad (en griego storgé), con el amor de Dios o amor del Espíritu (en griego ágape) que es el fruto principal del Espíritu, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Gálatas 5:22.
Hemos de recordar que Jesús decía que el mal no era lo que entraba en el hombre, como creían los religiosos de sus días y los de los días de nosotros. Aquellos, fanáticos de la ley de Moisés, que vivían del ritualismo de la ley, ritos por medio de los cuales la ley en forma figurada, ilustraba las cosas reales del Espíritu, que la ley no estaba capacitada para revelar a los hijos de Dios que vivían en fe esperanza en esos días. Los religiosos de ahora, fanáticos todavía debajo del velo de Moisés y apegados al biberón de la leche espiritual de las enseñanzas de Cristo del principio, enseñanzas que fueron enseñadas mediante el evangelio de la circuncisión por los once apóstoles de Jesús o Cristo en los días de su carne.
Cristo enseñaba que lo que contaminaba al hombre era lo que salía del hombre natural y no lo que estaba fuera de él, biografía de Jesús según Mateo 15:11; sin embargo, Santiago y los demás que gobernaban en Jerusalén, quisieron imponerle ritos de la ley a los gentiles, que el apóstol les aceptó por deferencia en el principio y tuvo como consecuencia el querer seguir imponiéndole a los amados de la gracia, otros ritos de la ley. Por eso, dijo el apóstol Pablo años mas tarde, según registra la 2da. Carta a los Corintios 11:21 Para vergüenza mía lo digo, para eso fuimos (Pablo y Bernabé) débiles.
Leamos la cita anterior pero desde el verso 13. También leamos en el libro de los Hechos capítulo 15 en verso 12, que nos relata que todos oyeron a Bernabé y Pablo contando las cosas grandes que Dios había realizado por medio de ellos entre los gentiles. Pero fijaos bien amados, que Jacobo, el Santiago que escribió la carta que lleva su nombre, líder que gobernaba prácticamente a la iglesia que estaba en Jerusalén, se levantó y le respondió a Pablo y Bernabé con lo que Pedro había hecho en casa de Cornelio.
Y yo diría en imitación del apóstol Pablo, perdonadme esta pequeña locura, pero Santiago no reconoció la obra que Cristo estaba haciendo por medio de estos dos varones en medio de los gentiles. La prueba es que liderando a Pedro, a Juan y al resto de los ancianos de la iglesia de Jerusalén, Santiago les dijo: 19 Yo juzgo ( no dijo Dios o Cristo o el Señor juzga...) que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre, cosas todas conforme al rito de la ley de Moisés. Por eso dijo las palabras que a continuación registra el verso 21.
Fijaos amados, el resultado de las palabras de autoridad legal que asumió Santiago sobre el resto, que nos describe Lucas desde el verso 22 hasta el verso 29. El apóstol Pablo recibió de buena gana todo esto, inclusive poner por primera vez en tela de juicio su autoridad apostólica, ya que enviaron dos testigos para entregar la carta y asegurarse que sus instrucciones fueran hechas al pie de la letra. Pero aun así, Dios iluminó a Silas, quien se quedó a trabajar con el apóstol Pablo, regresando solamente el testigo llamado Judas.
Os he dichos estas cosas mis amados, aunque aparentemente parece haberme desviado del tema central, porque es necesario que entendamos las enseñanzas de Cristo aun en los días de su carne a este respecto. Lo que estaba dentro del hombre era lo que contaminaba, también llamado alegóricamente corazón. Era el alma viviente o primer Adán, la carne o naturaleza de pecado viciada lo que contaminaba, por lo que el fruto de ese árbol era malo, era de continuo hacia el mal. Por eso fue necesario hacer una nueva creación mediante el último Adán, quien es Cristo o Espíritu y es necesario que los hijos de Dios manifestados en carne y sangre abandonemos y dejemos las cosas de la vieja creación que era gobernada por la ley de Moisés hasta que llegara lo perfecto.
Jesús vivía de tal manera que daba ejemplo de no admitir en él las tensiones naturales que nos arrastran a las dificultades en las relaciones sociales, el prejuicio, la ira, la debilidad emocional, la impaciencia, la intolerancia, la crítica de conocer las faltas de los demás al señalar con el dedo índice de la mano, sin recordar o tomar en consideración, que al así hacerlo, el dedo pulgar es el juez o arbitro de la situación y el resto de los tres dedos señalan como culpable al que acusa con un solo dedo. Recuerden amados, que Jesús dijo: ¿Y por que miras la brizna, (o paja) en el ojo del hermano de ti, y la viga en el ojo tuyo no consideras? biografía de Jesús según Mateo 7:3.
Todas las cosas negativas u obras muertas de la vieja creación que hacemos a los demás las hacemos en realidad, porque nos las hacemos primero a nosotros mismos. Esas cosas son el fruto de las semillas que sembramos en nuestra propia tierra. Manifestamos al mundo de afuera lo que hay guardado en el mundo de adentro. Todo lo que pensamos de nuestro prójimo es lo que en verdad pensamos de nosotros mismos y lo manifestamos a los demás que están fuera de nosotros. Por eso Jesús dijo en los días de su carne: Así que todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también vosotros hacedles, biografía de Jesús según Mateo 7:12.
Por eso el apóstol Pablo nos revela y aconseja en la 2da. carta a los Corintios 5:16 que a nadie conozcamos en la carne, pero eso mis amados, en realidad empieza con nosotros mismos. Si nos conocemos a nosotros mismos en la carne y no podemos ver el Espíritu o Cristo ya formado en nosotros, veremos en la carne a los demás y viviremos juzgando a los demás y buscando falta en los demás conforme a la ley ya finalizada por Cristo.
Veamos un ejemplo en la vida de Cristo con relación a las relaciones sociales que antes he mencionado. Veamos como se comportó Cristo en los días de su carne con las personas socialmente despreciadas y moralmente censuradas por la comunidad religiosa en que vivían, porque encontraremos lecciones maravillosas. Cristo es el modelo que el apóstol Pablo nos invita a imitar a través de las revelaciones o enseñanzas que el Señor le reveló para nosotros. El apóstol Pablo invitó a los hermanos de sus días a ser imitadores de él (Pablo) como él lo era de Cristo, la 1ra. Carta a los Corintios 11:1. Pero también le dijo a los hermanos que fueran imitadores de Dios como hijos amados, Carta a los Efesios 5:1.
Esto significa mis amados, que en nuestro peregrinar o participación en la vida carne y sangre, tenemos una medida completa para nuestro proceder, tenemos un ejemplo bien definido, tenemos un modelo inconfundible, claro y cierto para imitar. Porque aunque Jesús no vino para ser imitado en cuanto a la obra única que hizo como Cordero de Dios para quitar el pecado o naturaleza de pecado para siempre; ni vino para que nosotros le imitemos viviendo bajo ley, sino que como nos revela el apóstol Pablo, nos dejó medida para vivir por encima de la ley por medio de la realidad espiritual de Dios. Por eso, Jesús les dijo a los doce, los cuales no entendieron sus palabras, según registra su biografía escrita por Mateo 5:20, que su justicia, como hijos de Dios que ya tenían al Mesías o Cristo en medio de ellos, a Enmanuel, tenía que ser mayor que la justicia de los fariseos y escribas.
En la 1ra carta a los Corintios 2:16, el apóstol Pablo, muy claramente nos revela, que nosotros tenemos el pensamiento de Cristo, ya que Cristo es la cabeza del cuerpo del nuevo hombre que es la Iglesia, como también revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 5:23. Pues teniendo la mente o pensamiento de Cristo, estudiemos el pensamiento de Cristo en los días de su carne sobre las relaciones sociales y sicológicas. Para hacerlo, he tomado como base como os dije al principio, el caso de la mujer samaritana.
GRACIA Y PAZ ES CON CADA UNO DE VOSOTROS EN ÁGAPE SOBERANO DE DIOS
continuamos en la próxima reunión.
MINISTERIO RECONCILIACIÓN EVANGELIO DE LA GRACIA - (MREG)
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