LEY DE LA RETRIBUCIÓN O LEY DE LA SIEMBRA Y LA COSECHA
(SECCIÓN 11)
Sobreedificando sobre el fundamento Cristo
En la paciencia y mente de Cristo te volveré a llevar paso a paso por
todo el ciclo de esta ley que acabamos de estudiar. Es menester que recuerdes
y tengas presente como hijo de la promesa, que el Señor prometió a Abraham y
su simiente que la bendeciría en abundancia. Pero para cosechar, es necesario
sembrar primero; y para recoger en abundancia es necesario sembrar en
abundancia. También es menester que tengas presente que la
cosecha es un ciclo repetitivo porque hay que reciclar la semilla para que de
nueva cosecha. Te repito de nuevo antes de
cerrar este estudio, que es de suma importancia que tenga un resumen breve de
la ley de retribución o de la siembra y la cosecha, para que te sea de ayuda
en tu proceso de sembrar en cualquiera de los terrenos, sea el dinero para
multiplicarlo correctamente, la carne para destrucción o pobre calidad de
vida aquí en este planeta, o para el Espíritu para vida eterna o vida de
calidad durante tu peregrinación, tanto para como para tu prójimo.
Entiéndelo de una vez y por todas bendecido, todos tenemos semillas
para sembrar, sea dinero para el reino y para nosotros, sea obras muertas para
la carne que producen destrucción, o sean el fruto del Espíritu que produce
vida en abundancia.
Debes evitar sembrar semillas para la carne que cosechará problema
para la sangre o cuerpo biológico o para tu apariencia negativa en medio de
tu prójimo. Debes sembrar para el Espíritu u hombre nuevo interior que
cosechará salud y bienestar en medio de tu prójimo o vida de buena calidad.
El dinero que siembras para el reino es conforme a lo que Dios
pone en tu corazón u hombre interior, nunca porque te sobra o por obligación
impuesta, debe ser con el propósito específico de que el evangelio de la
gracia corra y llegue a aquellos que todavía están en las tinieblas de
afuera, la ignorancia espiritual.
Recuerda que todo lo que siembres es menester dejarlo morir, para que
germine en nuevo fruto. Es menester que lo que siembres deje de ser parte de ti
ahora, porque ya no te pertenece, esas semillas le pertenecen al reino de
Dios; por eso tienes que sembrar sin ataduras. Cristo como semilla en Jesús
de Nazaret, tuvo que morir a la carne para germinar como un árbol espiritual,
ya que la semilla que se siembra, no es el árbol que ha de salir, como revela
el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 15:36-38.
Creo que este principio es bien sencillo, si deseas cosechar peras, es
imposible que siembres naranjas. Si siembras dinero para el reino
correctamente, cosecharás dinero. Si siembras inmoralidad, drogas, sexo
indebido, odio, o cualquiera de esas semillas de obras muertas, recogerás el
producto de esas cosas para tu malestar en medio de los demás; pero si
siembras amor, alegría, amabilidad, amistad sinceridad o cualquier semilla
del fruto del Espíritu, segarás el resultado de esas cosas en medio de los
demás. Recuerda las palabras del apóstol: Dios
no es burlado, cuanto siembre un hombre, eso también segará,
sea para la carne y sangre o para el Espíritu. nosotros como Espíritu
perfecto somos el producto de Cristo. Cristo se sembró como hombre animal
para nuestra reconciliación y resucitó hombre espiritual, para
Sección 5 – LA CANTIDAD DE SEMILLAS SEMBRADAS DETERMINA LA COSECHA
El apóstol Pablo nos da un ejemplo vivo por medio de una de sus cartas a los hermanos de la iglesia que estaba en Corinto en su segunda carta en el capítulo 8 verso 9 les dice: Porque conocéis la gracia del Señor de nosotros Jesús Cristo, que por causa de nosotros se empobreció rico siendo, para que vosotros en la pobreza de él os hicieseis ricos.. El apóstol entonces les da a los hermanos su opinión para que ellos entendieran el problema que tenían con el ofrendar, verso 10; pasando en el verso 11 a aconsejarlos en el hacer si tenían el querer conforme a lo que tenían. Entonces les dice en verso 12 lo siguiente: Porque si el ánimo pronto está fijo, conforme a lo que uno tenga es aceptable, no conforme a lo que uno no tiene.
El apóstol les dice que si estaban decididos porque tenían el querer hacerlo, lo próximo era separar lo que darían conforme a lo que tenían, no de acuerdo a lo que no tenían. Recuerda, el Señor se empobreció para enriquecernos en todo el sentido de la palabra, no usó de riquezas suntuosas aquí en la tierra aunque es el dueño de todas las cosas, Salmos 24:1; Romanos 11:36 y 1 a los Corintios 10:26; se vistió en un cuerpo de humillación como nosotros, cuerpo que circuncido para pagar el precio del pecado que era la muerte, para que fuéramos enriquecidos en la resurrección o reconciliación con él de nuevo.
Existen actualmente un sinnúmero de ministerios y de supuestos apóstoles que dicen predicar las buenas nuevas o evangelio, pero en verdad predican el otro evangelio, el evangelio de la circuncisión que fue predicado por los Doce apóstoles de Jesús de Nazaret para cerrar el capítulo final de la ley o antiguo pacto.
Este ministerio, que es una continuación de lo que todo ministerio que haya aquí en la tierra debe ser si está sobre el fundamento puesto por Pablo, el único apóstol para este pacto puesto por el Señor Jesús Cristo, tiene el compromiso de predicar y esparcir por todo el mundo el evangelio de la gracia llamado al principio el evangelio de la incircuncisión.
Por tanto la responsabilidad de todo creyente es sembrar solamente en
aquellos ministerios que son terreno fértil, es decir, todos aquellos
ministerios que esparcen por doquier el evangelio de la gracia, conforme
revela el apóstol en Gálatas 6:6 que dice: Y comparta el que es instruido en la palabra con el
que le instruye, en todas las cosas buenas.
Muchos hermanos por ser niños en el conocimiento de la revelación todavía viven con el biberón de la leche de la doctrina de Cristo del principio y la mochila de la ley o antiguo pacto donde guardan sus obras de la carne favoritas que nunca lo harán aceptable delante del Señor, porque por ninguna obra de la ley se puede alguien justificar delante de Dios. Todos los hijos de Dios fuimos ya justificados para siempre por medio de una sola ofrenda.
De igual manera pasa en la siembra, muchos quieren recoger según lo
que le da apariencia de seguridad, lo que puede ver y palpar, pero lo que
somos de la fe de Abraham sembramos por fe, aunque nada podamos ver y palpar.
Ten la visión de ver por la fe lo que esperas de tu siembra en cualquier
dimensión que la hagas.
Debes de ser paciente y esperar los resultados de todo lo que haces. El apóstol de la circuncisión Pedro recibió del Consolador que estaba en Pablo lo que es la gracia de este nuevo pacto como lo ilustra el mismo apóstol Pablo en Gálatas 2:2 Y subí (a Jerusalén) conforme a una revelación; y les presenté el evangelio que proclamo entre los gentiles; (el evangelio de la incircuncisión o de la gracia) en privado, empero, a los que parecían, (a los apóstoles de Jesús de Nazaret, los de la circuncisión que predicaban el evangelio de la circuncisión) no sea que en vano corro o corrí.
Continúa diciendo el apóstol en Gálatas 2:6 Pero de parte de los que parecían ser algo, (los Doce, Santiago y Judas los hermanos de Jesús de Nazaret) cuáles entonces eran, (de los días de Cristo en la carne hasta que los conoció) nada me importa; el rostro de Dios, el hombre no recibe, a mí pues, los que parecían, nada añadieron. En otras palabras, a los doce se les hizo difícil reconocer el rostro del Señor Jesús Cristo como Consolador en Pablo, quien le estaba enseñando todas las cosas, los misterios del reino como le había prometido en los días de su carne. Ellos nada le enseñaron al apóstol Pablo sobre la gracia porque ellos permanecieron judaizando.
El mismo Pedro nos da testimonio de tener la información escrita de Pablo en 2 Pedro 3:15-16, por lo que del grupo de los Doce es prácticamente el único que menciona un poquito de la gracia. De hecho, es Pedro el que dice en 2 Pedro 3:18 Creced en la gracia. Esa es la razón por la que Pablo lo encaró delante de todos en medio de los Gálatas, porque él conociendo de la gracia que le enseñó el apóstol Pablo, por miedo a Santiago judaizaba, es decir, practicaba los ritos de la ley, los cuales trató de enseñar a los hermanos llamados gentiles en cuanto a la carne en esos días.
Leamos ahora que dice con relación a la paciencia en su primera carta el apóstol de la circuncisión Pedro. Él nos informa que en los días que Noé preparaba el arca para él y su casa, que eran las únicas personas ordenadas por Dios para salvación de sus vidas físicas, entre los cuales preservó una semilla mala, a Cam. La paciencia de Dios tuvo que esperar por esas semillas que había sembrado para fructificarlas de nuevo, ver 1 Pedro 3:20.
Fíjate bien lo que dice antes de eso, leamos 1 Pedro 3:18-20, lo cual
te citaré directamente: Pues
también Cristo una vez por los pecados murió un justo por injustos
para conduciros hasta Dios, habiendo sufrido la muerte en su carne,
pero vivificado en su Espíritu;
19
en
el cual también a los espíritus que estaban en prisión yendo predicó,
20 a los que desobedecieron entonces cuando aguardaba la
paciencia de Dios en los días de Noé cuando se preparaba el arca, en la
cual pocos, esto es, ocho almas fueron salvadas a través del agua.
Fíjate bien bendecido porque es de suma importancia, Cristo murió en la
carne una vez y para siempre por los pecados y fue vivificado o resucitado en
el Espíritu.
Debes estar claro que toda la cosecha que recoges cuando llega la hora
es parcialmente tuya, porque la primera porción que debes sacar es para
reciclar o sembrar de nuevo para Dios y su reino, otra parte es para tu uso
personal, porque es el bien de todo hombre delante de Dios que coma y beba del
fruto de su trabajo. Por último, una porción de la cosecha recibida es para
darle a otros que tienen necesidad y que desconocen como recibir y multiplicar
las semillas que tienen.
Tu responsabilidad como hijo de Dios es solamente sembrar la semilla,
limpiar y mantener tu siembra y finalmente recoger los frutos multiplicados
que la siembra te da. La responsabilidad de que la semilla crezca y se
multiplique en gran medida es responsabilidad totalmente del Señor.
En esta hora final del estudio, oramos al Señor que da la semilla para sembrar, que da el pan para comer y hace sobreabundar para darle a los demás, al Señor Jesús Cristo, el Dios Fuerte o Todopoderoso, el Padre Eterno, el Admirable, el Consejero o Consolador que se mostró a través del apóstol Pablo para darnos la revelación de todos los misterios que estaban escondidos desde antes de los tiempos de los siglos para nuestra gloria, que aumente nuestra sementera.
Que ponga en nosotros conforme a su propósito y voluntad, el querer como el hacer para sembrar para su reino, para que la palabra del evangelio de la gracia corra, siendo agradecido en todo por habernos dado toda la revelación.
Oramos al Rey de reyes, Señor de señores y Dios de dioses, al Señor Jesús Cristo, que fue nuestro apóstol y gran Sumo Sacerdote de nuestra profesión como nos revela y enseña Hebreos 3:1, a quien sea toda la gloria y toda la alabanza por los siglos de los siglos, que nos enseñe a sembrar para el Espíritu, para que el fruto de todas lo bueno y perfecto y que es de buen nombre sea manifestado en nuestras vidas mientras andamos en estos trajes de humillación donde nuestro hombre espiritual perfecto vive, por causa del propósito de Dios.
Por último, también oramos al Señor, para que nos enseñe a clasificar las semillas de la siembra, por el discernimiento del bien y del mal que hay en nosotros por medio del conocimiento y poder del evangelio de la gracia que nos selló para Dios y su reino, para que toda semilla de la carne sea inutilizada y nunca jamás produzcan fruto para la carne que se manifiesta a través de las obras muertas y que en cambio el fruto de nuestro Espíritu para vida sea conforme a las buenas obras preparadas de antemano para su gloria..
ABBA PADRE, a ti sea la gloria para siempre delante de tus huestes espirituales que ejecutan tu palabra conforme a tu voluntad.
MINISTERIO RECONCILIACIÓN EVANGELIO DE LA GRACIA - (MREG)
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