LA 42ava. GENERACIÓN DE ABRAHAM

PRIMERA PARTE


Sobreedificando sobre el fundamento Cristo


 ¡Todos los hijos de Dios están contados desde antes de la fundación del mundo! Gloria a Dios por toda la eternidad. ABBA Padre, ABBA Cristo. Las Sagradas Escrituras declaran en el Salmos 147:4 de Dios que: Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres.

            Y os pregunto mis amados, ¿dicen las Escrituras esto por los astros luminosos en el firmamento que llamamos estrellas o por nosotros sus hijos? Veamos pues, cuales son las estrellas a las cuales Dios cuenta y les ha dado nombre:

         Daniel 12:3 muy claramente declara: Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Los entendidos somos los creyentes de la revelación de los misterios de Dios, los que somos llamados por medio del evangelio de la gracia, los que creemos y conocemos su palabra. Los que enseñan la justicia a la multitud son los dones ministeriales dados a las iglesias para llamar a la Iglesia, para mantenerla unida al servirle de ligadura, desde el apóstol Pablo que puso el fundamento, los profetas del principio y los evangelistas que llevaron la palabra revelada por el apóstol, los pastores-maestros que enseñan al resto de los ministros que constituyen el cuerpo de Cristo que es la Iglesia y ahora los sobre-edificadores que restauramos y enseñamos a la Iglesia la realidad de todo lo cumplido. Esos que enseñan a la multitud, somos como las estrellas que brillan a perpetuidad.

         Cuando el mensaje es correcto, la enseñanza o sobre-edificación sobre el fundamento Cristo, puesto por el apóstol Pablo una sola vez y para siempre, es alegóricamente hablando como el oro, la plata y las piedras preciosas, permanece para siempre. No importa cuantas veces sea sometida la enseñanza sobre-edificada correctamente al fuego de la revelación de Dios, permanece para siempre. Pero cuando la enseñanza o sobre-edificación como acontece con todo el sistema religioso, es en madera, paja y heno, al ser sometida al fuego de la verdad, se quema y no permanece, como ha ido y seguirá sucediendo con todas las falsas enseñanzas que han ido quedando en el olvido.

         De manera elegante, el apóstol Pablo nos revela en la 1ra. Carta a los Corintios 15:40-41 lo siguiente: Y cuerpos celestes, y cuerpos terrestres; pero una, en verdad, la gloria de los celestes y otra (la palabra griega etero, que significa otro diferente) la de los terrestres. [41] Una gloria de sol; y otra (en esta vez la palabra griega állos, que significa otro igual o de lo mismo) gloria de luna; y otra, gloria de estrellas; porque una estrella de otra se diferencia en gloria.

         Amados, es menester entender, que son los cuerpos celestes los que han sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 1:3. Los cuerpos terrestres, fueron la sombra de los cuerpos celestes o espirituales y ya tuvieron su gloria, como lo revela el apóstol Pablo en la porción revelada en la 2da. Carta a los Corintios 3:7-11. Los cuerpos terrestres, fue lo primero que fue sembrado, confirmado por medio del pacto añadido, que nos confirma que el hombre natural o terrestre no puede entender la revelación Dios que en ese pacto estaba escondida, porque se discierne espiritualmente.

         Por eso, todavía aun después de cumplidas todas las cosas continúan con el velo de Moisés puesto sobre su rostro, figura de tener el entendimiento o los ojos en oscuridad. La gloria más excelsa revela el apóstol Pablo en el verso anterior, es la gloria del sol. Esa gloria es la gloria del Padre de las luces, pues los hijos resplandecen por la luz recibida de él, por eso revela el apóstol Pablo en la Carta a Timoteo 6:16, que él es el único que posee inmortalidad (por sí mismo), que habita en luz inaccesible; (sólo lo que está debajo del velo no puede estar expuesto a la luz) a quien ninguno de los hombres (cuerpo terrestre) vio ni puede ver, porque lo natural o terrestre no puede percibir lo espiritual, no puede participar de lo espiritual.

         Continúa el apóstol Pablo revelando que otra, y en este caso usa la palabra griega allos, que significa otra u otro de lo mismo. La luna, es figura de la Iglesia, que a su vez representa a todos los creyentes, que sólo pueden resplandecer por medio de la luz recibida del sol. Nuestra gloria no es nuestra, es la gloria de Cristo, nuestra vida, no es la vida nuestra, es la vida de Cristo quien es la vida. La resurrección procedente de los muertos nos es la resurrección del cuerpo terrenal nuestro, sino la de Cristo. Amados es en Cristo que estamos justificados, salvados, reconciliados, etc.

         Continúa el apóstol Pablo revelando otra, y utiliza la misma palabra griega anterior, allos, la gloria de las estrellas. Las estrellas somos los ministerios brillando para la gloria del Padre Eterno, para la gloria del Dios Fuerte o Todopoderoso. Las estrellas tienen brillo propio porque se refiere a la labor de cada uno. Cristo en los días de su carne dijo: Yo soy la luz (la sabiduría, la revelación o conocimiento máximo) del mundo, el que me sigue, de ningún modo andará en la oscuridad, (no andará en ignorancia) SINO QUE TENDRÁ LA LUZ DE LA VIDA, según registra su biografía escrita por Lázaro, que todos erróneamente llaman Juan 8:12.

         De igual manera, conforme nos informa la biografía escrita por Mateo 5:14, Jesús también dijo: [14] Vosotros sois la luz del mundo; no puede una ciudad ser escondida sobre un monte situada. [15] Ni encienden una lámpara (ni se trae a alguien al conocimiento) y la ponen debajo del almud, (retener para sí mismo el conocimiento recibido) sino sobre el candelero, (se comparte con todos los llamados o miembros de la Iglesia a quienes fue predestinada esa sabiduría) y alumbra (educa y enseña) a todos los en la casa (los miembros del cuerpo que son la Iglesia o casa de Dios.) [16] Así alumbre la luz de vosotros (así tenemos que hacer nosotros, enseñar) delante de los hombres, de modo que vean de vosotros las hermosas (la palabra griega kalà) obras, (las obras hermosas son las buenas (la palabra griega agathoîs) obras preparadas por Dios de antemano para que anduviésemos, en ellas como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 2:10) y glorifiquen al Padre de vosotros en los cielos o lugares celestes.

         Leamos ahora en el Rollo Profético llamado Apocalipsis 1:20 El misterio de las siete estrellas que viste en la diestra de mí, y los siete candelabros de oro: Las siete estrellas, ángeles de las siete iglesias son, y los siete candelabros, siete iglesias son. De nuevo amados, las estrellas son los dones ministeriales (pastores-maestros y obispos) y los candelabros donde las estrellas resplandecen, son los creyentes de las iglesias o localidades, que son los miembros que forman la Iglesia o cuerpo de Cristo.

         Todas estas expresiones son una expresión de los hijos de Dios que enseñamos la justicia de Dios a la multitud y los cuales nos hallamos sentados en reposo a la diestra del Señor desde su venida con todo poder y gloria en el año 70, cuando vino a darle el pago a los rebeldes hijos de la esclava, para ponerle fin a la ley y darle paso al nuevo pacto. Recordemos que Jesús en los días de su carne dijo también: [10] Mas de vosotros hasta los cabellos de la cabeza todos habiendo sido contados están, conforme enseña la biografía de Jesús escrita por Mateo 10:30.

         Las Sagradas Escrituras, a pesar de contener una variedad de información, como un todo, es un libro espiritual, y puedo decir, matemáticamente perfecto. Si ustedes han de recibir sobre-edificación con este estudio que a continuación vamos a desarrollar, es necesario entender que las Sagradas Escrituras desde Génesis hasta el Rollo Profético llamado Apocalipsis, contiene todas las profecías que la revelación de todos los misterios a través de las cartas del apóstol Pablo nos revela el significado de todas esas cosas. Luego de Jesús cumplir todo lo escrito sobre él en los días de su carne, sólo quedaba cumplir el último tilde de la ley, aquellas profecías que serían y fuero cumplidas, en los días de transición entre los dos pactos.

         Eso es lo que establece el Rollo Profético llamado Apocalipsis 1:19 cuando dice: Escribe, pues, lo que viste, (lo sucedido o cumplido por Jesús de acuerdo a la ley y los profetas) y lo que hay (lo que se estaba sucediendo y cumpliéndose delante de todos ellos en ese momento) y lo que va a suceder después de esto. Lo que iba a cumplirse en ese corto período de transición de 40 años, que culminaron cumplidos en el año 70 dJN, cuando se le puso fin o cumplimiento pleno a todo lo dicho por la ley y los profetas, para que las promesas del pacto eterno de Dios consigo mismo o gracia que es desde antes de los tiempos de los siglos entrara en posesión de todas las cosas, 2da. Carta a Timoteo 1:9-10. la palabra griega metà, traducida como después significa un evento a ocurrir casi inmediatamente.

         Sin embargo amados, ustedes leerán una pequeña porción en las páginas de sus Escrituras, que parece contener un error aritmético. Dado que la matemática espiritual es diferente que la matemática natural y relativa; esto, sólo es dado a entender por el Espíritu, por medio de la revelación, a todos los que somos la nueva creación espiritual en Cristo, como revela el apóstol Pablo en la 2da. Carta a los Corintios 5:17, es lo que Jesús llamó en los días de su carne: nacer de lo alto, nacer del agua que es la palabra y del Espíritu que es la naturaleza de Dios, lo cual podemos leer de la conversación de Jesús con Nicodemo, según registra la biografía de Jesús escrita por Lázaro, erróneamente llamada Juan 3:1:12. Recordemos lo que nos es revelado por medio del apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 2:7 hablamos sabiduría de Dios en misterio, la escondida, que predestinó Dios antes de las edades para gloria nuestra.

         De nuevo, nos revela el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 2:10 A nosotros, en efecto, reveló Dios por el Espíritu; porque el Espíritu todo sondea, aun las profundidades de Dios. En los versos que continúan de la 1ra. Carta a los Corintios 2 nos continúa el apóstol Pablo revelando: [12] Nosotros empero no el Espíritu del mundo recibimos, sino el Espíritu procedente de Dios, para que sepamos lo que por Dios gratuitamente fue dado a nosotros, [13] lo cual también hablamos, no con palabras aprendidas de sabiduría humana, sino con aprendidas del Espíritu, a lo espiritual lo espiritual comparando.

         Todo esto se traduce a decir, que podemos entender TODA LA REVELACIÓN DE DIOS, porque nosotros empero el pensamiento o mente de Cristo poseemos, como revela el apóstol Pablo de igual manera en la 1ra. Carta a los Corintios 2:16. Jesús Cristo, que es nuestra cabeza, nuestra mente, en los días de su carne, conforme a su biografía escrita por Lázaro erróneamente llamada Juan 5:39 dijo: Escudriñáis las Escrituras, pues vosotros pensáis en ellas vida eterna tener; y ellas son las que testifican sobre mí, y eso es lo que vamos a hacer en esta hora.

         Pero antes, revisemos de nuevo lo que nos revela el apóstol Pablo, en la 1ra. Carta a los Corintios 15:40-41, de lo cual os hablé anteriormente, donde nos revela, quienes son las estrellas cuando dice: Y cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero una, en verdad la gloria de los celestes, y otra (la palabra griega etéra otra diferente) de los terrestres. [41] Una gloria de sol; y otra, (la palabra griega álle que significa otra igual) gloria de luna; y otra, (álle) gloria de estrellas; porque una estrella se diferencia en gloria. Fijémonos bien de nuevo en lo que concierne a los cuerpos celestiales, aquellos que han sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, porque los terrenales ya tuvieron gloria aquí en la tierra.

         Revela el apóstol Pablo que una es la gloria del sol, la gloria más excelsa, la gloria del Señor o Padre Eterno, que es la cabeza de la Iglesia. Otra es la gloria de la luna, la gloria de la Iglesia o cuerpo del Señor que brilla por la luz que recibe del Sol de Justicia, como lo profetizó el profeta Malaquías 4:2 cuando dice: Mas a vosotros os nacerá el Sol de Justicia, el cual confesamos es Jesús Cristo. La Iglesia fue ordenada como un solo cuerpo a reflejar la justicia de Dios que es Jesús Cristo. Por último, otra es la gloria de las estrellas, porque es el reflejo de la justicia de Cristo en cada hijo de Dios, como miembro individual del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Recuerda amado, si eres luz, estás llamado como hijo de Dios, a reflejar la luz o conocimiento de Cristo, a reflejar la justicia del Padre de las luces.

         En la Carta a los Efesios 5:8 el apóstol Pablo nos revela: Porque erais otrora (en otro tiempo) tinieblas, pero ahora luz en el Señor; como hijos de luz andad. En otras palabras mis amados, antes éramos ignorantes, desconocíamos la verdad, desconocíamos la revelación de Dios, desconocíamos la revelación de los misterios que estuvieron por siglos escondidos o tapados, pero ahora, somos cartas abiertas que manifestamos ese conocimiento en medio de los hombres.

        En la 1ra. Carta a los Tesalonicenses 5:5 por su parte, nos continúa el apóstol Pablo revelando: Porque todos vosotros hijos de luz sois, e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto amados míos, vemos que lo dicho por el apóstol Pablo es lo enseñado por Cristo desde los días de su carne; eso es lo mismo que Jesús nos dice. Volvamos a leer la cita escrita por Mateo 5:14-16 que dice: Vosotros sois la luz del mundo; no puede una ciudad ser escondida sobre un monte situada; [15] ni encienden una lámpara y la ponen debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los en la casa. [16] Así alumbre la luz de vosotros delante de los hombres de modo que vean de vosotros las obras hermosas y glorifiquen al Padre de vosotros, en los cielos.

        Estando leyendo la porción de Mateo 1:1-17 que contiene la genealogía de Jesús desde Abraham hasta Jesús, la suma total indicada en el verso 17 aparenta tener un error. Leamos: [17] Así pues, todas las generaciones desde Abraham hasta David fueron catorce generaciones, y desde David hasta la deportación de Babilonia catorce generaciones, y desde la deportación de Babilonia hasta el Cristo catorce generaciones.

MATEMÁTICA DE LA LETRA

Amados, antes de continuar, también debo recordarles lo que nos revela el amado apóstol Pablo en la 2da. Carta a los Corintios 3:4-6 Y confianza tal tenemos mediante Cristo para con Dios. [5] No que de nosotros mismos competentes somos de tener en cuenta algo como de nosotros mismos, sino que la competencia de nosotros proviene de Dios, [6] quien también nos capacitó ministros de un nuevo pacto, no de letra, sino de espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.

 Leamos ahora Mateo 1:1-16 y luego procedamos a sumar matemáticamente (en la letra) las generaciones indicadas. Para ello verifiquemos cada grupo de catorce generaciones como informa Mateo 1:17 cuya suma total debe es igual a 42.

  ¡Todos los hijos de Dios están contados desde antes de la fundación del mundo! Gloria a Dios por toda la eternidad. ABBA Padre, ABBA Cristo.

            Las Sagradas Escrituras declaran en el Salmos 147:4 de Dios que: Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres.

            Y os pregunto mis amados, ¿dicen las Escrituras esto por los astros luminosos en el firmamento que llamamos estrellas o por nosotros sus hijos? Veamos pues, cuales son las estrellas a las cuales Dios cuenta y les ha dado nombre:

          Daniel 12:3 muy claramente declara: Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Los entendidos somos los creyentes de la revelación de los misterios de Dios, los que somos llamados por medio del evangelio de la gracia, los que creemos y conocemos su palabra. Los que enseñan la justicia a la multitud son los dones ministeriales dados a las iglesias para llamar a la Iglesia, para mantenerla unida al servirle de ligadura, desde el apóstol Pablo que puso el fundamento, los profetas del principio y los evangelistas que llevaron la palabra revelada por el apóstol, los pastores-maestros que enseñan al resto de los ministros que constituyen el cuerpo de Cristo que es la Iglesia y ahora los sobre-edificadores que restauramos y enseñamos a la Iglesia la realidad de todo lo cumplido. Esos que enseñan a la multitud, somos como las estrellas que brillan a perpetuidad.

          Cuando el mensaje es correcto, la enseñanza o sobre-edificación sobre el fundamento Cristo, puesto por el apóstol Pablo una sola vez y para siempre, es alegóricamente hablando como el oro, la plata y las piedras preciosas, permanece para siempre. No importa cuantas veces sea sometida la enseñanza sobre-edificada correctamente al fuego de la revelación de Dios, permanece para siempre. Pero cuando la enseñanza o sobre-edificación como acontece con todo el sistema religioso, es en madera, paja y heno, al ser sometida al fuego de la verdad, se quema y no permanece, como ha ido y seguirá sucediendo con todas las falsas enseñanzas que han ido quedando en el olvido.

          De manera elegante, el apóstol Pablo nos revela en la 1ra. Carta a los Corintios 15:40-41 lo siguiente: Y cuerpos celestes, y cuerpos terrestres; pero una, en verdad, la gloria de los celestes y otra (la palabra griega etero, que significa otro diferente) la de los terrestres. [41] Una gloria de sol; y otra (en esta vez la palabra griega állos, que significa otro igual o de lo mismo) gloria de luna; y otra, gloria de estrellas; porque una estrella de otra se diferencia en gloria.

          Amados, es menester entender, que son los cuerpos celestes los que han sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 1:3. Los cuerpos terrestres, fueron la sombra de los cuerpos celestes o espirituales y ya tuvieron su gloria, como lo revela el apóstol Pablo en la porción revelada en la 2da. Carta a los Corintios 3:7-11. Los cuerpos terrestres, fue lo primero que fue sembrado, confirmado por medio del pacto añadido, que nos confirma que el hombre natural o terrestre no puede entender la revelación Dios que en ese pacto estaba escondida, porque se discierne espiritualmente.

          Por eso, todavía aun después de cumplidas todas las cosas continúan con el velo de Moisés puesto sobre su rostro, figura de tener el entendimiento o los ojos en oscuridad. La gloria más excelsa revela el apóstol Pablo en el verso anterior, es la gloria del sol. Esa gloria es la gloria del Padre de las luces, pues los hijos resplandecen por la luz recibida de él, por eso revela el apóstol Pablo en la Carta a Timoteo 6:16, que él es el único que posee inmortalidad (por sí mismo), que habita en luz inaccesible; (sólo lo que está debajo del velo no puede estar expuesto a la luz) a quien ninguno de los hombres (cuerpo terrestre) vio ni puede ver, porque lo natural o terrestre no puede percibir lo espiritual, no puede participar de lo espiritual.

          Continúa el apóstol Pablo revelando que otra, y en este caso usa la palabra griega allos, que significa otra u otro de lo mismo. La luna, es figura de la Iglesia, que a su vez representa a todos los creyentes, que sólo pueden resplandecer por medio de la luz recibida del sol. Nuestra gloria no es nuestra, es la gloria de Cristo, nuestra vida, no es la vida nuestra, es la vida de Cristo quien es la vida. La resurrección procedente de los muertos nos es la resurrección del cuerpo terrenal nuestro, sino la de Cristo. Amados es en Cristo que estamos justificados, salvados, reconciliados, etc.

          Continúa el apóstol Pablo revelando otra, y utiliza la misma palabra griega anterior, allos, la gloria de las estrellas. Las estrellas somos los ministerios brillando para la gloria del Padre Eterno, para la gloria del Dios Fuerte o Todopoderoso. Las estrellas tienen brillo propio porque se refiere a la labor de cada uno. Cristo en los días de su carne dijo: Yo soy la luz (la sabiduría, la revelación o conocimiento máximo) del mundo, el que me sigue, de ningún modo andará en la oscuridad, (no andará en ignorancia) SINO QUE TENDRÁ LA LUZ DE LA VIDA, según registra su biografía escrita por Lázaro, que todos erróneamente llaman Juan 8:12.

          De igual manera, conforme nos informa la biografía escrita por Mateo 5:14, Jesús también dijo: [14] Vosotros sois la luz del mundo; no puede una ciudad ser escondida sobre un monte situada. [15] Ni encienden una lámpara (ni se trae a alguien al conocimiento) y la ponen debajo del almud, (retener para sí mismo el conocimiento recibido) sino sobre el candelero, (se comparte con todos los llamados o miembros de la Iglesia a quienes fue predestinada esa sabiduría) y alumbra (educa y enseña) a todos los en la casa (los miembros del cuerpo que son la Iglesia o casa de Dios.) [16] Así alumbre la luz de vosotros (así tenemos que hacer nosotros, enseñar) delante de los hombres, de modo que vean de vosotros las hermosas (la palabra griega kalà) obras, (las obras hermosas son las buenas (la palabra griega agathoîs) obras preparadas por Dios de antemano para que anduviésemos, en ellas como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 2:10) y glorifiquen al Padre de vosotros en los cielos o lugares celestes.

          Leamos ahora en el Rollo Profético llamado Apocalipsis 1:20 El misterio de las siete estrellas que viste en la diestra de mí, y los siete candelabros de oro: Las siete estrellas, ángeles de las siete iglesias son, y los siete candelabros, siete iglesias son. De nuevo amados, las estrellas son los dones ministeriales (pastores-maestros y obispos) y los candelabros donde las estrellas resplandecen, son los creyentes de las iglesias o localidades, que son los miembros que forman la Iglesia o cuerpo de Cristo.

          Todas estas expresiones son una expresión de los hijos de Dios que enseñamos la justicia de Dios a la multitud y los cuales nos hallamos sentados en reposo a la diestra del Señor desde su venida con todo poder y gloria en el año 70, cuando vino a darle el pago a los rebeldes hijos de la esclava, para ponerle fin a la ley y darle paso al nuevo pacto. Recordemos que Jesús en los días de su carne dijo también: [10] Mas de vosotros hasta los cabellos de la cabeza todos habiendo sido contados están, conforme enseña la biografía de Jesús escrita por Mateo 10:30.

           Las Sagradas Escrituras, a pesar de contener una variedad de información, como un todo, es un libro espiritual, y puedo decir, matemáticamente perfecto. Si ustedes han de recibir sobre-edificación con este estudio que a continuación vamos a desarrollar, es necesario entender que las Sagradas Escrituras desde Génesis hasta el Rollo Profético llamado Apocalipsis, contiene todas las profecías que la revelación de todos los misterios a través de las cartas del apóstol Pablo nos revela el significado de todas esas cosas. Luego de Jesús cumplir todo lo escrito sobre él en los días de su carne, sólo quedaba cumplir el último tilde de la ley, aquellas profecías que serían y fuero cumplidas, en los días de transición entre los dos pactos.

          Eso es lo que establece el Rollo Profético llamado Apocalipsis 1:19 cuando dice: Escribe, pues, lo que viste, (lo sucedido o cumplido por Jesús de acuerdo a la ley y los profetas) y lo que hay (lo que se estaba sucediendo y cumpliéndose delante de todos ellos en ese momento) y lo que va a suceder después de esto. Lo que iba a cumplirse en ese corto período de transición de 40 años, que culminaron cumplidos en el año 70 dJN, cuando se le puso fin o cumplimiento pleno a todo lo dicho por la ley y los profetas, para que las promesas del pacto eterno de Dios consigo mismo o gracia que es desde antes de los tiempos de los siglos entrara en posesión de todas las cosas, 2da. Carta a Timoteo 1:9-10. la palabra griega metà, traducida como después significa un evento a ocurrir casi inmediatamente.

           Sin embargo amados, ustedes leerán una pequeña porción en las páginas de sus Escrituras, que parece contener un error aritmético. Dado que la matemática espiritual es diferente que la matemática natural y relativa; esto, sólo es dado a entender por el Espíritu, por medio de la revelación, a todos los que somos la nueva creación espiritual en Cristo, como revela el apóstol Pablo en la 2da. Carta a los Corintios 5:17, es lo que Jesús llamó en los días de su carne: nacer de lo alto, nacer del agua que es la palabra y del Espíritu que es la naturaleza de Dios, lo cual podemos leer de la conversación de Jesús con Nicodemo, según registra la biografía de Jesús escrita por Lázaro, erróneamente llamada Juan 3:1:12. Recordemos lo que nos es revelado por medio del apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 2:7 hablamos sabiduría de Dios en misterio, la escondida, que predestinó Dios antes de las edades para gloria nuestra.

           De nuevo, nos revela el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 2:10 A nosotros, en efecto, reveló Dios por el Espíritu; porque el Espíritu todo sondea, aun las profundidades de Dios. En los versos que continúan de la 1ra. Carta a los Corintios 2 nos continúa el apóstol Pablo revelando: [12] Nosotros empero no el Espíritu del mundo recibimos, sino el Espíritu procedente de Dios, para que sepamos lo que por Dios gratuitamente fue dado a nosotros, [13] lo cual también hablamos, no con palabras aprendidas de sabiduría humana, sino con aprendidas del Espíritu, a lo espiritual lo espiritual comparando.

           Todo esto se traduce a decir, que podemos entender TODA LA REVELACIÓN DE DIOS, porque nosotros empero el pensamiento o mente de Cristo poseemos, como revela el apóstol Pablo de igual manera en la 1ra. Carta a los Corintios 2:16. Jesús Cristo, que es nuestra cabeza, nuestra mente, en los días de su carne, conforme a su biografía escrita por Lázaro erróneamente llamada Juan 5:39 dijo: Escudriñáis las Escrituras, pues vosotros pensáis en ellas vida eterna tener; y ellas son las que testifican sobre mí, y eso es lo que vamos a hacer en esta hora.

           Pero antes, revisemos de nuevo lo que nos revela el apóstol Pablo, en la 1ra. Carta a los Corintios 15:40-41, de lo cual os hablé anteriormente, donde nos revela, quienes son las estrellas cuando dice: Y cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero una, en verdad la gloria de los celestes, y otra (la palabra griega etéra otra diferente) de los terrestres. [41] Una gloria de sol; y otra, (la palabra griega álle que significa otra igual) gloria de luna; y otra, (álle) gloria de estrellas; porque una estrella se diferencia en gloria. Fijémonos bien de nuevo en lo que concierne a los cuerpos celestiales, aquellos que han sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, porque los terrenales ya tuvieron gloria aquí en la tierra.

           Revela el apóstol Pablo que una es la gloria del sol, la gloria más excelsa, la gloria del Señor o Padre Eterno, que es la cabeza de la Iglesia. Otra es la gloria de la luna, la gloria de la Iglesia o cuerpo del Señor que brilla por la luz que recibe del Sol de Justicia, como lo profetizó el profeta Malaquías 4:2 cuando dice: Mas a vosotros os nacerá el Sol de Justicia, el cual confesamos es Jesús Cristo. La Iglesia fue ordenada como un solo cuerpo a reflejar la justicia de Dios que es Jesús Cristo. Por último, otra es la gloria de las estrellas, porque es el reflejo de la justicia de Cristo en cada hijo de Dios, como miembro individual del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Recuerda amado, si eres luz, estás llamado como hijo de Dios, a reflejar la luz o conocimiento de Cristo, a reflejar la justicia del Padre de las luces.

En la Carta a los Efesios 5:8 el apóstol Pablo nos revela: Porque erais otrora (en otro tiempo) tinieblas, pero ahora luz en el Señor; como hijos de luz andad. En otras palabras mis amados, antes éramos ignorantes, desconocíamos la verdad, desconocíamos la revelación de Dios, desconocíamos la revelación de los misterios que estuvieron por siglos escondidos o tapados, pero ahora, somos cartas abiertas que manifestamos ese conocimiento en medio de los hombres.

En la 1ra. Carta a los Tesalonicenses 5:5 por su parte, nos continúa el apóstol Pablo revelando: Porque todos vosotros hijos de luz sois, e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto amados míos, vemos que lo dicho por el apóstol Pablo es lo enseñado por Cristo desde los días de su carne; eso es lo mismo que Jesús nos dice. Volvamos a leer la cita escrita por Mateo 5:14-16 que dice: Vosotros sois la luz del mundo; no puede una ciudad ser escondida sobre un monte situada; [15] ni encienden una lámpara y la ponen debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los en la casa. [16] Así alumbre la luz de vosotros delante de los hombres de modo que vean de vosotros las obras hermosas y glorifiquen al Padre de vosotros, en los cielos.

Estando leyendo la porción de Mateo 1:1-17 que contiene la genealogía de Jesús desde Abraham hasta Jesús, la suma total indicada en el verso 17 aparenta tener un error. Leamos: [17] Así pues, todas las generaciones desde Abraham hasta David fueron catorce generaciones, y desde David hasta la deportación de Babilonia catorce generaciones, y desde la deportación de Babilonia hasta el Cristo catorce generaciones.

MATEMÁTICA DE LA LETRA

Amados, antes de continuar, también debo recordarles lo que nos revela el amado apóstol Pablo en la 2da. Carta a los Corintios 3:4-6 Y confianza tal tenemos mediante Cristo para con Dios. [5] No que de nosotros mismos competentes somos de tener en cuenta algo como de nosotros mismos, sino que la competencia de nosotros proviene de Dios, [6] quien también nos capacitó ministros de un nuevo pacto, no de letra, sino de espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica

Leamos ahora Mateo 1:1-16 y luego procedamos a sumar matemáticamente (en la letra) las generaciones indicadas. Para ello verifiquemos cada grupo de catorce generaciones como informa Mateo 1:17 cuya suma total debe es igual a 42.

DE ABRAHAM HASTA DAVID

* DE DAVID HASTA LA DEPORTACIÓN

DE LA DEPORTACIÓN HASTA CRISTO

Nombre de la

Generación

Grupo 1 Número

Total

Nombre de la

Generación

Grupo 2 Número

Total

Nombre de la

Generación

Grupo 3 Número

Total

Abraham

1

1

Salomón

1

15

Salatiel

1

29

Isaac

2

2

Roboam

2

16

Zorobabel

2

30

Jacob

3

3

Abías

3

17

Abiud

3

31

Judá

4

4

Asa

4

18

Eliaquím

4

32

Fares

5

5

Josafat

5

19

Azor

5

33

Esrom

6

6

Joram

6

20

Sadoc

6

34

Aram

7

7

Uzías

7

21

Aquim

7

35

Aminadab

8

8

Jotán

8

22

Eliud

8

36

Naasón

9

9

Acaz

9

23

Eleazar

9

37

Salmón

10

10

Exequias

10

24

Matán

10

38

Booz

11

11

Manases

11

25

Jacob

11

39

Obed

12

12

Amón

12

26

José

12

40

Isaí

13

13

Josías

13

27

Jesús

13

41

David

14

14

Jeconías *

14

28

TOTAL = 14 + 14 + 13 = 41

         Como pueden observar de la tabla anterior, Jesús hace la generación número 13 del tercer grupo, después de la deportación a Babilonia. La suma cumulativa desde Abraham sería la número 41. Entonces, sólo cabe una pregunta ¿Dónde está la generación número 14 después de la deportación a Babilonia que sería la número 42 desde Abraham? que informa Mateo en el verso 17 de su escrito que acabamos de leer,

LA GENERACIÓN AUSENTE

            Según la biografía de Jesús escrita por Mateo 1:17, David representa perfectamente la generación número 14, Jeconías la número 28 y Jesús la número 41. Les hago la misma pregunta anterior: ¿Dónde se encuentra la generación número 42? Porque aparenta que la lista de la genealogía cierra de manera incompleta. Es bueno que entiendan amados, que la genealogía de Jesús nacido de mujer y bajo la ley como lo revela el apóstol Pablo en la Carta a los Gálatas 4:4 cierra la descendencia en la carne en el antiguo pacto, para la manifestación del Mesías Príncipe anunciado por la ley y los profetas.

            Para muchas personas que leen en la letra a la ligera y sólo pueden acomodar las cosas naturales a las naturales, piensan que hay un error. El entender este estudio sólo es dado a los que son parte del cuerpo Espíritu de Dios y tienen el pensamiento o mente de Cristo, para acomodar lo espiritual a lo espiritual, como revela el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los corintios 2:16 que citamos anteriormente.

            Leamos de nuevo el verso 16 de la biografía de Jesús escrita por Mateo 1:16 Y Jacob (el hijo de Matán y el número 11 en el grupo tercero luego de la deportación a Babilonia y 39 con respecto a Abraham) engendró a José (generación 12 luego de la deportación a Babilonia y 40 con respecto a Abraham y que se creía que era el padre de Jesús) el marido de María, de la que fue engendrado Jesús (generación 13 luego de la deportación a Babilonia y 41 con respecto a Abraham) el que es llamado el Cristo.

            Fíjense bien amados, que dice, que de María nació Jesús, no el Cristo. Nació Jesús que fue el tabernáculo de Dios en este orden visible y relativo, la participación de carne y sangre como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 2:14, el cumplimiento del misterio indiscutible que revela también el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a Timoteo 3:16, no el Cristo que es la Unción o Espíritu, que en la misma Carta a los Hebreos 7:1-3 revela que es sin padre, sin madre, sin genealogía (o que no desciende de alguien descendiente de Adán) que ni tiene principio de días, ni fin de vida.

           Por eso es que revela en ese capítulo 7 en los versos 6 y 7 más adelante: [6] Mas el no contado en la genealogía procedente de ellos (los hijos de Israel) ha tomado diezmo de Abraham, (o pago del rescate de justicia figurado en la liberación del justo Lot y fue lo que pagó Cristo por nosotros) y al que tenía las promesas ha bendecido. [7] Y fuera de toda controversia, el menor (el cuerpo o Iglesia figurado en Abraham) por el mejor es bendecido, siendo el mejor la Cabeza del cuerpo o Cristo, el Padre Eterno.

            Sin embargo, el verso 17 nos dice: ...y desde la deportación de Babilonia hasta el Cristo 14 generaciones. Fijaos bien amados, que no dice hasta Jesús, sino hasta el Cristo. Es importante que entiendas que Jesús no nació Cristo en la carne cuando nació de María. Cristo se manifestó en carne y sangre en Jesús. Es por eso que nos revela el apóstol Pablo en Gálatas 4:4 Pero cuando vino la plenitud del tiempo, despachó Dios al Hijo de él, nacido de mujer, nacido bajo ley.

            Volvamos de nuevo a lo revelado por el apóstol Pablo en Hebreos 7:3 dónde está hablando del sacerdocio de Melquisedec para revelarnos a Cristo, quién es la realidad que fue figurada por Melquisedec. Vuelvo a leer el verso 3 que dice: Sin padre, sin madre, sin genealogía, ni principio de días, ni de vida fin teniendo, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad. Lo que el apóstol Pablo nos está revelando, es que Cristo es sin padre, sin madre, en otras palabras, sin genealogía antes de él para ser engendrado, porque Cristo es el Espíritu Eterno. Cristo no es carne y sangre, pues de eso se circuncidó en Jesús al realizar su obra de reconciliación.

             Que Cristo es sin principio y sin fin de vida, porque Cristo es el Espíritu Eterno, es lo que está  revelando el apóstol Pablo precisamente en la Carta a los Hebreos 9:14 cuando dice: [14] ¡Cuánto más la sangre del Cristo (derramada en Jesús, su cordero que quitó el pecado de delante de Dios para siempre), quien mediante Espíritu Eterno, el Dios sin tacha, a sí mismo ofreció, purificará la conciencia de nosotros de obras muertas para rendir cultos a Dios viviente!

             Jesús a la edad de 30 años declaró que había sido ungido, que en él se manifestaba o hacía habitación el Padre Eterno, por lo que el cumplimiento de la profecía era una realidad delante de los ojos de todos ellos, porque él era el Mesías o Cristo Príncipe delante de Israel, lo cual os invito a leer en la porción de la biografía de Jesús escrita por Lucas 4:12-21.

             Es menester que recuerden amados, que conforme a la información del evangelio de la circuncisión predicado por los testigos o apóstoles de la circuncisión que estuvieron con Jesús en los días de su carne durante todo su ministerio, luego de la muerte de la cruz y cumplirse la resurrección de entre los muertos, ese es el testimonio directamente dado por el apóstol de la circuncisión Pedro el día de Pentecostés y el testimonio que dio en la casa de Cornelio: Jesús, fue hecho Señor y Cristo luego de cumplidas todas las cosas, Hechos 2:22-36 y 10:38-48.

            Sin embargo, en esta hora en que estoy sonando la trompeta de la revelación en sobre-edificación, es mi responsabilidad, declararles, que la generación o posteridad número 42 de Abraham anunciada en la biografía de Jesús según Mateo 1:17, es la generación de Cristo. Todos los que vivimos en el conocimiento de todas las cosas cumplidas o consumadas, SOMOS ESA GENERACIÓN incluida en la información dada por Mateo y revelada por el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 12:12 cuando revela: [12] Porque así como el cuerpo es uno, y muchos miembros tiene, pero todos los miembros del cuerpo, mucho siendo, un cuerpo son, así también el Cristo. Y de nuevo en el verso 27 Y vosotros sois cuerpo de Cristo y miembros procedentes de una parte.

            Esa generación 42 de Abraham, es la asamblea y la Iglesia de primogénitos inscritos en el censo en los cielos, que revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 12:23. La generación número 42 no ha pasado ni nunca dejará de ser, porque no de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de hombre, sino de Dios nacieron, como declara la biografía de Jesús escrita por Lázaro, llamada erróneamente Juan 1:13.

             Esto que os acabo de citar de Lázaro es así amados, porque lo nacido o engendrado por Dios es Espíritu, es una simiente eterna, eso es la Iglesia o cuerpo de Cristo. La generación 42 de Abraham no es solamente la simiente en que serían bendecidas todas las familias de la tierra, simiente o cabeza del cuerpo que es Dios mismo, el Padre Eterno: Jesús Cristo. La generación número 42 de Abraham somos los hijos de Dios, somos el cuerpo Espíritu de Jesús Cristo, el Padre Eterno, nosotros somos parte de la nación que nació de una vez, como declara el profeta Isaías 66:7-9. Es en Cristo que estamos bendecidos, no en nosotros como participantes de carne y sangre. De carne y sangre fuimos circuncidados delante de Dios mediante la circuncisión del cuerpo de Cristo.

La generación 42 es la generación de los que somos mas que vencedores en Cristo Jesús, según revelado por el apóstol Pablo en la Carta a los Romanos 8:37 que dice: [37] pero en estas cosas todas somos más que vencedores mediante el que nos amó. ¿Lo captaron amados? El que nos amó es Dios mismo amados. Es en él que somos más que vencedores. La generación 42 es la generación de los vencedores que profetizó el Rollo Profético llamado Apocalipsis 21:7 que dice: El vencedor heredará estas cosas, y seré para él Dios, y él (el vencedor) será para mí hijo, porque somos los vencedores por medio de Cristo.

La generación 42 es la misma asamblea de la que profetizó Isaías 6:18 que dice: He aquí, yo (Jesús Cristo la cabeza) y los hijos (la Iglesia o miembros de su cuerpo espiritual) que me dio el Señor somos (un sólo cuerpo) por señales y presagio en Israel...  Es la misma asamblea que revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 2:13 que anuncia: Heme aquí (la cabeza o Jesús) y a los niñitos (los primeros miembros visibles del cuerpo o Iglesia) que me dio Dios. Esta última y única generación, tuvo su manifestación inicial en esperanza o posición en Cristo en todos los hermanos de las primicias que formaron los dos pueblos unidos, judíos y gentiles y ahora manifiesta a través de todos nosotros los que vivimos después de cumplidas todas las cosas por nuestro Padre.

LOS HIJOS SOMOS CONFORME A SU IMAGEN

Amados, nosotros, somos los hijos de Dios, que revela el apóstol Pablo en la Carta a los Romanos 8:28-29 cuando revela: Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas obra juntamente Dios para bien, a los que conforme a propósito son llamados. [29] Pues a los que de antemano conoció también predestino de la misma forma (la palabra griega summórphous) a la imagen del Hijo de él, para que sea él, primogénito entre muchos hermanos.

La palabra traducida al español como conforme en la versión Reina-Valera, se escribe en griego summórphous. Esta palabra significa en griego exactamente: de la misma forma. Nos habla de algo que es exactamente igual a otra; algo que es una copia exacta de otra. Se nos dice para que Jesús sea el primogénito o cabeza del cuerpo que formamos los muchos hermanos, porque somos el cuerpo del nuevo hombre creado según Dios, que de igual manera, revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 4:24. 

LA GENERACIÓN DE JESÚS CRISTO ES UNA COMPAÑÍA O CUERPO ELEGIDO

Sí amados, el cuerpo de Jesús Cristo que es la Iglesia es un cuerpo de elegidos, un cuerpo cuyos miembros han sido llamados de entre las generaciones y siglos, de entre todas las familias o sectas religiosas de la tierra. Esta es la verdadera descendencia de Abraham. Los que  éramos llamados coherederos al final del pasado siglo malo o período de transición entre los dos pactos.

 Recuerden amados, Cristo la simiente de Abraham, es la cabeza, la heredera como primogénito, y el resto de los hermanos o cuerpo de Cristo éramos llamados coherederos del Padre. Ahora, somos los herederos de Dios, los herederos del Padre Eterno, por eso finalmente nos revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 12:23 que somos la Asamblea o Iglesia de primogénitos inscritos en el censo en cielos. Sí amados, nosotros somos el cuerpo de Cristo que estamos reinando con Cristo la cabeza, en el Trono de David, una forma alegórica de decir el trono de Dios, cosa que es en el Espíritu, aun cuando estemos viviendo en un cuerpo de barro temporero, para que la gloria sea de Dios, sólo puede ocurrir por el conocimiento de la verdad, por el conocimiento de los misterios revelados.

Como pueden observar hasta aquí mis amados, ningún error hay en la porción del primer capítulo del libro escrito por Mateo, porque hasta Jesús manifestado en carne y sangre hubo 41 generaciones, la última de lo primero, lo natural, pero somos la generación final y única, lo último que es lo espiritual, somos la simiente de Dios en lo espiritual, que es la de Cristo.

Prosigamos nuestro estudio, leyendo ahora esa profecía que nos declaró esta preciosa y gloriosa verdad, que profetizó que nosotros somos la compañía del Hijo que Dios en su soberano propósito ordenó, conforme a la imagen de su Hijo, en el orden de lo que se ve, y que se encuentra profetizada en el libro del profeta Isaías en el capítulo 53. Empecemos leyendo los versos 8 al 10 que dicen:

Por cárcel y por juicio (ocurrido en Jesús) fue quitado; (muerto en la cruz) y su generación (los hijos o generación natural de Jesús que sería la número 42) ¿Quién la contará? Porque (Jesús) fue cortado de la tierra de los vivientes (Israel la nación de las promesas de los padres), y por la rebelión de mi pueblo (los vasos de ira del Israel natural ordenados para destrucción) fue herido (porque murió y resucitó.) [9] Y se dispuso con los impíos su sepultura (fue juzgado como un vil y común delincuente, crucificado entre dos malhechores), mas con los ricos fue en su muerte (enterrado su cuerpo del sacrificio en el sepulcro nuevo de un hombre acaudalado, cumplido en José de Arimatea); aunque nunca hizo maldad, (no participó de la naturaleza de Adán aunque se manifestó en esa semejanza de carne de pecado) ni hubo engaño en su boca. Recordad que Cristo en los días de su carne de manera categórica y absoluta para este orden dijo: Yo soy la Verdad.

Jesús preguntó en medio de Israel, ¿Quién de vosotros me reprocha acerca de pecado? Biografía de Jesús escrita por Lázaro erróneamente llamada Juan 8:46)

Continúa la profecía por medio del profeta Isaías declarando: [10] Con todo eso, (aunque era perfecto en todo y la ley no podía acusarlo en la carne como transgresor) el Señor quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. (Aun cuando parecía imposible que la simiente de Abraham fuera multiplicada, si era quebrantada, para llenar la tierra por ser matada sin dejar hijos en carne y sangre.) Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, (cuando cumpliera como cordero con el único sacrificio para quitar el pecado) VERÁ LINAJE, (verá su descendencia o simiente que es ESPIRITUAL) VIVIRÁ POR LARGOS DÍAS (vivirá por toda la eternidad aun en lo relativo, porque estará presente en sus hijos peregrinando, pues en el orden espiritual absoluto no hay problema: RECUERDA: DIOS ES ESPÍRITU), y la voluntad del Señor será en su mano prosperada.

            Esta profecía de Isaías, anunció al igual que dada a través del profeta Daniel 9:26, que el Mesías Príncipe, que es lo mismo que Cristo en los días de su carne o el hombre conocido como Jesús, sería herido, muerto y quitado de la tierra de los vivientes sin que dejara descendencia, sin que tuviera hijos naturales que llevasen su nombre, que prolongaran su casa y sus días aquí en la tierra, etc.

             De igual manera, el profeta en el libro de Daniel 9:27, profetizó el Mesías Príncipe por su muerte, le pondría fin al pecado y haría cesar los sacrificios y ofrendas por la iniquidad con una sola ofrenda a la mitad de la última semana, del tiempo profetizado para cumplir todo lo dicho del Mesías o Cristo en su fase redentora por medio del profeta Daniel; porque la fase reinante, es la que ahora en el conocimiento de todas esas cosas, vivimos los hijos de Dios, por el conocimiento de la revelación de todos los misterios. Así fue amados, la última semana profetizada por el profeta Daniel para el pueblo de Israel, era la semana del Mesías como príncipe o reconciliador, a la mitad de la cual, a los tres años y medios de su ministerio en la tierra, le puso fin al pecado por medio del sacrificio de sí mismo.

De acuerdo a la ley o antiguo pacto añadido en Moisés que era sombra de los bienes que hemos heredados, todos los que hemos sido alumbrados en los ojos, que es lo mismo que decir: que hemos sido activados en el conocimiento de todas las cosas espirituales, en los días de la ley o antiguo pacto, era una gran calamidad, una desgracia total, era ser maldito, que un hombre muriera y no dejara descendencia sobre la tierra. Eso pasó con Jesús o Cristo en los días de su carne, fue quitado y no dejó descendencia, fue declarado maldito. ¿Saben por qué mis amados?

Veamos la enseñanza en uno de los libros de la ley. Moisés les enseñó y les ordenó a los israelitas lo siguiente en el libro de Deuteronomio 25:5 Cuando hermanos habitaren juntos, y muriese alguno de ellos y no tuviese hijos, (o no dejó posteridad)  la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado (el hermano del que murió) se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco (formará familia.) Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel (para perpetuar el nombre, que ahora llamamos el apellido en medio de Israel, figura de la vida eterna aquí en la tierra de los vivientes.)

Veamos un par de ejemplos. Pero antes, os quiero recordar, lo revelado por el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 15:50, que dice lo siguiente: carne y sangre no heredaron en el reino de Dios, porque el apóstol al revelar esta hermosa verdad nos está diciendo que la carne nada tiene que ver con el Espíritu, la carne de nada aprovecha como dijo Jesús.

Veamos el primer ejemplo, el cual lo vemos ocurrido aun antes de ser la ley añadida, en la casa de Judá, uno de los hijos de Jacob. Judá, fue precisamente la casa tomada por el Señor para traer su manifestación en carne y sangre en medio de Israel, que luego también es llamada la casa de David, quien era un descendiente de esa casa. Leamos en el libro de Génesis 38:1-30, donde se nos relata como nació Fares, por donde descendió la línea genealógica de Jesús en la casa de Judá. El nombre Fares significa: Brecha. Por esa parte del cuerpo se abrió la brecha para manifestarse el Cristo y romper el velo que nos separaba.

Los fariseos que eran conocedores de esos aspectos de la ley, usaron esa misma línea de pensamiento para ponerle tropiezo a Jesús, según registra su biografía según Mateo 22:23-33. Los saduceos, le presentaron a Jesús, el caso de una mujer que enviuda. Bajo esa regla para preservar el nombre de su casa en el esposo que falleció, ella toma parentesco por el matrimonio con uno de sus hermanos, quienes en total incluyendo al esposo original  eran siete hermano. Conforme a la historia, la mujer se caso con el segundo de los hermanos y volvió a enviudar sin tener hijo, por lo que tuvo que hacerlo de nuevo con el tercer hermano. La mujer se llegó a casar con los siete  y finalmente quedó viuda de los siete sin que llegara a tener hijo con ninguno. Entonces, los saduceos le preguntan a Jesús: ¿en la resurrección de cuál de los siete hermanos sería la mujer esposa? Jesús, les contestó, en primer lugar que estaban errando e ignorando las Escrituras y el poder de Dios, porque no sabían lo que eso significaba, lo cual estaba atado a la resurrección del último día del siglo malo, el fin de la ley que ya ocurrió en el año 70.

Esa es precisamente nuestra historia mis amados. El primer marido murió y no dejó descendencia y fue menester casar a la mujer con otro diferente que produjo la descendencia espiritual. Muchos piensan que Jesús, lo terrenal o natural, el cordero del sacrifico, es lo mismo que Jesús Cristo, lo espiritual, el dador de la vida. Esa es la revelación que nos da el apóstol Pablo, en la alegoría que nos revela en la Carta a los Romanos 7:1-4. Os invito a leer especialmente el verso 4, donde el apóstol Pablo nos revela: Así que,  hermanos de mí, también vosotros fuisteis muertos a la ley mediante el cuerpo de Cristo, (mediante el hombre Jesús nacido de mujer y bajo la ley, el cordero que Dios se proveyó para nuestra reconciliación como lo vio Abraham) para que llegaseis a ser de otro, (recordad la palabra griega que os dije anteriormente, etero, que significa otro diferente) del que procedente de los muertos fue levantado, (Cristo el Espíritu Eterno) para que llevemos fruto para Dios. Os pregunto amados: ¿Qué es llevar fruto? ¿Para qué un árbol produce fruto? Pues para multiplicarse y producir hijos o simiente, y nosotros somos los que llevamos fruto para Dios. Pero esto es un conocimiento en el Espíritu, no es físicamente como ha supuesto todo el sistema religioso, que al igual que aquellos saduceos lo veían todo en la carne y lo natural.

El Salmos 109:13 profetizó del apóstol de la circuncisión Judas, que sus hijos morirían sin dejar posteridad o descendencia, con el fin de que su nombre (apellido) fuera borrado en la siguiente generación. No iban a participar o tener posteridad de familia. Por eso, es que la información profética recibida por Isaías, de que el Mesías Príncipe iba a ser cortado sin dejar posteridad, parece que lo sorprendió, lo dejó preocupado y medio confundido.

Isaías no podía entender, como el varón escogido por Dios, el Mesías o Ungido de Dios como pariente redentor, nos iba a redimir si iba a ser cortado del todo de la tierra sin dejar descendencia. Esa es la pregunta del verso 8 cuando dice: ¿su generación (sus hijos) quién la contará? En otras palabras ¿quién prolongará su nombre sobre la tierra? La respuesta, le es dada inmediatamente al profeta Isaías, por la declaración del verso 10, que el Espíritu de Cristo que estaba en el profeta nos da.

Por eso es que como muy bien enseña el apóstol de la circuncisión Pedro declara en su carta 1ra. Carta de Pedro 1:10-12, que el Espíritu de Cristo estaba en los profetas declarándoles todas las cosas relacionadas con el Cristo. La respuesta a la pregunta del profeta declara: Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje. El cuando era la condición. Hasta que no ocurriera lo que ese cuando indica, el Mesías no podía contar su generación o simiente, no podía contar sus hijos.

Y otra vez en el verso 11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, (es decir, el fruto tenía la condición de que su alma sería quitada o separada para siempre de la tierra sin dejar posteridad en lo natural, lo cual fue cumplido por la muerte de su manifestación carne y sangre Jesús) y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a MUCHOS. En otras palabras, su nombre será prolongado para siempre porque, sí vería descendencia. Su nombre sería prolongado por medio de todos los hijos que venimos a participar de carne y sangre aquí al planeta tierra, pero no heredamos nada en lo natural, sino que somos los dueños de todas las cosas en lo espiritual. Gloria sea para siempre a  ABBA, el Padre Eterno, el Señor y Dios nuestro, Jesús Cristo.

Nuestro amado apóstol Pablo nos revela precisamente en la Carta a los Romanos 9:6-18 que no todos los que descendían de Israel en sentido natural, eran Israelitas espirituales. Que no era por ser descendientes naturales de Abraham que se es hijo de Dios, porque en Isaac solamente le sería llamada descendencia a Abraham. Los descendientes naturales de Abraham figurados en Ismael, la figura de Jesús que sería cortado de la casa del Abraham figura del Padre, no era la representación de los hijos de Dios. Los hijos de Dios o de la promesa, fuimos figurados en Isaac. Isaac fue solamente una figura de Jesús Cristo, la Simiente de Abraham. Por eso los hijos de Dios, somos los hijos de la fe figurada en Abraham por medio de la gracia de Dios, esos son los contados como descendientes de Dios, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Gálatas 3:7-9.

Eso es lo mismo que nos declara Lázaro el discípulo amado por Jesús, en la biografía que escribió que todos llaman erróneamente Juan 1:12-13 cuando dice: Cuanto empero le recibieron les dio potestad de ser hijos de Dios, a los creyentes en el nombre suyo, [13] quienes no de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de hombre, sino de Dios nacieron.

Ven mis amados, no los que le aceptan como salvador y sanador personal como enseña por doquier el sistema religioso, sino a los que creen en su nombre, los que prolongan su nombre en la tierra como hijos, somos los contados como sus hijos, donde carne o alma viviente y sangre o cuerpo biológico, no heredaron el reino de Dios, carne y sangre no es descendencia de Dios, porque carne y sangre fue lo que Dios mató en la cruz cuando participó de esas naturalezas, para reducir a impotencia al alma o primer Adán, el diablo, que nos mató o separó de Dios, el homicida del principio, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 2:14.

Y que el diablo fue señalado el que mató a los hijos de Dios, a quien el homicida del principio y como su padre, a los religiosos fariseos de Israel, lo podemos leer de los labios de Jesús, según informa su biografía escrita por Lázaro mal llamada Juan 8:43-44. El apóstol Pablo por medio de la revelación de misterios que es el evangelio de la gracia, te recuerda, primero en la Carta a los Romanos 5:12 que el pecado (la naturaleza alma viviente) entró en el mundo por un hombre, (Adán o padre diablo) y por el pecado (el alma o esa naturaleza) la muerte, (o separación para con Dios en el Espíritu) así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. La separación para con Dios en el Espíritu pasó a todos los miembros del cuerpo de Cristo, que fueron entrados Eva, la mujer, figura de la Iglesia, la madre de todos los vivientes. A la mujer le dieron por cabeza o autoridad al hombre Adán, la cabeza de la creación natural, y por eso, esa naturaleza se enseñoreaba de nosotros. Segundo, en la 1ra. Carta a los Corintios 15:22, el apóstol Pablo, nos revela, recuerda y yo te cito: Porque así como en Adán todos mueren, TAMBIÉN en Cristo todos serán vivificados. Amados, es de la misma manera y todo esto es historia, ya Cristo nos vivificó porque ya Cristo está en reposo. Sólo fue necesario una ofrenda del Sumo Sacerdote Jesús Cristo para reconciliarnos perfectamente a todos los hijos una vez y para siempre.

Esta es la razón por la que el Señor mismo en los días de su carne manifestó que los hijos de Dios no son según la carne, porque: lo que ha nacido de la carne, (el primer Adán) carne es y lo que ha nacido del Espíritu, (el último Adán o nueva creación en Cristo, el nuevo hombre creado según Dios) Espíritu es, biografía de Jesús según Lázaro 3:6.

Recuerden de nuevo las palabras de Jesús: El Espíritu es lo que vivifica, la carne no aprovecha nada; las palabras que yo os he hablado Espíritu son y vida son, biografía según Lázaro 6:63. Finalmente, leamos también, el verso 65 dónde Jesús dice: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí a no ser que le haya sido dado del Padre. Amados, la expresión subrayada: nadie puede venir a mí a no ser que le haya sido dado del Padre, simple y llanamente significa, que solamente aquellos son miembros del cuerpo de Dios, son los que responden al mensaje, los demás son los animales naturales de la creación, las fieras que no pueden entrar dentro de los muros de la Jerusalén espiritual y que no harían daño dentro el monte de Dios: Sion o la Iglesia en el orden espiritual.

            Entonces amados, el Espíritu es todo lo contrario a la carne, porque esa generación ausente aparentemente de la biografía de Jesús según Mateo 1:17 por la que estamos haciendo este estudio, es la generación de los hijos de Dios, formados a su imagen y que hemos sido llamados para llevar su nombre por toda la tierra. Estos hijos son los que son contados como descendencia, como su generación, y esa es la generación que contesta la pregunta hecha por el profeta en el libro de Isaías 53:8. Gracia y paz es con vosotros la familia de Cristo.

            Como pueden observar de la tabla anterior, Jesús hace la generación número 13 del tercer grupo, después de la deportación a Babilonia. La suma cumulativa desde Abraham sería la número 41. Entonces, sólo cabe una pregunta ¿Dónde está la generación número 14 después de la deportación a Babilonia que sería la número 42 desde Abraham? que informa Mateo en el verso 17 de su escrito que acabamos de leer

LA GENERACIÓN AUSENTE

            Según la biografía de Jesús escrita por Mateo 1:17, David representa perfectamente la generación número 14, Jeconías la número 28 y Jesús la número 41. Les hago la misma pregunta anterior: ¿Dónde se encuentra la generación número 42? Porque aparenta que la lista de la genealogía cierra de manera incompleta. Es bueno que entiendan amados, que la genealogía de Jesús nacido de mujer y bajo la ley como lo revela el apóstol Pablo en la Carta a los Gálatas 4:4 cierra la descendencia en la carne en el antiguo pacto, para la manifestación del Mesías Príncipe anunciado por la ley y los profetas.

            Para muchas personas que leen en la letra a la ligera y sólo pueden acomodar las cosas naturales a las naturales, piensan que hay un error. El entender este estudio sólo es dado a los que son parte del cuerpo Espíritu de Dios y tienen el pensamiento o mente de Cristo, para acomodar lo espiritual a lo espiritual, como revela el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los corintios 2:16 que citamos anteriormente.

            Leamos de nuevo el verso 16 de la biografía de Jesús escrita por Mateo 1:16 Y Jacob (el hijo de Matán y el número 11 en el grupo tercero luego de la deportación a Babilonia y 39 con respecto a Abraham) engendró a José (generación 12 luego de la deportación a Babilonia y 40 con respecto a Abraham y que se creía que era el padre de Jesús) el marido de María, de la que fue engendrado Jesús (generación 13 luego de la deportación a Babilonia y 41 con respecto a Abraham) el que es llamado el Cristo.

             Fíjense bien amados, que dice, que de María nació Jesús, no el Cristo. Nació Jesús que fue el tabernáculo de Dios en este orden visible y relativo, la participación de carne y sangre como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 2:14, el cumplimiento del misterio indiscutible que revela también el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a Timoteo 3:16, no el Cristo que es la Unción o Espíritu, que en la misma Carta a los Hebreos 7:1-3 revela que es sin padre, sin madre, sin genealogía (o que no desciende de alguien descendiente de Adán) que ni tiene principio de días, ni fin de vida.

             Por eso es que revela en ese capítulo 7 en los versos 6 y 7 más adelante: [6] Mas el no contado en la genealogía procedente de ellos (los hijos de Israel) ha tomado diezmo de Abraham, (o pago del rescate de justicia figurado en la liberación del justo Lot y fue lo que pagó Cristo por nosotros) y al que tenía las promesas ha bendecido. [7] Y fuera de toda controversia, el menor (el cuerpo o Iglesia figurado en Abraham) por el mejor es bendecido, siendo el mejor la Cabeza del cuerpo o Cristo, el Padre Eterno.

            Sin embargo, el verso 17 nos dice: ...y desde la deportación de Babilonia hasta el Cristo 14 generaciones. Fijaos bien amados, que no dice hasta Jesús, sino hasta el Cristo. Es importante que entiendas que Jesús no nació Cristo en la carne cuando nació de María. Cristo se manifestó en carne y sangre en Jesús. Es por eso que nos revela el apóstol Pablo en Gálatas 4:4 Pero cuando vino la plenitud del tiempo, despachó Dios al Hijo de él, nacido de mujer, nacido bajo ley.

            Volvamos de nuevo a lo revelado por el apóstol Pablo en Hebreos 7:3 dónde está hablando del sacerdocio de Melquisedec para revelarnos a Cristo, quién es la realidad que fue figurada por Melquisedec. Vuelvo a leer el verso 3 que dice: Sin padre, sin madre, sin genealogía, ni principio de días, ni de vida fin teniendo, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad. Lo que el apóstol Pablo nos está revelando, es que Cristo es sin padre, sin madre, en otras palabras, sin genealogía antes de él para ser engendrado, porque Cristo es el Espíritu Eterno. Cristo no es carne y sangre, pues de eso se circuncidó en Jesús al realizar su obra de reconciliación.

             Que Cristo es sin principio y sin fin de vida, porque Cristo es el Espíritu Eterno, es lo que está  revelando el apóstol Pablo precisamente en la Carta a los Hebreos 9:14 cuando dice: [14] ¡Cuánto más la sangre del Cristo (derramada en Jesús su cordero que quitó el pecado), quien mediante Espíritu Eterno, el Dios sin tacha, a sí mismo ofreció, purificará la conciencia de nosotros de obras muertas para rendir cultos a Dios viviente!

            Jesús, a la edad de 30 años declaró que había sido ungido, que en él se manifestaba o hacía habitación el Padre Eterno, por lo que el cumplimiento de la profecía era una realidad delante de los ojos de todos ellos, porque él era el Mesías o Cristo Príncipe delante de Israel, lo cual os invito a leer en la porción de la biografía de Jesús escrita por Lucas 4:12-21.

             Es menester que recuerden amados, que conforme a la información del evangelio de la circuncisión predicado por los once testigos o apóstoles que estuvieron con Jesús durante todo su ministerio, luego de la muerte de la cruz y cumplirse la resurrección de entre los muertos, ese es el testimonio directamente dado por el apóstol de la circuncisión Pedro el día de Pentecostés y el testimonio que dio en la casa de Cornelio: Jesús, fue hecho Señor y Cristo luego de cumplidas todas las cosas, Hechos 2:22-36 y 10:38-48.

            Sin embargo, en esta hora en que estoy sonando la trompeta de la revelación en sobre-edificación, es mi responsabilidad, declararles, que la generación o posteridad número 42 de Abraham anunciada en la biografía de Jesús según Mateo 1:17, es la generación de Cristo. Todos los que vivimos en el conocimiento de todas las cosas cumplidas o consumadas, SOMOS ESA GENERACIÓN incluida en la información dada por Mateo y revelada por el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 12:12 cuando revela: [12] Porque así como el cuerpo es uno, y muchos miembros tiene, pero todos los miembros del cuerpo, mucho siendo, un cuerpo son, así también el Cristo. Y de nuevo en el verso 27 Y vosotros sois cuerpo de Cristo y miembros procedentes de una parte.

            Esa generación 42 de Abraham, es la asamblea y la Iglesia de primogénitos inscritos en el censo en los cielos, que revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 12:23. La generación número 42 no ha pasado ni nunca dejará de ser, porque no de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de hombre, sino de Dios nacieron, como declara la biografía de Jesús escrita por Lázaro, llamada erróneamente Juan 1:13.

             Esto que os acabo de citar de Lázaro es así amados, porque lo nacido o engendrado por Dios es Espíritu, es una simiente eterna, eso es la Iglesia o cuerpo de Cristo. La generación 42 de Abraham no es solamente la simiente en que serían bendecidas todas las familias de la tierra, simiente o cabeza del cuerpo que es Dios mismo, el Padre Eterno: Jesús Cristo. La generación número 42 de Abraham somos los hijos de Dios, somos el cuerpo Espíritu de Jesús Cristo, el Padre Eterno, nosotros somos parte de la nación que nació de una vez, como declara el profeta Isaías 66:7-9. Es en Cristo que estamos bendecidos, no en nosotros como participantes de carne y sangre. De carne y sangre fuimos circuncidados delante de Dios mediante la circuncisión del cuerpo de Cristo.

             La generación 42 es la generación de los que somos mas que vencedores en Cristo Jesús, según revelado por el apóstol Pablo en la Carta a los Romanos 8:37 que dice: [37] pero en estas cosas todas somos más que vencedores mediante el que nos amó. ¿Lo captaron amados? El que nos amó es Dios mismo amados. Es en él que somos más que vencedores. La generación 42 es la generación de los vencedores que profetizó el Rollo Profético llamado Apocalipsis 21:7 que dice: El vencedor heredará estas cosas, y seré para él Dios, y él (el vencedor) será para mí hijo, porque somos los vencedores por medio de Cristo.

La generación 42 es la misma asamblea de la que profetizó Isaías 6:18 que dice: He aquí, yo (Jesús Cristo la cabeza) y los hijos (la Iglesia o miembros de su cuerpo espiritual) que me dio el Señor somos (un sólo cuerpo) por señales y presagio en Israel...  Es la misma asamblea que revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 2:13 que anuncia: Heme aquí (la cabeza o Jesús) y a los niñitos (los primeros miembros visibles del cuerpo o Iglesia) que me dio Dios. Esta última y única generación, tuvo su manifestación inicial en esperanza o posición en Cristo en todos los hermanos de las primicias que formaron los dos pueblos unidos, judíos y gentiles y ahora manifiesta a través de todos nosotros los que vivimos después de cumplidas todas las cosas por nuestro Padre.

LOS HIJOS SOMOS CONFORME A SU IMAGEN

Amados, nosotros, somos los hijos de Dios, que revela el apóstol Pablo en la Carta a los Romanos 8:28-29 cuando revela: Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas obra juntamente Dios para bien, a los que conforme a propósito son llamados. [29] Pues a los que de antemano conoció también predestino de la misma forma (la palabra griega summórphous) a la imagen del Hijo de él, para que sea él, primogénito entre muchos hermanos.

La palabra traducida al español como conforme en la versión Reina-Valera, se escribe en griego summórphous. Esta palabra significa en griego exactamente: de la misma forma. Nos habla de algo que es exactamente igual a otra; algo que es una copia exacta de otra. Se nos dice para que Jesús sea el primogénito o cabeza del cuerpo que formamos los muchos hermanos, porque somos el cuerpo del nuevo hombre creado según Dios, que de igual manera, revela el apóstol Pablo en la Carta a los Efesios 4:24.

LA GENERACIÓN DE JESÚS CRISTO ES UNA COMPAÑÍA O CUERPO ELEGIDO

Sí amados, el cuerpo de Jesús Cristo que es la Iglesia es un cuerpo de elegidos, un cuerpo cuyos miembros han sido llamados de entre las generaciones y siglos, de entre todas las familias o sectas religiosas de la tierra. Esta es la verdadera descendencia de Abraham. Los que  éramos llamados coherederos al final del pasado siglo malo o período de transición entre los dos pactos.

 Recuerden amados, Cristo la simiente de Abraham, es la cabeza, la heredera como primogénito, y el resto de los hermanos o cuerpo de Cristo éramos llamados coherederos del Padre. Ahora, somos los herederos de Dios, los herederos del Padre Eterno, por eso finalmente nos revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 12:23 que somos la Asamblea o Iglesia de primogénitos inscritos en el censo en cielos. Sí amados, nosotros somos el cuerpo de Cristo que estamos reinando con Cristo la cabeza, en el Trono de David, una forma alegórica de decir el trono de Dios, cosa que es en el Espíritu, aun cuando estemos viviendo en un cuerpo de barro temporero, para que la gloria sea de Dios, sólo puede ocurrir por el conocimiento de la verdad, por el conocimiento de los misterios revelados.

Como pueden observar hasta aquí mis amados, ningún error hay en la porción del primer capítulo del libro escrito por Mateo, porque hasta Jesús manifestado en carne y sangre hubo 41 generaciones, la última de lo primero, lo natural, pero somos la generación final y única, lo último que es lo espiritual, somos la simiente de Dios en lo espiritual, que es la de Cristo.

Prosigamos nuestro estudio, leyendo ahora esa profecía que nos declaró esta preciosa y gloriosa verdad, que profetizó que nosotros somos la compañía del Hijo que Dios en su soberano propósito ordenó, conforme a la imagen de su Hijo, en el orden de lo que se ve, y que se encuentra profetizada en el libro del profeta Isaías en el capítulo 53. Empecemos leyendo los versos 8 al 10 que dicen:

Por cárcel y por juicio (ocurrido en Jesús) fue quitado; (muerto en la cruz) y su generación (los hijos o generación natural de Jesús que sería la número 42) ¿Quién la contará? Porque (Jesús) fue cortado de la tierra de los vivientes (Israel la nación de las promesas de los padres), y por la rebelión de mi pueblo (los vasos de ira del Israel natural ordenados para destrucción) fue herido (porque murió y resucitó.) [9] Y se dispuso con los impíos su sepultura (fue juzgado como un vil y común delincuente, crucificado entre dos malhechores), mas con los ricos fue en su muerte (enterrado su cuerpo del sacrificio en el sepulcro nuevo de un hombre acaudalado, cumplido en José de Arimatea); aunque nunca hizo maldad, (no participó de la naturaleza de Adán aunque se manifestó en esa semejanza de carne de pecado) ni hubo engaño en su boca. Recordad que Cristo en los días de su carne de manera categórica y absoluta para este orden dijo: Yo soy la Verdad.

Jesús preguntó en medio de Israel, ¿Quién de vosotros me reprocha acerca de pecado? Biografía de Jesús escrita por Lázaro erróneamente llamada Juan 8:46)

Continúa la profecía por medio del profeta Isaías declarando: [10] Con todo eso, (aunque era perfecto en todo y la ley no podía acusarlo en la carne como transgresor) el Señor quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. (Aun cuando parecía imposible que la simiente de Abraham fuera multiplicada, si era quebrantada, para llenar la tierra por ser matada sin dejar hijos en carne y sangre.) Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, (cuando cumpliera como cordero con el único sacrificio para quitar el pecado) VERÁ LINAJE, (verá su descendencia o simiente que es ESPIRITUAL) VIVIRÁ POR LARGOS DÍAS (vivirá por toda la eternidad aun en lo relativo, porque estará presente en sus hijos peregrinando, pues en el orden espiritual absoluto no hay problema: RECUERDA: DIOS ES ESPÍRITU), y la voluntad del Señor será en su mano prosperada.

            Esta profecía de Isaías, anunció al igual que dada a través del profeta Daniel 9:26, que el Mesías Príncipe, que es lo mismo que Cristo en los días de su carne o el hombre conocido como Jesús, sería herido, muerto y quitado de la tierra de los vivientes sin que dejara descendencia, sin que tuviera hijos naturales que llevasen su nombre, que prolongaran su casa y sus días aquí en la tierra, etc.

             De igual manera, el profeta en el libro de Daniel 9:27, profetizó el Mesías Príncipe por su muerte, le pondría fin al pecado y haría cesar los sacrificios y ofrendas por la iniquidad con una sola ofrenda a la mitad de la última semana, del tiempo profetizado para cumplir todo lo dicho del Mesías o Cristo en su fase redentora por medio del profeta Daniel; porque la fase reinante, es la que ahora en el conocimiento de todas esas cosas, vivimos los hijos de Dios, por el conocimiento de la revelación de todos los misterios. Así fue amados, la última semana profetizada por el profeta Daniel para el pueblo de Israel, era la semana del Mesías como príncipe o reconciliador, a la mitad de la cual, a los tres años y medios de su ministerio en la tierra, le puso fin al pecado por medio del sacrificio de sí mismo.

De acuerdo a la ley o antiguo pacto añadido en Moisés que era sombra de los bienes que hemos heredados, todos los que hemos sido alumbrados en los ojos, que es lo mismo que decir: que hemos sido activados en el conocimiento de todas las cosas espirituales, en los días de la ley o antiguo pacto, era una gran calamidad, una desgracia total, era ser maldito, que un hombre muriera y no dejara descendencia sobre la tierra. Eso pasó con Jesús o Cristo en los días de su carne, fue quitado y no dejó descendencia, fue declarado maldito. ¿Saben por qué mis amados?

Veamos la enseñanza en uno de los libros de la ley. Moisés les enseñó y les ordenó a los israelitas lo siguiente en el libro de Deuteronomio 25:5 Cuando hermanos habitaren juntos, y muriese alguno de ellos y no tuviese hijos, (o no dejó posteridad)  la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado (el hermano del que murió) se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco (formará familia.) Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel (para perpetuar el nombre, que ahora llamamos el apellido en medio de Israel, figura de la vida eterna aquí en la tierra de los vivientes.)

Veamos un par de ejemplos. Pero antes, os quiero recordar, lo revelado por el apóstol Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 15:50, que dice lo siguiente: carne y sangre no heredaron en el reino de Dios, porque el apóstol al revelar esta hermosa verdad nos está diciendo que la carne nada tiene que ver con el Espíritu, la carne de nada aprovecha como dijo Jesús.

Veamos el primer ejemplo, el cual lo vemos ocurrido aun antes de ser la ley añadida, en la casa de Judá, uno de los hijos de Jacob. Judá, fue precisamente la casa tomada por el Señor para traer su manifestación en carne y sangre en medio de Israel, que luego también es llamada la casa de David, quien era un descendiente de esa casa. Leamos en el libro de Génesis 38:1-30, donde se nos relata como nació Fares, por donde descendió la línea genealógica de Jesús en la casa de Judá. El nombre Fares significa: Brecha. Por esa parte del cuerpo se abrió la brecha para manifestarse el Cristo y romper el velo que nos separaba.

Los fariseos que eran conocedores de esos aspectos de la ley, usaron esa misma línea de pensamiento para ponerle tropiezo a Jesús, según registra su biografía según Mateo 22:23-33. Los saduceos, le presentaron a Jesús, el caso de una mujer que enviuda. Bajo esa regla para preservar el nombre de su casa en el esposo que falleció, ella toma parentesco por el matrimonio con uno de sus hermanos, quienes en total incluyendo al esposo original  eran siete hermano. Conforme a la historia, la mujer se caso con el segundo de los hermanos y volvió a enviudar sin tener hijo, por lo que tuvo que hacerlo de nuevo con el tercer hermano. La mujer se llegó a casar con los siete  y finalmente quedó viuda de los siete sin que llegara a tener hijo con ninguno. Entonces, los saduceos le preguntan a Jesús: ¿en la resurrección de cuál de los siete hermanos sería la mujer esposa? Jesús, les contestó, en primer lugar que estaban errando e ignorando las Escrituras y el poder de Dios, porque no sabían lo que eso significaba, lo cual estaba atado a la resurrección del último día del siglo malo, el fin de la ley que ya ocurrió en el año 70.

Esa es precisamente nuestra historia mis amados. El primer marido murió y no dejó descendencia y fue menester casar a la mujer con otro diferente que produjo la descendencia espiritual. Muchos piensan que Jesús, lo terrenal o natural, el cordero del sacrifico, es lo mismo que Jesús Cristo, lo espiritual, el dador de la vida. Esa es la revelación que nos da el apóstol Pablo, en la alegoría que nos revela en la Carta a los Romanos 7:1-4. Os invito a leer especialmente el verso 4, donde el apóstol Pablo nos revela: Así que,  hermanos de mí, también vosotros fuisteis muertos a la ley mediante el cuerpo de Cristo, (mediante el hombre Jesús nacido de mujer y bajo la ley, el cordero que Dios se proveyó para nuestra reconciliación como lo vio Abraham) para que llegaseis a ser de otro, (recordad la palabra griega que os dije anteriormente, etero, que significa otro diferente) del que procedente de los muertos fue levantado, (Cristo el Espíritu Eterno) para que llevemos fruto para Dios. Os pregunto amados: ¿Qué es llevar fruto? ¿Para qué un árbol produce fruto? Pues para multiplicarse y producir hijos o simiente, y nosotros somos los que llevamos fruto para Dios. Pero esto es un conocimiento en el Espíritu, no es físicamente como ha supuesto todo el sistema religioso, que al igual que aquellos saduceos lo veían todo en la carne y lo natural.

El Salmos 109:13 profetizó del apóstol de la circuncisión Judas, que sus hijos morirían sin dejar posteridad o descendencia, con el fin de que su nombre (apellido) fuera borrado en la siguiente generación. No iban a participar o tener posteridad de familia. Por eso, es que la información profética recibida por Isaías, de que el Mesías Príncipe iba a ser cortado sin dejar posteridad, parece que lo sorprendió, lo dejó preocupado y medio confundido.

Isaías no podía entender, como el varón escogido por Dios, el Mesías o Ungido de Dios como pariente redentor, nos iba a redimir si iba a ser cortado del todo de la tierra sin dejar descendencia. Esa es la pregunta del verso 8 cuando dice: ¿su generación (sus hijos) quién la contará? En otras palabras ¿quién prolongará su nombre sobre la tierra? La respuesta, le es dada inmediatamente al profeta Isaías, por la declaración del verso 10, que el Espíritu de Cristo que estaba en el profeta nos da.

Por eso es que como muy bien enseña el apóstol de la circuncisión Pedro declara en su carta 1ra. Carta de Pedro 1:10-12, que el Espíritu de Cristo estaba en los profetas declarándoles todas las cosas relacionadas con el Cristo. La respuesta a la pregunta del profeta declara: Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje. El cuando era la condición. Hasta que no ocurriera lo que ese cuando indica, el Mesías no podía contar su generación o simiente, no podía contar sus hijos.

Y otra vez en el verso 11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, (es decir, el fruto tenía la condición de que su alma sería quitada o separada para siempre de la tierra sin dejar posteridad en lo natural, lo cual fue cumplido por la muerte de su manifestación carne y sangre conocida como Jesús) y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a MUCHOS. En otras palabras, su nombre será prolongado para siempre porque, sí vería descendencia. Su nombre sería prolongado por medio de todos los hijos que venimos a participar de carne y sangre aquí al planeta tierra, pero no heredamos nada en lo natural, sino que somos los dueños de todas las cosas en lo espiritual. Gloria sea para siempre a  ABBA, el Padre Eterno, el Señor y Dios nuestro, Jesús Cristo.

Nuestro amado apóstol Pablo nos revela precisamente en la Carta a los Romanos 9:6-18 que no todos los que descendían de Israel en sentido natural, eran Israelitas espirituales. Que no era por ser descendientes naturales de Abraham que se es hijo de Dios, porque en Isaac solamente le sería llamada descendencia a Abraham. Los descendientes naturales de Abraham figurados en Ismael, como figura de Jesús, que sería cortado de la casa del Abraham, que a su vez era figura del Padre, no era la representación de los hijos de Dios. Los hijos de Dios o de la promesa, fuimos figurados en Isaac. Isaac fue solamente una figura de Jesús Cristo, la Simiente de Abraham. Por eso los hijos de Dios, somos los hijos de la fe figurada en Abraham por medio de la gracia de Dios, esos son los contados como descendientes de Dios, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Gálatas 3:7-9.

Eso es lo mismo que nos declara Lázaro el discípulo amado por Jesús, en la biografía que escribió que todos llaman erróneamente Juan 1:12-13 cuando dice: Cuanto empero le recibieron les dio potestad de ser hijos de Dios, a los creyentes en el nombre suyo, [13] quienes no de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de hombre, sino de Dios nacieron.

Ven mis amados, no los que le aceptan como salvador y sanador personal como enseña por doquier el sistema religioso, sino a los que creen en su nombre, los que prolongan su nombre en la tierra como hijos, somos los contados como sus hijos, donde carne o alma viviente y sangre o cuerpo biológico, no heredaron el reino de Dios, carne y sangre no es descendencia de Dios, porque carne y sangre fue lo que Dios mató en la cruz cuando participó de esas naturalezas, para reducir a impotencia al alma o primer Adán, el diablo, que nos mató o separó de Dios, el homicida del principio, como revela el apóstol Pablo en la Carta a los Hebreos 2:14.

 

Y que el diablo fue señalado el que mató a los hijos de Dios, a quien el homicida del principio y como su padre, a los religiosos fariseos de Israel, lo podemos leer de los labios de Jesús, según informa su biografía escrita por Lázaro mal llamada Juan 8:43-44. El apóstol Pablo por medio de la revelación de misterios que es el evangelio de la gracia, te recuerda, primero en la Carta a los Romanos 5:12 que el pecado (la naturaleza alma viviente) entró en el mundo por un hombre, (Adán o padre diablo) y por el pecado (el alma o esa naturaleza) la muerte, (o separación para con Dios en el Espíritu) así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. La separación para con Dios en el Espíritu pasó a todos los miembros del cuerpo de Cristo, que fueron entrados Eva, la mujer, figura de la Iglesia, la madre de todos los vivientes. A la mujer le dieron por cabeza o autoridad al hombre Adán, la cabeza de la creación natural, y por eso, esa naturaleza se enseñoreaba de nosotros. Segundo, en la 1ra. Carta a los Corintios 15:22, el apóstol Pablo, nos revela, recuerda y yo te cito: Porque así como en Adán todos mueren, TAMBIÉN en Cristo todos serán vivificados. Amados, es de la misma manera y todo esto es historia, ya Cristo nos vivificó porque ya Cristo está en reposo. Sólo fue necesario una ofrenda del Sumo Sacerdote Jesús Cristo para reconciliarnos perfectamente a todos los hijos una vez y para siempre.

Esta es la razón por la que el Señor mismo en los días de su carne manifestó que los hijos de Dios no son según la carne, porque: lo que ha nacido de la carne, (el primer Adán) carne es y lo que ha nacido del Espíritu, (el último Adán o nueva creación en Cristo, el nuevo hombre creado según Dios) Espíritu es, biografía de Jesús según Lázaro 3:6.

Recuerden de nuevo las palabras de Jesús: El Espíritu es lo que vivifica, la carne no aprovecha nada; las palabras que yo os he hablado Espíritu son y vida son, biografía según Lázaro 6:63. Finalmente, leamos también, el verso 65 dónde Jesús dice: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí a no ser que le haya sido dado del Padre. Amados, la expresión subrayada: nadie puede venir a mí a no ser que le haya sido dado del Padre, simple y llanamente significa, que solamente aquellos son miembros del cuerpo de Dios, son los que responden al mensaje, los demás son los animales naturales de la creación, las fieras que no pueden entrar dentro de los muros de la Jerusalén espiritual y que no harían daño dentro el monte de Dios: Sion o la Iglesia en el orden espiritual.

            Entonces amados, el Espíritu es todo lo contrario a la carne, porque esa generación ausente aparentemente de la biografía de Jesús según Mateo 1:17 por la que estamos haciendo este estudio, es la generación de los hijos de Dios, formados a su imagen y que hemos sido llamados para llevar su nombre por toda la tierra. Estos hijos son los que son contados como descendencia, como su generación, y esa es la generación que contesta la pregunta hecha por el profeta en el libro de Isaías 53:8.

Gracia y paz es con vosotros la familia de Cristo.

 

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